La incidencia del dengue se podría multiplicar en Asia sudoriental a causa de las lluvias monzónicas en curso, advirtió la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Pacífico occidental.
Informes en la región sobre muertes causadas desde mayo por esa enfermedad viral en la mayoría de los países afectados por las lluvias y la inexistencia de programas sistemáticos de control del Aedes aegypti contribuyen a la preocupación de la OMS.
Una de las naciones cuya situación más alarma a la OMS es Camboya, donde a fines de julio se había informado de 4.136 casos de dengue, con 90 decesos, en una población total de unos 11 millones de personas.
En años anteriores, el dengue se había detectado sobre todo en Phnom Penh, pero en la actualidad afecta a muchos residentes en áreas rurales.
Otros países a los cuales considera en situación de riesgo son Singapur, Malasia, Filipinas, Polinesia Francesa y Samoa.
En Singapur se habían registrado a fines de julio 1.334 casos de dengue, en una población de unos 3,5 millones de personas, casi el doble de los 673 detectados durante todo el año pasado.
También a fines de julio, Malasia había informado sobre 4.464 casos y 26 muertes, y Filipinas sobre 7.697 casos y 67 muertes.
En Polinesia Francesa, que tiene unos 250.000 habitantes, comenzó en enero una epidemia de dengue que ya ha causado 28.600 casos y cuatro muertes.
«Este año, el problema del dengue es peor que en 1999 o 2000, pero no tan severo como 1998, cuando tuvo una gravedad muy inusual», comentó el médico Kevin Palmer, consejero de la oficina regional de la OMS sobre enfermedades transmitidas por vectores y parasitarias.
«La actual distribución de la enfermedad es similar a la registrada en años anteriores, pero algunas áreas, y en especial en Polinesia Francesa, son afectadas en la actualidad por brotes de singular gravedad», explicó.
La OMS registró 356.544 casos de dengue en la región en 1998, 64.066 en 1999 y 45.603 en 2000.
Palmer sostuvo que una de las causas de la rápida expansión del dengue este año ha sido la ausencia de programas sistemáticos de control de mosquitos.
«La mayoría de los países no hacen nada para controlar a los mosquitos vectores del dengue hasta que son afectados por un brote de la enfermedad, y entonces ya es muy tarde», afirmó.
De todos modos, el especialista señaló que incluso países con políticas sistemáticas de control de mosquitos son afectados por brotes de dengue.
«Singapur es uno de los mejores ejemplos» de esa situación, y su caso demuestra que aun las mejores medidas preventivas son incapaces de evitar por completo la difusión de la enfermedad, apuntó.
En Camboya, sin embargo, la Operación Blitz (guerra, en alemán) contra el Mosquito ha logrado proteger a la poblaciópn que reside en áreas de alto riesgo, aseguró el médico Stefan Hoyer, funcionario de la OMS responsable de prevención del dengue y la malaria en Phnom Penh.
Los gobiernos deben implementar estrategias de control de mosquitos con «plena participación de las comunidades en la erradicación de depósitos de agua estancada al aire libre», dijo Basil Rodriques, funcionario del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Asia Oriental y el Pacífico.
Esos depósitos «son criaderos de mosquitos», explicó Rodriques, encargado de actividades de inmunización.
«Eso debe ser acompañado por campañas más intensas de alerta, para que conductas individuales responsables contribuyan a los programas de control», añadió.
En la actualidad, la actividad preventiva más extendida es «rociar insecticidas con la intención de matar a mosquitos en vuelo», pero «esa medida de control es inefectiva y se transforma en un desperdicio de dinero, si no se realiza en la forma adecuada», indicó Palmer.
El consejero regional de la OMS expresó que los esfuerzos preventivos deberían jerarquizar «la detección y eliminación de depósitos de agua en los cuales se reproducen los vectores, más que el rociado al azar de insecticida».
La OMS ha instado a los países afectados por epidemias de dengue o vulnerables a las mismas a intensificar la realización de análisis de laboratorio para «detectar con rapidez áreas en peligro de albergar focos, e implementar medidas de prevención».
El UNICEF teme el impacto de brotes de dengue en la población infantil, debido a que los mosquitos vectores vuelan con frecuencia desde el comienzo de la mañana hasta el fin de la tarde, mientras niños y niñas juegan fuera de sus casas.
«La infancia es en especial vulnerable. La situación es diferente, por ejemplo, de la relacionada con el mosquito que transmite la malaria, ya que éste pica con más frecuencia durante la noche, y se combate en forma más eficaz con mosquiteros que cubran las camas», comentó Rodriques.
La OMS ha pedido a las madres que intensifiquen sus esfuerzos para la detección temprana y el inmediato tratamiento de casos de dengue en la infancia.
«Las madres deben estar alerta y llevar a cualquier niño o niña con fiebre a recibir diagnóstico y tratamiento», enfatizó. (FIN/IPS/tra-eng/mmm/ral/mp/he/01/01