SALUD: Amianto propagará el cáncer en el Sur en desarrollo

El cáncer de pulmón por exposición al amianto, difundido principalmente en Estados Unidos y en Europa, tendrá proporciones mayores en el Sur en desarrollo, advirtieron especialistas que solicitan la prohibición mundial de ese mineral.

Países del Sur que producen o importan intensamente amianto, como Angola, Brasil, India, México, Nigeria, Sudáfrica, Tailandia y Uruguay, descubrirán la magnitud del problema dentro de varios años.

Argentina prohibió en julio el uso de amianto crisotila en casi todos sus productos, y Chile, donde se cuentan 5.000 trabajadores afectados por enfermedades relacionadas con el mineral, suprimió su importación y empleo, pese a las presiones del gobierno canadiense.

Canadá es el principal exportador mundial de amianto y el tercer productor, después de Rusia y China.

Según estimaciones conservadoras, un millón de personas morirán de cáncer por exposición al amianto en los próximos 30 años, en su mayoría trabajadores mineros o industriales.

Europa y Estados Unidos registran actualmente el mayor número de enfermedades relacionadas con el amianto, pero los países en desarrollo serán los más golpeados cuando comiencen a manifestarse los efectos de la exposición prolongada, aseguran médicos e investigadores.

El amianto, un probado agente cancerígeno, es ampliamente utilizado en la construcción, en particular en estructuras de fibrocemento para tuberías, pisos y cielorrasos, pero también en las industrias automovilística, química y textil.

El amianto (palabra que procede del griego asbestos, imperecedero) pertenece a una familia de seis fibras minerales naturales —actinolita, amosita, antofilita, crisotila, crocidolita y tremolita— de gran fortaleza, flexibilidad y resistencia al calor y a los ácidos.

La crisotila o amianto blanco, considerado el menos cancerígeno, es el más difundido. Sus delgadas fibras se desplazan en el aire, atraviesan las mucosas del cuerpo y se alojan en el pulmón y en las paredes internas del tórax.

Por ser demasiado largas, las fibras no son completamente absorbidas por los anticuerpos del aparato respiratorio.

Una vez en el tórax, irritan y lastiman el tejido pulmonar, causando dificultad respiratoria (asbestosis) y multiplicando por cinco la propensión al cáncer de personas no fumadoras y por 55 en el caso de los fumadores.

La forma más virulenta del cáncer asociado al amianto es el mesotelioma, un tumor que surge en el tejido pulmonar interno, causado casi exclusivamente por la exposición al mineral. Quien recibe un diagnóstico de mesotelioma tiene una esperanza de vida de un año.

Sin embargo, entre la exposición al mineral y el desarrollo de la enfermedad pueden transcurrir entre 10 y 40 años, aseguran los expertos.

«El escenario epidemiológico es claro. Habrá un aumento constante de la frecuencia de cáncer relacionado con el amianto al menos hasta 2010 o 2020, pues el daño demora años en manifestarse», predijo Marc Letourneux, del Centro Médico de la Universidad Côte de Nacre, de la ciudad francesa de Caen.

Los nuevos hallazgos sobre esta «bomba de tiempo pulmonar» fueron presentados en el 11 Congreso Anual de la Sociedad Respiratoria Europea, celebrado en septiembre en Berlín.

Una de cada siete autopsias que el especialista Krassimir Mitchev efectuó en el Hospital Erasmus, de Bruselas, a fallecidos por cáncer de pulmón, mostró cicatrices de asbestosis.

No hay «niveles seguros» de exposición al amianto, advirtió el estadounidense Richard Lemen, un ex cirujano general que estudió durante 30 años los efectos del mineral en trabajadores.

«Es una sustancia mortal cuyos efectos se conocen desde hace cien años. Eliminar el polvo con contenido de amianto no es un recurso eficaz, pues no se puede establecer un umbral para el cáncer e incluso en los volúmenes más bajos, continuarán las enfermedades y muertes», afirmó Lemen al reclamar la prohibición ante el Congreso de Estados Unidos.

Doce de los países 15 miembros de la Unión Europea (UE) prohibieron el amianto y el bloque señaló el 2005 como fecha límite para abandonar su uso y producción. Arabia Saudita también prohibió su empleo.

Estados Unidos, donde los decesos por exposición al amianto aumentaron súbitamemte hace 10 años, abandonó la producción e introdujo estrictas normas de protección laboral, aunque continúa importando el mineral.

Millones de trabajadores manipulan ese material en países en desarrollo, sin equipo respiratorio adecuado ni entrenamiento.

«Se requiere una prohibición internacional de la explotación y el uso del amianto, pues las medidas nacionales no han eliminado los riesgos sanitarios, sino que sólo los han trasladado a otros países», afirmó el Collegium Ramazzini, una asociación de especialistas en salud ocupacional de Italia.

Aunque el amianto se prohibiera completamente, decenas de miles de personas expuestas continuarán enfermando en los próximos años.

No hay cura para la asbestosis ni para el cáncer de pulmón asociado a la misma. Una de las líneas de investigación más prometedoras consiste en inhibir, mediante medicamentos, el crecimiento de los vasos sanguíneos que alimentan las células tumorales.

Esos medicamentos, llamados inhibidores de la angiogénesis, han logrado detener o eliminar tumores en pruebas de laboratorio con animales. Algunos de ellos se están probando en humanos, pero los científicos advierten que la investigación se encuentra aún en fase primaria. (FIN/IPS/tra-eng/ks/aa/dc-ff/he/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe