Dos millones de personas murieron de tuberculosis en 2000 y muchas más morirán en los próximos cinco años, si no se aumentan los recursos para combatir esa enfermedad, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Banco Mundial y la OMS destacaron que Afganistán y Pakistán son dos de los países con mayor incidencia de tuberculosis y que la actual combinación de acciones militares e incertidumbre política empeora las perspectivas de esas naciones.
La directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland, dijo a IPS el martes que es necesario reunir 4.500 millones de dólares para que esa agencia pueda cumplir su plan de erradicación de la enfermedad en los próximos cinco años.
El presupuesto del plan para ese periodo es 9.300 millones de dólares.
Las instituciones internacionales involucradas en el combate mundial contra la tuberculosis deberán pedir más contribuciones a gobiernos de países ricos y donantes privados, señaló.
«En los últimos dos años aumentó la comprensión del vínculo entre salud y pobreza, así como el compromiso con acciones en la materia, pero los países industrializados deberían incrementar en forma sustancial su asistencia, que es básica para el cumplimiento del plan, con apoyo de donantes privados», explicó.
Brundtland asistió el martes en Washington al lanzamiento de un nuevo plan de acción de la Sociedad para Detener a la Tuberculosis, una coalición de 120 integrantes formada en 1998, que incluye a la OMS, el Banco Mundial y el Instituto Sociedad Abierta, del gran financiesta internacinal George Soros.
Esa coalición pidió a los países industrializados que aumenten su ayuda al mundo en desarrollo, para que éste pueda avanzar hacia la erradicación de la enfermedad.
«Me parece muy mal que Estados Unidos destine sólo 0,1 por ciento de su producto interno bruto (PIB) a esa finalidad, y creo que la mayor parte del público no conoce ese dato. Nuestra meta es que la asistencia de cada país industrializado sea 0,7 por ciento de su PIB, y pienso que eso sería razonable», dijo Soros.
Funcionarios del Banco Mundial informaron que su institución se propone impulsar el cumplimiento de esa meta en el mundo industrializado, cuya asistencia actual es en promedio 0,22 por ciento.
Las naciones ricas se resisten a incrementar su ayuda, con el argumento de que temen que el dinero sea despilfarrado o desviado por funcionarios corruptos de los países beneficiarios.
El Banco Mundial y la OMS expresaron en un comunicado conjunto su esperanza de que esa posición cambie debido a la gravedad de la situación sanitaria vinculada con la tuberculosis.
Más de 5.000 personas mueren cada día debido a esa enfermedad respiratoria, pese a que su cura es posible desde hace 50 años.
Casi 80 por ciento de los casos de tuberculosis registrados por la OMS se producen en 22 países pobres, entre ellos Afganistán, Birmania, Etiopía, India, Nigeria, Pakistán, Sudán y Uganda.
En por lo menos cuatro de esos países ha disminuido el porcentaje de tratamientos exitosos, y la especial vulnerabilidad a la tuberculosis de los enfermos de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) agrava mucho la situación sanitaria, en especial en Africa.
La tuberculosis afecta en especial a las personas más pobres, debido a lo que el Banco Mundial llama «el círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad».
Brundtland enfatizó que las instituciones internacionales deben evitar la promoción de políticas que aumenten los problemas de las personas pobres de países en desarrollo.
El cobro generalizado de los servicios de salud pública, impulsado por el Banco Mundial en muchos de los países que reciben sus préstamos, no es una buena idea, señaló.
Sin embargo, la funcionaria sostuvo que los gobiernos de países en desarrollo deberían continuar la implementación de otras reformas económicas recomendadas por el Banco, y cobrar sus servicios de salud pública a personas de ingresos medios y altos, para contribuir a los esfuerzos contra la tuberculosis.
«Los países en desarrollo tendrán más posibilidades de mejorar sus servicios sanitarios, a medida que los reformen e implementen nuevos sistemas tributarios», opinó.
«Muchos gobiernos implantaron el cobro de servicios de salud pública a los pobres y retrocedieron en materia sanitaria, porque los pobres no pueden pagar. Sin embargo, las personas de clase media y los ricos pueden aumentar su contribución a los sistemas de salud, mediante el pago de servicios o de impuestos», sostuvo.
Cientos de miles de refugiados afganos viven hacinados en campamentos y asentamientos informales en territorio de Pakistán, cercanos a la frontera entre ese país y Afganistán, subrayaron el Banco y la OMS.
«En esas circunstancias, existe un importante riesgo de que aun más personas se conviertan en víctimas de la tuberculosis», advirtieron.
El total de refugiados afganos es en la actualidad cuatro millones, y es probable que aumente mucho en los próximos días, debido al ataque de Estados Unidos y sus aliados contra Afganistán, pero la ayuda internacional a esas personas es sólo 1,5 millones de dólares anuales, dijo el vicepresidente de la Red de Desarrollo Humano del Banco Mundial, Jozef M. Ritzen.
El Banco y la OMS aseguraron que será posible curar a 22 millones de personas y salvar 16 millones de vidas en los próximos cinco años, si es exitosa la campaña de recolección de fondos para el combate contra la tuberculosis.
El fracaso de esa campaña implicará que esos objetivos no puedan alcanzarse antes de 2013, añadieron.
El plan lanzado el martes incluye acciones preventivas de variedades del mal resistentes al tratamiento, investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, y estrategias para mejorar el cuidado de pacientes que también están infectados por el virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida.
También prevé aumentar la disponibilidad de medicamentos en países pobres.
Organizaciones no gubernamentales humanitarias, entre ellas la británica Oxfam, admiten que el sistema internacional de patentes de medicamentos es crucial para que grandes firmas farmacéuticas financien la investigación y desarrollo de nuevos productos, pero señalan que también determina el alto precio de medicamentos muy necesarios en países pobres.
Ese sistema impide a muchos países en desarrollo producir medicamentos genéricos, identificados por el nombre de sus sustancia activa, que podrían venderse a precios mucho más baratos que los de sus equivalentes con marca comercial, arguyen.
Diana Weil, del departamento de salud del Banco Mundial, sostuvo que ese problema no existe en relación con la tuberculosis, porque la mayoría de los medicamentos empleados contra ese enfermedad no tienen patentes vigentes.
«Grandes países en desarrollo como India y China son importantes productores de medicamentos contra la tuberculosis», señaló.
«De todos modos, no promovemos el desarrollo de la industria farmacéutica contra la tuberculosis en el mundo en desarrollo, porque los medicamentos necesarios son sustancias muy refinadas, cuya producción exige procesos de alta complejidad», explicó.
El Banco y la OMS afirmaron que la implementación del plan lanzado el martes aseguraría «la provisión regular e ininterrupida de todos medicamentos esenciales contra la tuberculosis».
Ese plan incluye una línea de créditos en condiciones favorables a países pobres, para asegurar que puedan comprar esos medicamentos, indicó Weil.
En la actualidad hay 10 millones de dólares disponibles para esa línea de créditos, y tal suma se multiplicará por cinco en el próximo lustro, si la campaña de recolección de fondos es exitosa, agregó. (FIN/IPS/tra-eng/em/aa/mp/he if/01