La diplomacia directa del presidente venezolano Hugo Chávez fortaleció las posibilidades de recorte de un millón de barriles de petróleo de la producción diaria de la OPEP, pero los precios aún no se han recuperado.
Chávez, presidente de turno de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), convirtió una gira política y de negocios en una operación de salvamento de la banda de precios del grupo, que determina un piso de 22 dólares y un techo de 28 por barril de 159 litros de crudo.
El mandatario sudamericano viajó a Argelia, Libia, Irán, Arabia Saudita, Rusia y Canadá, además de recorrer Suiza, Francia, Portugal, Austria, Bélgica, Gran Bretaña y el Vaticano, y este viernes finalizó su gira, con una visita a México.
A los países importadores de petróleo les señaló la conveniencia de estabilizar el mercado, con precios razonables para vendedores y compradores, un concepto que sus interlocutores comparten pero sin prisa por el aumento del precio de la energía, necesaria para la recuperación económica.
En cuanto a la OPEP, la gestión emprendida por Chávez es apenas uno entre varios esfuerzos. También se reunieron os ministros petroleros de Irán y Arabia Saudita, Bijan Zanganeh y Ali al- Naimi, y fue organizada para el lunes una reunión de expertos en Viena.
La OPEP impactó este año las cotizaciones con tres recortes de producción, pero la contracción de la economía mundial, acentuada por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, llevó otra vez los precios a la baja. La cotización es de 20 dólares en lo que se refiere a la canasta de la OPEP.
La nueva propuesta de reducir un millón de barriles diarios la producción oficial de la OPEP -que es de 23,2 millones de barriles por día, sin contar los dos millones extraídos de los pozos iraquíes- encontró eco en Libia, Iraq y Qatar, además de Caracas, que la promueve.
«Eso se debe al interés de los radicales por un precio mayor para sus limitadas colocaciones. En el caso de Qatar, gran productor de gas y no de crudo, quiere altos precios en los líquidos para hacer más rentables las inversiones en gas», opinó el experto venezolano Humberto Calderón.
Los dos mayores productores de la OPEP, Arabia Saudita e Irán, dudan mucho sobre un nuevo recorte, y el mercado reacciona ante esa vacilación con la declinación de precios. Los ministros Zanganeh y al-Naimi hablaron de entendimientos y acuerdos, pero sin precisar cuáles.
Arabia Saudita e Irán dudan en primer lugar del impacto de la reducción en un mercado con inventarios suficientes. Las reservas comerciales de crudo en Estados Unidos se mantienen alrededor de los 300 millones de barriles y el stock de gasolina es de casi 208 millones de barriles.
En segundo lugar, se considera que el bajo costo de la energía puede contribuir a una más temprana recuperación de la economía mundial -aunque ese objetivo no se aguarda antes del segundo semestre de 2002- y, por consiguiente, al flujo de nuevas inversiones.
En el caso saudita, un elemento que se agrega es que, vista su delicada posición en el escenario de la guerra contra Afganistán, los días que corren no son propicios para enviar señales que Estados Unidos pueda considerar desagradables.
Luego, la OPEP tiene una grieta que debe llenar para poder pedir a terceros que acompañen su esfuerzo de estabilización, y es que su producción -repartida en cuotas entre 10 socios- presenta un exceso de 1,2 millones de barriles por día sonre el tope pactado, según fuentes independientes.
«Además de que en el mundo hay más oferta y menos demanda, la OPEP viola sus propias cuotas. Si cumpliera lo acordado, no necesitaría un nuevo recorte», observó otro especialista venezolano, Alberto Quirós.
Hay una producción adicional de 800.000 barriles diarios determinada por inversiones de los últimos años. Rusia aprota 500.000 barriles a ese volumen, y por eso Chávez incluyó a Moscú en su gira de cuatro semanas.
Rusia no parece dispuesta a reducir su producción. La colaboración que Chávez y la OPEP podrían obtener de Rusia, Noruega y otros productores que no la integran, como Angola y México, consiste en enlentecer la introducción de nuevos volúmenes en el mercado mundial.
Chávez, el presidente de la conferencia ministerial de la OPEP, el argelino Chakib Jelil, y el secretario general de la organización, el venezolano Alí Rodríguez, han advertido que la nueva producción no elevará los ingresos de los exportadores si se la coloca a bajo precio.
El presidente venezolano llegó a amenazar veladamente con una guerra de precios, si la OPEP decidiese producir al máximo e inundar el mercado con 4,5 millones de barriles diarios adicionales, pero ni siquiera esa admonición detuvo la caída de las cotizaciones.
Tampoco resultó creíble la propuesta de Chávez, a mitad de su gira, de establecer una nueva y más baja banda de precios. Los dirigentes del grupo creen adecuado el valor promedio de la banda en vigor, de 25 dólares el barril.
En Canadá, Chávez aseguró que prácticamente está listo un acuerdo de la OPEP para reducir en un millón de barriles diarios su producción.
Eso significa que la Organización, con apenas 37 por ciento del mercado mundial -que demanda 76 millones de barriles diarios-se arriesgará a defender los precios confiando en que, quizás con el peregrinar político de dirigentes como Chávez, se logre la cooperación de los productores ajenos a la OPEP. (FIN/IPS/jz/ff/if ip/01