La renuncia en Pakistán del jefe de la principal agencia de inteligencia y del segundo jefe del ejército en la víspera del ataque de Estados Unidos contra Afganistán sugirió que el gobierno de facto comenzó una purga de militares de «línea dura» islámica.
El general Mahmood Ahmad fue reemplazado en el mando del ISI, la agencia de coordinación de los servicios de inteligencia, y el general Muzaffar Usmani en el estado mayor del ejército.
Así mismo, el presidente, general Parvez Musharraf, permanece como jefe del ejército, pese a que este domingo debía abandonar el servicio militar activo.
Musharraf negó este lunes en conferencia de prensa que los cambios tuvieran relación con la ofensiva lanzada el domingo por Estados Unidos contra Afganistán. Aseguró que se trata de decisiones de rutina, necesarias para distribuir funciones que hasta ahora él tenía que desempeñar personalmente-
Pero, en realidad, Musharraf sólo cedió su función ceremonial en el comité de la junta de jefes de estado mayor. Todavía conserva la jefatura del estado mayor del ejército y la presidencia del Consejo de Seguridad Nacional, del Comando Nuclear y de la Autoridad de Control, además de su condición de jefe de Estado.
Uno de los dos militares renunciantes, Mahmood, formó parte de la delegación que la semana pasada viajó a Kabul en procura de convencer al movimiento Talibán de entregar al extremista saudita Osama bin Laden a Estados Unidos. La misión terminó en el fracaso.
Además, Mahmood y Usmani fueron dos de los tres líderes del golpe de Estado del 12 de octubre de 1999, que derrocó al primer ministro Nawaz Sharif y promovió al gobierno a Musharraf.
El tercero es el general Mohammad Aziz Khan, que fue designado para encabezar el comité de la junta de jefes de estado mayor, un puesto sin poder real. El golpe de 1999 se precipitó cuando Sharif dispuso la destitución de Musharraf, que entonces viajaba en un avión de la línea área de Sri Lanka, de regreso a Pakistán.
El ISI tiene gran experiencia en asuntos de Afganistán, ya que en los años 80 supervisó las operaciones de inteligencia en ese país contra las tropas soviéticas de ocupación, en colaboración con la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) y servicios de Gran Bretaña y Arabia Saudita.
El relevo de dos generales conocidos como «halcones» fue interpretado en Pakistán como una decisión encaminada a marginar la línea dura del régimen, que cuestionaba el respaldo a la campaña internacional contra Afganistan y contra Bin Laden, a quien Estados Unidos acusa de los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.
Los observadores señalan que el presidente, que fue informado por Estados Unidos del momento en que sería lanzado el ataque del domingo, se sirvió con fines políticos de la tradición del país de periódica remoción de viejos mandos para promover a una nueva generación de oficiales de las Fuerzas Armadas.
Dos presidentes militares del pasado, los generales Zia ul Haq y Ayub Khan, que gobernaron cada uno de ellos durante más de una década, sólo consolidaron su posición luego de prolongar su permanencia al frente del ejército.
Musharraf fue designado jefe del ejército el 7 de octubre de 1998 por Sharif, y este domingo debía retirarse del servicio militar activo.
Algunas versiones sugieren que el ejército discute un plan de restablecimiento del sistema democrático que reservaría a los militares la última palabra en asuntos clave. La Corte Suprema de Justicia ha facultado al régimen de facto a continuar en funciones sólo hasta el 12 de octubre de 2002.
El cambio de mandos resuelto alteró el escalafón castrense, al promover a la cúpula militar a dos nuevos generales y relegar a quienes estaban en puerta para ocupar esas posiciones. «Se trata de una gran reestructuración de la base del poder», advirtió este lunes el diario en lengua inglesa The News.
La reestructuración parece en consonancia «con el nuevo papel que los pakistaníes esperan tener en la coalición internacional contra el terrorismo», comentó The News,
El general Ehsanul Haq, que se desempeñaba como comandante del ejército en la septentrional provincia de Peshawar, vecina a Afganistán, fue nombrado jefe del ISI.
Las áreas en que Pakistán aceptó colaborar con Estados Unidos comprenden las tareas de inteligencia, el uso del espacio aéreo y apoyo logístico. El ISI ya proporcionó información de inteligencia a oficiales del ejército estadounidense que la semana pasada visitaron este país.
"La pregunta acerca de qué clase de sistema democrático será establecido en octubre de 2002 permanece sin respuesta. Resta saber cuánto tiempo permanecerá el país en el limbo político», señaló The News. (FIN/IPS/tra-en/ni/js/ff/ip/01)
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