PAKISTAN: Gobierno intenta disipar temor a terrorismo nuclear

El gobierno de Pakistán aseguró que sus armas nucleares no pueden ser detonadas por accidente ni caer en manos de terroristas inspirados por el fanatismo religioso.

El gobernante militar pakistaní, Pervez Musharraf, presidió esta semana una reunión de la Autoridad de Comando y Control Nuclear (ACCN), en la cual se aseguró que esos peligros no existen.

Musharraf está entre dos fuegos. Estados Unidos y otras potencias occidentales lo presionan para que desmantele el programa nuclear, y poderosos grupos musulmanes locales trabajan para que no ceda a esa presión.

Entre los participantes en la reunión de la ACCN, creada por Musharraf en febrero de 2000, estuvieron los ministros de Relaciones Exteriores y del Interior, presidente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, tres jefes de servicios especiales y autoridades científicas.

Musharraf afirmó que el programa nuclear es la piedra angular de la seguridad nacional, y que no está planteada su modificación.

Informes periodísticos habían afirmado que las autoridades implementaron medidas de seguridad adicionales para proteger sus instalaciones nucleares, mediante la creación de ocho zonas de exclusión de vuelos, antes del comienzo de los bombardeos contra Afganistán de Estados Unidos y sus aliados, el 7 de este mes.

En esos informes se aseguró que cualquier aeronave que ingrese a esas zonas será derribada.

Expertos en seguridad opinaron que la reunión de la ACCN tuvo especial significado tras la visita al país, en la última semana de septiembre, de seis militares estadounidenses encabezados por el brigadier general Kavin Chilton.

Los visitantes se reunieron con altos funcionarios locales para discutir mejoras de la seguridad de las armas y plantas nucleares.

Estados Unidos teme que el crucial apoyo de Musharraf a los ataques contra Afganistán cause inestabilidad interna en el país y en especial en las Fuerzas Armadas, y que simpatizantes del movimiento Talibán, que controla la mayor parte del territorio afgano, se apoderen de armas nucleares.

Maria Sultan, investigadora del no gubernamental Instituto de Estudios Estratégicos, afirmó que esos temores son infundados, ya que la propia estructura de la ACCN es una garantía contra la posibilidad de que ocurra lo peor.

«El sistema de comando y control de las armas nucleares es centralizado y autoritario, y eso disminuye mucho la probablidad de detonaciones accidentales o apropiación indebida de esas armas», explicó.

Autoridades militares, políticas y científicas se superponen en los niveles de decisión de ese sistema, y eso implica garantías adicionales, señaló.

El uso de las armas nucleares del país no requiere apretar un botón, como se supone que ocurre en Estados Unidos, sino «la sincronización de acciones de muchas personas», durante por lo menos un par de horas, y «es imposible que un elemento fuera de la ley tome el control», aseguró.

Ante un eventual ataque con fuerzas militares convencionales de la vecina India, la principal hipótesis de conflicto de los expertos en seguridad, está previsto «un periodo de unos 10 días para decidir la adopción de represalias» con armas nucleares, destacó.

«Quienes consideran viable el surgimiento de un peligro de terrorismo nuclear, deberían ver una amenaza en todos las instituciones del mundo capaces de producir material nuclear, incluso para su uso civil», alegó.

Zafar Jaspal, espcialista en estrategia del Instituto de Políticas de Investigación de Islamabad, un grupo de expertos, afirmó en una entrevista que la ACNN ofrece garantías en materia de autoridad y responsabilidad.

Sin embargo, «la situación plantea dudas en comparación con la de otros países que tienen armas nucleares, y en especial con los que cuentan con la tecnología más avanzada. En palabras simples, Pakistán necesita ayuda tecnológica del mundo industrializado para contar con un sistema a prueba de tontos», agregó.

Uno de los principales obstáculos para lograr asistencia es que leyes estadounidenses no permiten compartir tecnología de seguridad nuclear con otras naciones.

Además, el país ha sufrido durante una década sanciones estadounidenses que lo privan de asistencia económica y militar.

El 17 de octubre, el Congreso de Estados Unidos autorizó al presidente de ese país, George W. Bush, para levantar todas las sanciones contra Pakistán, incluyendo las adoptadas luego de que el país e India realizaran sus primeros ensayos de armas nucleares en mayo de 1998.

Esos ensayos causaron gran preocupación en la comunidad internacional por la posibilidad de una guerra nuclear entre el país e India, que han mantenido durante más de medio siglo una disputa por la región de Cachemira, causante de varios conflictos armados.

El alineamiento de Islamabad con Washington contra el Talibán ha creado nuevas tensiones políticas, económicas y diplomáticas en la región, a las cuales se añade el agravamiento de la cuestión cachemira tras ataques terroristas en Octubre.

Esos ataques determinaron que India reiterara la acusación de que Pakistán apoya a grupos terroristas, pero Islamabad insiste en definir a la mayoría de los insurgentes de esa región como combatientes por la libertad. (FIN/IPS/tra-eng/ni/js/mp/ip/01

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