La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su secretario general, Kofi Annan, recibieron este viernes el premio Nobel de la Paz por «su trabajo por un mundo mejor y más pacífico».
Analistas políticos noruegos opinaron que este premio tiene por finalidad fortalecer el papel de la ONU en la lucha contra el terrorismo, que de momento es orientada por Estados Unidos.
El Comité Nobel de Oslo decidió que el galardón fuera compartido por partes iguales entre la organización mundial creada en 1945 y Annan.
En su declaración, el Comité destacó la importancia del papel de la ONU como foro conductor de los esfuerzos por alcanzar la paz y la estabilidad en el mundo.
Annan consideró el premio «estimulante» y «una señal de que en este mundo interdependiente debemos trabajar juntos como una nación», en declaraciones a la prensa fuera de su casa en Nueva York.
Interrogado sobre si la ONU puede ayudar a construir una nueva nación en Afganistán, actualmente blanco de ataques de Estados Unidos en represalia por actos terroristas, Annan respondió que eso depende del tipo de mandato, recursos y apoyo que la organización obtenga de los países miembros.
«Si miramos hacia atrás, veremos que la ONU es la única organización que ha sido capaz de hacer el trabajo ahora necesario en Afganistán», declaró.
El Comité Nobel, de cinco miembros, tomó su decisión el 28 de septiembre, después de los ataques terroristas en Nueva York y Washington, que dejaron unos 5.500 muertos y desaparecidos.
La ceremonia de entrega tendrá lugar en Oslo el 10 de diciembre. Está prevista la participación de 34 galardonados con el Nobel de la Paz, dado que este año se cumple el primer centenario de la institución del premio por el industrial sueco Alfred Nobel.
Se trata del primer premio Nobel de la Paz que recibe la ONU como organización, aunque varias de sus agencias lo han obtenido.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) logró el galardón en 1965, y en 1988 lo recibieron las Fuerzas de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz.
En 1961, el sueco Dag Hammarskjold, quien fuera secretario general de la ONU, fue premiado en forma póstuma. Hammarskjold había fallecido en un accidente de avión luego de intentar negociar un cese del fuego en la actual República Democrática de Congo.
Annan, nacido en Ghana en 1938, fue elegido secretario general de la ONU en 1997, luego de una larga carrera en la organización. Este año fue reelegido por unanimidad, en un voto de confianza sin precedentes.
Las reacciones ante el premio anunciado este viernes han sido muy positivas, dado que Annan es respetado por su integridad personal y sus esfuerzos continuos por la paz internacional.
Así mismo, Annan posee un neto perfil internacional, dado que nació en Africa, se educó en Estados Unidos y Gran Bretaña y realizó una larga carrera en la ONU.
Cuando Annan asumió la secretaría general en 1997, uno de sus principales desafíos era revitalizar la ONU, y desde entonces ha recibido elogios de muchos diplomáticos por haber restaurado la deteriorada imagen del foro mundial.
Un ex embajador de Estados Unidos ante la ONU aplaudió la reelección de Annan este año y destacó que se trata de una figura unificadora, que otorga voz a todos los pueblos representados en la organización.
El premio es «un voto de confianza para nuestro futuro común», resaltó Fred Eckhard, portavoz de la ONU, y agregó que el secretario general se siente honrado, no tanto personalmente sino en representación del foro mundial.
Sin embargo, no todos fueron elogios. Sobrevivientes del genocidio perpetrado en Ruanda en 1994 consideran que Annan no hizo nada por detener la masacre en ese entonces, cuando era jefe de las fuerzas de paz de la ONU.
«El tiene una gran responsabilidad en el genocidio» de 800.000 tutsis por extremistas de la etnia mayoritaria hutu, afirmó Antoine Mugesera, presidente de la asociación Ibuka de sobrevivientes de la masacre.
«Luego de todo lo que sucedió en Ruanda, ¿cómo puede una institución tan respetable otorgarle este premio?», se preguntó Mugesera.
Annan ordenó una profunda investigación de los hechos de Ruanda, al igual que en el caso de Bosnia-Herzegovina, y se disculpó en nombre de la ONU. (FIN/IPS/tra-en/kh/mn/mlm/ip/01