La ONU se hizo eco de las advertencias de Estados Unidos e instó a los estados miembro a fortalecer los tratados internacionales contra el uso de armas biológicas, ante el temor de que organizaciones terroristas las empleen en atentados.
«El peligro inmediato lo plantea un grupo no estatal, o incluso un individuo, que adquiere y utiliza un arma nuclear, biológica o química», dijo el secretario general Kofi Annan a la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
La Asamblea, de 189 estados miembros, celebra una sesión especial sobre medidas para erradicar el terrorismo internacional, en su primera reunión desde los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El peligro que plantean las armas de destrucción masiva se agrava por la facilidad con que se pueden utilizar sin misiles ni otros sistemas complejos, agregó Annan.
Un ejemplo es el de la secta religiosa Aum Shinrikyo, que en 1995 liberó en Japón el gas neurotóxico Sarin en el metro de Tokio, causando la muerte a 12 personas y hospitalizando a más de mil.
Tres altos funcionarios de Estados Unidos -el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el procurador general John Ashcroft y el jefe del personal de la Casa Blanca Andrew Card Jr- plantearon este fin de semana su temor ante atentados similares.
Card dijo que es posible que el extremista saudita refugiado en Afganistán Osama bin Laden, a quien Estados Unidos apunta como el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre, cuente con los medios para utilizar armas químicas y biológicas.
«No intento ser un alarmista, pero sabemos que estas organizaciones terroristas, como Al Qaeda (La base), dirigida por Osama bin Laden y otros, probablemente hayan encontrado los medios para utilizar armas biológicas y químicas», sostuvo.
Rumsfeld dijo que «enemigos de Estados Unidos» ayudarán a grupos terroristas a obtener armas de destrucción masiva.
El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos informó que Irán, Iraq, Libia, Siria y Sudán tienen armas químicas y biológicas, entre otros países considerados enemigos de Washington.
Varios países árabes aseguran que Israel también posee armas químicas, biológicas y nucleares, o que tiene la capacidad para producirlas.
Prácticamente todos los estados árabes se negaron a participar en el registro anual de armas instituído por la ONU porque el mismo excluye a las armas de destrucción masiva.
El registro incluye sólo la importación y exportación de armas convencionales, como aviones caza, misiles y tanques. La única forma de averiguar cuáles son las armas en poder de Israel es incluir las armas de destrucción masiva, aseguran delegados árabes.
Aunque es difícil imaginarse algo peor que la tragedia del 11 de septiembre, «la verdad es que un solo atentado con armas nucleares o biológicas podría haber matado a millones», dijo Annan a la Asamblea General.
El mundo no pudo impedir esos atentados, pero «hay mucho que podemos hacer para evitar futuros atentados terroristas realizados con armas de destrucción masiva», agregó.
Annan instó a los estados miembro a redoblar sus gestiones para aplicar los tratados correspondientes a las armas de destrucción en masa, incluso aquellos que prohíben las armas químicas y biológicas y el tratado de no proliferación nuclear (TNP).
El TNP fue firmado y ratificado por 187 estados, incluso Estados Unidos. Sólo Cuba, India, Israel y Pakistán no lo han firmado o ratificado.
Annan pretende una cooperación mayor entre las organizaciones internacionales que tratan con estas armas así como reforzar las normas nacionales sobre exportación de productos y tecnologías necesarios para fabricarlas.
El secretario general también pidió a los estados miembro que desarrollen gestiones nuevas para penalizar la compra o el uso de armas de destrucción por parte de grupos no estatales.
La comunidad internacional debe fortalecer los controles sobre otros tipos de armas que constituyen un peligro mayor si llegaran a manos de organizaciones terroristas, advirtió.
Esto significa hacer más para asegurar la prohibición de la venta de armas ligeras a grupos no estatales, eliminar las minas terrestres, mejorar la protección física de zonas industriales y reforzar la vigilancia contra amenazas terroristas informáticas, agregó.
«Debemos prepararnos para la posibilidad de que personas sean dañadas adrede con armas biológicas o químicas», advirtió la semana pasada la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland.
La OMS divulgó una lista de 44 virus, bacterias y hongos que pueden utilizarse como armas biológicas. Un simulacro informático realizado el año pasado en Estados Unidos concluyó que un ataque con el virus de la viruela mataría a 80 millones de personas en un año en ese país. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/aq/ip/01