MACEDONIA: Una difícil etapa del proceso de paz

La rebelión de la minoría albanesa en Macedonia ha terminado, y la fuerza multinacional de la OTAN encargada de desarmar a los insurgentes regresa a casa, aunque no se cumplieron todavía todos los puntos del acuerdo de tregua.

El convenio que los principales partidos políticos del país firmaron el 13 de agosto en la meridional ciudad turística de Ohrid permitió poner fin a seis meses de levantamiento en la región occidental, donde predomina la minoría albanesa.

Pero además del desarme, el acuerdo prevé la amnistía de los combatientes del Frente de Liberación Nacional (FLN) y una reforma constitucional para ampliar los derechos de los albaneses, que son 23 por ciento de los dos millones de habitantes de esta república que, hasta 1991, formó parte de Yugoslavia.

En las próximas dos semanas, 4.600 efectivos de la operación «Cosecha esencial» de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) abandonarán Macedonia. Incluso será retirado un pelotón británico que, de momento, es la única fuerza de seguridad en la noroccidental aldea de Sipkovica, centro de la zona rebelde.

Este cuerpo será reemplazado por inspectores civiles protegidos por 700 efectivos de una nueva misión, «Zorro ámbar». Pero llevará varios días antes de que esas tropas, que comenzaron a llegar el 28 de septiembre, se desplieguen en su totalidad.

Mientras tanto, el territorio dominado por la guerrilla albanesa sigue fuera de control del gobierno.

«Estamos decididos a movernos rápidamente para asegurar una fluida transición entre las dos misiones sin fisuras en la seguridad. El proceso ya está en marcha», dijo a la prensa el brigadier alemán Heinz-Georg Keerl, comandante de esta fuerza de la OTAN, tras su llegada a Skopje, el 28 de septiembre.

Las tropas deben proteger a los inspectores civiles de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea (OSCE) y la Unión Europea (UE). Pero la mayoría de los observadores esperan que los efectivos militares actúen de hecho como garantes de la paz.

Un día antes de la llegada de Keerl, el líder político del FLN, Alí Ahmeti, anunció la disolución de la guerrilla.

«Queremos construir un futuro mejor para nuestro país», dijo en una conferencia de prensa en una escuela de la aldea de Sipkovica, al borde de un escarpado valle en las montañas Shar, donde se encuentra el cuartel general del FLN.

Ahmeti vestía un traje gris en lugar de su usual uniforme camuflado y estaba flanqueado por sus colaboradores también en ropas civiles, como el ex comandante del FLN y ex oficial del ejército comunista yugoslavo, Gezim Ostreni.

El dirigente agregó que aún estudia la transformación del FLN en partido político y aseguró que reconocería al Tribunal Internacional para los Crímenes de Guerra de la ex Yugoslavia.

«Es importante una amplia amnistía y la reintegración a la sociedad de todos los combatientes», dijo Ahmeti. Afuera, algunos jóvenes aún llevaban los uniformes negros del FLN, pero sin insignias ni armas.

El operativo de 30 días de la OTAN «Cosecha esencial» reunió 3.875 armas y casi 400.000 municiones y explosivos del FLN. Pero el gobierno aún debe aprobar la amnistía y la reforma constitucional, sin las cuales el proceso de reconociliación será imposible.

La votación final en el Parlamento está prevista para este jueves, pero los representantes continúan debatiendo una propuesta para someter a referéndum las reformas constitucionales, que de aprobarse dejaría en suspenso su vigencia durante varios meses.

«No deberíamos recrear las condiciones para reactivar al FLN», advirtió Ahmeti.

La población albanesa que apoya a Ahmeti se manifiesta lista para volver a luchar si no obtiene sus demandas. «Creemos que la situación cambiará para mejor. Pero si no es así, volveremos a luchar», dijo Jeton Staviletsi, vendedor de repuestos de automóviles del distrito albanés de Gazi Baba, en Skopje.

Mientras tanto, el gobierno planifica el retorno paulatino de la policía y el ejército macedonios a las aldeas que fueron ocupadas por la guerrilla, pero existe temor de que ese ingreso sea demasiado abrupto.

El comité de crisis presidencial estudia «condiciones para el retorno de (más de 120.000) personas desplazadas y la liberación de todas los secuestrados por los terroristas albaneses», dijeron las autoridades.

Ahmeti afirmó que el regreso de los desplazados debe cumplirse tan pronto como sea posible, pero agregó que las unidades policiales sólo serán toleradas si incluyen a efectivos albaneses, según el acuerdo de Ohrid.

Por otra parte, el líder negó conocer el paradero de 14 soldados perdidos, supuestamente apresados por grupos albaneses rebeldes.

Si bien no hay rumores de que el FLN haya conservado armamento o continúe actuando clandestinamente, un alto funcionario policial aseguró que al menos un grupo albanés no entregó sus armas.

Según la fuente, una banda armada está robando vehículos en la carretera que une la noroccidental ciudad de Tetovo con Gostivar. Una patrulla policial de 20 hombres se enfrentó a tiros con este grupo, aunque no hubo víctimas. «EL FLN se ha disuelto, así que deben ser bandidos», opinó la fuente.

El gobierno actuará con firmeza ante cualquier amenaza a la paz, dijo a la agencia de noticias macedonia MIA Stevo Pendarovski, portavoz del comité de crisis que asesora al presidente Boris Trajkovski.

«Las fuerzas de seguridad de Macedonia ya no están obligadas a una acción limitada. Cualquier provocación o ataque será considerado una amenaza contra el estado y todas las personas involucradas serán objetivos militares legítimos», advirtió. (FIN/IPS/tra-en/jh/raj/dc/aq/ip/01

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