Los cancilleres y ministros de Economía de Argentina y de Brasil, crearon un "mecanismo bilateral y temporal de salvaguardia" para superar la crisis del Mercosur, que será discutido a partir de la próxima semana con los otros dos socios del bloque, Paraguay y Uruguay.
La medida se inspira en las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), señala la nota divulgada por los funcionarios al término de la reunión el martes en Sao Paulo.
Así, los dos gobiernos reafirmaron su compromiso con el Mercosur (Mercado Común del Sur) y "el carácter crucial del arancel externo común", cuya suspensión fuera defendida por el ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, y acogida por su par brasileño de Desarrollo, Sergio Amaral.
Otro de los compromisos asumidos por Cavallo, Amaral, el ministro brasileño de Hacienda, Pedro Malán y los cancilleres Adalberto Rodríguez Giavarini, de Argentina, y Celso Lafer, de Brasil, fue la "determinación de crear a mediano plazo" una moneda común del bloque.
El mantenimiento del arancel externo común, la protección unificada ante el resto del mundo que define una unión aduanera, ya había sido decidido por los presidentes Fernando de la Rúa, de Argentina, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, en el encuentro que mantuvieron el lunes en Brasilia.
Sin embargo, el mecanismo de salvaguardia constituye una práctica anormal dentro de un bloque que busca liberalizar el intercambio interno y llevar adelante una política comercial conjunta.
Pero esa medida, que supone la aplicación de aranceles o cuotas limitantes del intercambio entre los socios, fue la alternativa elegida para evitar la suspensión del arancel externo común y otras políticas que formalmente afectarían la integración comercial de la región y sus negociaciones externas.
El mecanismo de salvaguardia es temporal y responde a una coyuntura excepcional, como es el estancamiento económico mundial, que se agravó por los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, explicó Malán.
La medida pretende una "flexibilidad" necesaria para afrontar situaciones específicas, evitando "fundamentalismos", añadió el ministro brasileño. El mecanismo acordado "salva el bloque del peligro" de perder identidad ante la presión de las crisis, añadió Lafer.
La consolidación del arancel externo común y otros instrumentos de integración son indispensables para las negociaciones comerciales conjuntas del Mercosur con la Unión Europea y con Estados Unidos, además de la actuación como bloque en la OMC, admitió Cavallo.
Cavallo había atacado en forma reiterada la unión aduanera e impulsaba un retroceso del Mercosur hacia una simple área de libre comercio, para que cada país pudiera practicar una política comercial independiente, que llegara incluso a negociar acuerdos con otros países o bloques.
Las indefiniciones del mecanismo de salvaguardia frustraron a los empresarios brasileños.
El presidente de la Federación de las Industrias de Sao Paulo, Horacio Lafer Piva, criticó el hecho de que no se informó como serán detallados, tampoco si habrá participación empresarial ni que sectores se verán afectados.
La posibilidad de que las medidas de salvaguardia se apliquen sólo en defensa de empresas argentinas preocupó el presidente de la Coalición Empresarial Brasileña, Osvaldo Douat.
En realidad, la adopción de salvaguardias es una propuesta argentina destinada a neutralizar la depreciación de la moneda brasileña, el real, que desequilibra la competencia entre los dos países, ya que el peso argentino tiene paridad fija uno a uno con el dólar desde hace 10 años.
El real ya perdió 55 por ciento de su valor frente al dólar desde que Brasil adoptó el cambio flotante, en enero de 1999, origen de los numerosos conflictos comerciales con Argentina y que pusieron en riesgo al Mercosur con comercio totalmente libre.
Las políticas cambiarias divergentes, sin embargo, no estuvieron en discusión. Cada país mantendrá su régimen, aseguraron Malán y Cavallo. Pero la creación de una moneda común exigirá la superación de esa diferencia.
La adopción de medidas de salvaguardia, según las reglas de la OMC, exige previamente la comprobación de daños provocados en un sector determinado por un gran aumento de las importaciones.
En términos generales, Argentina no puede quejarse del intercambio con Brasil, ya que mantiene un importante superávit en el comercio bilateral, pese a la constante depreciación del real.
Argentina obtuvo el año pasado un saldo favorable de 604 millones de dólares y la tendencia es al alza en 2001.
La recesión económica que afronta Argentina desde hace tres años redujo de manera importante las importaciones, neutralizando la mayor competitividad de los productos brasileños en consecuencia del cambio. (FIN/IPS/mo/dm/if/01