/Integración y Desarrollo/ ALIMENTACION-MEXICO: Campesinos por la soberanía alimentaria

Organizaciones de campesinos de México pidieron a la FAO cambiar el concepto de seguridad alimentaria por el de soberanía alimentaria, para amparar el derecho de los países a decidir qué, cómo y quiénes producen.

La petición fue comunicada el martes, en el Día Mundial de la Alimentación, que este año FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) conmemoró con el lema «Combatir el hambre para reducir la pobreza».

La fecha animó debates en varios países de América Latina sobre la pobreza y sus consecuencias, teniendo en cuenta que el hambre aumentó el último año en Guatemala y otras zonas de América Central.

En el marco de la celebración de el martes, 24 grupos campesinos y sociales mexicanos examinaron el impacto del maíz transgénico, introducido en el país de forma subrepticia, y exigieron controles para defender el maíz autóctono y alentar su producción y distribución.

En Bolivia, la fecha fue ocasión para organizar una feria nacional de alimentos, mientras que en Ecuador se promovió una lotería para recaudar fondos.

En este Día Mundial de la Alimentación «abogamos por la soberanía alimentaria», concepto diferente al de seguridad, pues «no se trata solamente de que exista suficiente cantidad de alimentos, sino (también de) el derecho de los campesinos a alimentar», señalaron las organizaciones mexicanas.

Los documentos de la FAO hablan de seguridad alimentaria, término que se refiere a la necesidad de garantizar alimentos para todos y promueve la lucha contra la desnutrición.

En el informe «Estado Mundial de la Agricultura y Alimentación 2001», la FAO indicó que en 1999 la producción latinoamericana de alimentos creció 5,4 por ciento y la de ganado 5,7 por ciento, frente al aumento en 1998 de sólo 1,8 y 0,7 por ciento, respectivamente.

La producción agrícola de la región aumentó el año pasado cerca de dos por ciento, mientras que el crecimiento de los cereales en particular fue inferior a uno por ciento, añadió.

En tanto, el sector ganadero creció cerca de tres por ciento en 2000 y el de cultivos cuatro por ciento.

La FAO apuntó, además que América Latina presentó un desempeño «relativamente malo» en la agricultura, pese a lo cual la situación alimentaria en general no llega a tener niveles dramáticos.

El director general de la FAO, Jacques Diouf, declaró el martes que «es importante reconocer que el hambre merece por lo menos la misma atención que la pobreza, cuando consideramos las prioridades de desarrollo mundial».

La agencia de la ONU informó que 815 millones de personas padecen hambre en el planeta, de las cuales 200 millones son niños menores de 10 años.

Alberto Gómez, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, dijo en México que «no existe falta de alimentos en el mundo, lo que hay es una mala distribución e intentos de sometimiento alimentario de parte de las (empresas) transnacionales».

Los grupos mexicanos denunciaron que compañías transnacionales introducen en este país, con la complicidad de las autoridades, maíz transgénico (genéticamente modificado), lo cual viola la «soberanía alimentaria del país».

El gobierno de Vicente Fox reconoció que el maíz transgénico ha sido detectado en varios estados, pero no considera que represente una amenaza.

México, pese a que el maíz es originario de esta zona, importa seis millones de toneladas anuales de ese grano y no se sabe qué cantidad esas compras contienen elementos transgénicos.

«Los campesinos son capaces de producir todo el maíz que requiere la población y sin el peligro de los transgénicos», dijo Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras.

Las firmas Monsanto, Dupont, Syngenta, Aventis y Dow, líderes en la producción de semillas y cultivos transgénicos y con importante presencia en los rubros de agroquímicos y farmacia, sostienen que su aporte científico es un bálsamos contra el hambre en el planeta.

Las compañías transnacionales imponen su poder a agricultores pobres en todo el mundo con productos cuyo impacto a los ecosistemas y la salud humana aún es incierto, pero podría ser catastrófico, advirtieron grupos opositores a esa tecnología.

Argentina, Canadá y Estados Unidos concentran hoy 98 por ciento de los cultivos comerciales transgénicos del mundo, pero las empresas promotoras hacen esfuerzos para sembrar en otros países, en especial en el Sur en desarrollo.

El Día Mundial de la Alimentación es la oportunidad para reivindicar la soberanía alimentaria y pedir que los países en desarrollo no se conviertan en botín de unas pocas empresas, apuntaron los grupos campesinos mexicanos. (FIN/IPS/dc/dm/dv/01

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