El hambre tiende a agravarse por factores económicos y por la epidemia del sida, pero la FAO no pudo asegurar la Cumbre Mundial de la Alimentación prevista para el mes próximo en Italia y la postergó el martes para junio de 2002.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) anunció el aplazamiento de la cumbre por razones de seguridad, mientras en la agencia reina la desazón por los malos resultados de la campaña iniciada en 1996 para reducir a la mitad la población hambrienta del mundo.
En ocasión del Día Mundial de la Alimentación, el director general de la FAO, Jacques Diouf, consideró el martes «insatisfactorios» los logros de la lucha contra el hambre.
Diouf exhortó a la comunidad internacional a extremar los esfuerzos. «La lucha contra el hambre puede ser difícil pero es una batalla que podemos y debemos ganar. La experiencia de muchos países muestra que se puede reducir las cifras del hambre y que eso se puede hacer rápido», dijo.
«La redución del hambre se acelera donde hay paz y estabilidad política, mayores inversiones para la agricultura y, en particular, para la infraestructura básica (…), un ambiente político favorable para aumentar los ingresos así como redes de seguridad social para las personas pobres», agregó Diouf.
La inseguridad luego de los atentados del mes pasado contra sitios emblemáticos de Estados Unidos obligaron a la FAO a postergar para junio de 2002 la cumbre que debía realizarse en noviembre en Italia, con la presencia de numerosos jefes de Estado y de gobierno, sostuvo el funcionario.
«Las actuales circunstancias internacionales, la pérdida de tantas vidas inocentes y las crisis que todo elló causó nos ha llevado a proponer un retraso en las fechas», afirmó Diouf.
El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, había propuesto cambiar la sede de la conferencia a un país de Africa, luego de los violentos incidentes registrados en Génova en julio, mientras transcurría la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo.
Luego, los representantes de los países integrantes de la FAO habían acordado celebrar la Cumbre Mundial sobre la Alimentación en la septentrional ciudad italiana de Rimini, pero los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos determinaron su postergación.
Mientras todo el planeta concentra su atención en la guerra contra el terrorismo encabezada por Estados Unidos, Diouf pidió a los líderes políticos y a la opinión pública mundial «no olvidar a los 800 millones de personas que carecen de acceso adecuado a la alimentación».
Diouf, de nacionalidad senegalesa, habló en presencia de la reina Fabiola de Bélgica, el presidente alemán Joannes Rau, el ministro de Agricultura italiano Giovanni Alemanno, y los representantes de todos los países miembros.
La disminución del número de personas afectadas por el hambre desde la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, de seis millones por año, es insuficiente para cumplir con los objetivos fijados.
El último informe sobre el hambre en el mundo, entregado el martes en una conferencia de prensa en Roma, sigue dibujando un planeta con más de 800 millones de estómagos vacíos.
La última Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 estableció que en 2015 deberá reducirse a la mitad la población hambrienta. Esa fecha puede postergarse 60 años de mantenerse el ritmo actual. Para cumplir con el objetivo, la disminución de los hambrientos del mundo debe ser de 20 millones por año.
El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre derecho a la alimentación, Jean Ziegler, sostuvo en Ginebra que en este Día Mundial de la Alimentación no habrá nada para celebrar, pues «un menor de 10 años muere como consecuencia del hambre cada siete segundos».
Esa situación se agrava por los problemas económicos y por la epidemia de sida, dijo en Estocolmo el subdirector general del departamento económico y social de la FAO, Hartwig de Haen.
«Donde haya personas crónicamente subnutridas no puede existir la esperanza de un mundo sin pobreza», dijo Diouf.
La FAO nombró en este Día Mundial de la Alimentación como embajadores especiales de la agencia a los cantantes Magida Al Roumi, de Líbano, Al Bano Carrisi, de Italia y Gilberto Gil, de Brasil.
Gil se mostró de acuerdo con la postergación de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. «Es comprensible. La situación internacional exige precaución y adoptar rigurosas medidas de seguridad», dijo en una conferencia de prensa.
«Lo importante es organizar bien la próxima cumbre y, sobre todo, llegar con acuerdos importantes que permitan terminar con el hambre», dijo a IPS, por su parte, el activista Antonio Onorati, presidente de una red de organizaciones no gubernamentales italianas.
Onorati dirigió un encuentro de un centenar de organizaciones este martes en que se manifestó el temor de que los ataques contra Afganistán realizados por fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña se puedan extender, y expresaron su preocupación por las víctimas civiles.
En un mensaje enviado a la FAO, el papa Juan Pablo II expresó que «los trágicos atentados terroristas» del 11 de septiembre, que han causado «una grave herida a la paz y a la convivencia civil», lo lleva a «mirar con particular atención un empeño más profundo en favor de los pobres».
El Papa invitó «a los gobernantes y a los hombres de buena voluntad a dar respuestas adecuadas a las demandas de justicia que se eleva de todos aquellos que sufren hambre, para que cada uno de nosotros ofrezca su ayuda proporcionalmente a sus propios recursos».
Sobre la posibilidad de una suspensión de los ataques a Afganistán, De Haen dijo que la FAO no tiene una posición oficial respecto de estos ataques. Los bombardeos iniciados dos semanas atrás transcurren en la época de siembr.
Un informe de la FAO reconoce que los ataques contra Afganistán «pueden comprometer las cosechas en Afganistán y empeorar la emergencia alimentaria que ya era muy grave antes de los bombardeos». (FIN/IPS/jp/mj/dv/01