EUROPA: Pacifistas reman contra corriente

En toda Europa se suceden las manifestaciones contra las anunciadas represalias de Estados Unidos por los atentados de Nueva York y Washington, aunque es difícil remar contra la corriente, que es favorable a la guerra contra el terrorismo internacional.

En los últimos días se celebraron manifestaciones en Amsterdam, Barcelona, Frankfurt, Londres, Roma y en ciudades alemanas, pero los pacifistas son superados por quienes respaldan la intención de Estados Unidos de atacar a Afganistán para atrapar vivo o muerto al extremista saudita Osama bin Laden.

Bin Laden se halla en Afganistán y, según Washington, es el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre, que dejaron 6.000 muertos.

Los pacifistas critican la declaración del presidente estadounidense George W. Bush que asegura que quien no esté con Estados Unidos está con los terroristas.

«Un tercio de los estadounidenses no quieren represalias si éstas implican matar a civiles inocentes. Bush se equivoca al llamarlos traidores», sostuvo el partido Verde de Gran Bretaña, cuyo gobierno es el primer aliado de Washington.

El partido Verde alemán, que como el británico tiene sus raíces en los movimientos pacifistas de los años 60 y 70, integra el gobierno de Gerhard Schroeder y está dividido ante la guerra de Washington contra el terrorismo.

El ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, del partido Verde, respalda la anunciada acción militar de Estados Unidos. Muchos de sus correligionarios exigieron su renuncia y el retiro del partido de la coalición gobernante.

Comentaristas políticos, e incluso el legislador del Parlamento Europeo Daniel Cohn Bendit, también del partido Verde alemán, pronostican que el grupo abandonará el gobierno.

Muchas de las 16 organizaciones regionales que integran el partido en Alemania son contrarias al uso de soldados alemanes en respaldo de Estados Unidos.

«Este tema podría acabar con los verdes», dijo Reinhard Loske, diputado del partido.

Mientras Schroeder llegaba el lunes a la localidad británica de Brighton para apoyar la postura militarista del primer ministro Tony Blair en la conferencia del Partido Laborista, el partido Verde de Gran Bretaña pidió a Fischer que retire su «apoyo inequívoco» a Washington.

«¿Si los verdes renuncian a abogar por la paz, quién queda para argumentar por un mundo mejor?», se preguntó Penny Kemp, presidenta del partido Verde de Inglaterra y Gales en una carta abierta a Fischer.

«El futuro de la civilización exige la búsqueda de la seguridad internacional mediante la paz y la cooperación, no escalando el ciclo de violencia», agregó.

«Confiamos en que se reunirán pruebas suficientes para permitir a los tribunales internacionales procesar a quien sea responsable de los atentados del 11 de septiembre. Si no es así, entonces tomar represalias contra inocentes es moralmente indefendible», sostuvo el Partido Verde británico.

No obstante, muchos pacifistas no se manifiestan en público para evitar que su postura sea interpretada como un respaldo a los autores de los atentados.

Aquellos que lo hacen han tenido problemas. La fiscalía de Berlín acusó de calumnia a los manifestantes contra la guerra en esa ciudad por gritar «Estados Unidos, centro internacional para el genocidio», en una manifestación en los últimos días.

En este contexto, los moderados debieron abandonar los eslóganes contra la guerra por una táctica menos radical.

«Al apoyar los gritos de guerra…malinterpretamos la naturaleza de nuestra amistad con Estados Unidos. La amistad también significa impedir que alguien participe en acciones insensatas», dijo Harald Fiedler, de la Confederación de Sindicatos Alemanes.

Los europeos tienen el deber de detener a Estados Unidos, dijo. «Estados Unidos: compartimos vuestro dolor, pero ustedes deben compartir nuestras inquietudes», dijo Yasmin Alibhai Brown, comentarista musulmán en Gran Bretaña.

Las manifestaciones contra la guerra han sido escasas y pequeñas en Alemania, y también fueron pocos los debates por televisión que permiten a los pacifistas expresar sus puntos de vista. Pero hay claros indicios de que muchos alemanes no apoyarían una guerra de Estados Unidos.

Varios reservistas del ejército, por ejemplo, se consideran objetores de conciencia en este caso.

«Normalmente recibimos dos llamadas diarias de reservistas informándonos de sus objeciones. Ahora estamos atendiendo entre 10 y 20 por día», dijo Michael Berendt, asesor de la Campaña contra el Servicio Militar Obligatorio.

Los reservistas alemanes pueden ser llamados en caso de crisis militar, pero pueden ejercer sus derechos como objetores de conciencia. (FIN/IPS/tra-en/ys/mn/ip/aq/01

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