La escuela se convirtió en fuente de injusticia social, pues no asegura a los jóvenes la obtención de empleo, advirtió el pedagogo británico Stephen Stoer en el primer Foro Mundial de la Educación, que se realiza en el sur de Brasil.
Stoer, profesor en la portuguesa Universidad de Oporto y director de la revista Educación, Sociedad y Culturas, de la Asociación de Sociología y Antropología de la Educación, fue el expositor principal de la sesión inaugural del Foro organizado en la ciudad de Porto Alegre y al que al que asisten más de 10.000 personas de cinco continentes.
Durante largo tiempo se creyó que lo importante era promover la igualdad en el acceso a la escuela, una cuestión de cantidad, pero hoy se sabe que el ingreso al sistema educativo no es suficiente, pues es necesario asegurar el éxito de los alumnos, comentó el pedagogo el miércoles.
Para eso es necesario crear una nueva pedagogía y modificar la situación actual, sin limitar la función de las escuelas al desarrollo del aprendizaje, sino también consagrarlas a enseñar a convivir con las diferencias, según Stoer.
«Necesitamos fuertes inversiones en las escuelas y universidades públicas para combatir la tendencia a la descalificación. La inversión del Estado es clave», afirmó.
Un total de 764 estudios serán presentados en el Foro, que continuará hasta el sábado, para abordar la educación sobre cuatro ejes: como derecho, en su vínculo con la tecnología y el trabajo, como cuestión cultural, y su papel en la transformación de la sociedad y en las utopías.
Además de charlas de expertos internacionales, habrá debates e informes sobre experiencias en asuntos específicos, como la alfabetización de adultos, la evaluación de la enseñanza, los cambios en el sistema de asignaturas y las innovaciones tecnológicas.
Tal como Stoer, representantes de varios países coinciden en la necesidad de intervenir en el proceso educativo para rescatar el derecho al conocimiento como base de la formación personal y ciudadana, sin limitarse a la capacitación de trabajadores para el mercado.
Aun en los países desarrollados, como Bélgica, donde la escuela es obligatoria entre los seis y los 18 años, las desigualdades son dramáticas.
«Los ricos son cada día más ricos y los pobres cada día mas pobres. Debemos encontrar nuevos métodos para que todos tengan los mismos resultados en los estudios», advirtió Jean-Marie Vanlathem, secretario de Política del Ministerio de Infancia de Bélgica.
El Foro Mundial de Educación es una forma de resistir los intentos de privatizar la enseñanza, agregó.
El objetivo de la conferencia es reunir representantes de distintas tendencias y realidades, permitiendo un análisis de la situación educacional en el mundo y el intercambio de información sobre proyectos exitosos de combate a la exclusión social.
Ramón Moncada, director del Programa Ciudad Educadora de Medellín, Colombia, destacó que los gobiernos de muchos países acogieron fácilmente la idea de que el neoliberalismo es un tren que todos deben de tomar, si no quieren quedar rezagados.
«Pero ese tren tiene un propietario y conduce a un proyecto político que no es el nuestro, a un ritmo muy rápido», especialmente para la realidad latinoamericana, afirmó.
Treinta y cinco por ciento de los 40 millones de habitantes de Colombia viven en situación de pobreza absoluta, en que no son atendidas las necesidades básicas de educación, salud, agua potable y habitación. Los pobres constituyen 52 por ciento de la población.
La mala distribución de la riqueza se refleja en la escuela, observó Moncada. Además hay otro gran problema, la guerra civil, que desvía para fines militares recursos necesarios a la salud y educación. Además, muchos profesores son amenazados de muerte y obligados a abandonar las localidades donde enseñan.
La población deja el campo y los niños abandonan las escuelas. De cada 100 jóvenes colombianos que quieren estudiar en la enseñanza secundaria, por lo menos 30 no lo logran y apenas 20 llegan a las universidades, pagadas en su mayoría, señaló Moncada.
Tales situaciones dan importancia al Foro de Porto Alegre, pues estimula los reclamos de «participación ciudadana, incluso en el control de políticas y presupuesto, para combatir la corrupción», concluyó Moncada.
Una estrategia para mejorar la situación en el mundo en desarrollo podría ser la conversión de la deuda externa en inversiones en educación y salud, en un proceso controlado por el Banco Mundial, sugirió Pierre Fonkoua, de Camerún.
Esta y otras alternativas estarán en discusión en el Foro y podrán ser recomendadas por la Carta que elaborarán delegados de distintos países para su aprobación y divulgación este sábado.
El Foro Mundial de Educación también servirá para fundar el Mosaico de Libros, una especie de biblioteca universal. Todos los participantes son invitados a donar una obra sobre temas relacionados con la reunión.
El Mosaico empezó a formarse el 10 de octubre, con la donación del facsímil de los manuscritos de «Pedagogía del oprimido», escrito en 1968 por el pedagogo brasileño Paulo Freire, durante su exilio en Chile, y donado por su hijo Lutgards Costa Freire.
Esta reunión está relacionado con el Foro Social Mundial, que tuvo su primera edición en enero y que se repetirá en Porto Alegre entre el 1 de enero y 5 de febrero de 2002. Su símbolo es el Mosaico de Piedras, construido con inscripciones en piedras procedentes de todas partes del mundo. (FIN/IPS/cg/mo/mj/ed dv/01