Cadenas de tiendas estadounidenses como K- Mart y Price Smart disputan el mercado caribeño y centroamericano y amenazan al comercio local, mientras ganan la simpatía de los consumidores.
En Barbados, las protestas de comerciantes motivaron al gobierno a crear una comisión para decidir si autoriza a la cadena estadounidense K-Mart a instalarse en esa isla turística de 430 kilómetros cuadrados y 265.000 habitantes.
Pero son los consumidores quienes parecen haber tomado la decisión. La instalación a fines de agosto de una sucursal de Price Smart convocó 27.400 personas a su naciente club de miembros, aún antes de abrir sus puertas en Bridgetown.
Cada miembro pagó unos 30 dólares para formar parte del club de compradores y beneficiarse con los descuentos del sistema de la compañía Price Smart Inc., con sede en San Diego, California.
Ronald Toppin, ministro de Desarrollo Comercial de Barbados, se pronunció a favor de la liberalización en su discurso en la ceremonia de apertura del local de Price Smart.
«Estamos obligados a desmantelar las barreras de protección que durante años beneficiaron a los productores locales», sostuvo Toppin.
Las declaraciones del ministro no dejan lugar a dudas sobre el esperado arribo de K-Mart a Barbados.
La cadena estadounidense anunció la inversión de 35 millones de dólares en la construcción de edificios comerciales en 16.700 metros cuadrados, con espacio para un complejo de salas cinematrográficas.
A cambio, prometió promover a Barbados como un lugar seguro para la inversión.
La facturación anual de la cadena K-Mart asciende a 37.000 millones de dólares y multiplica por 148 el monto total de los comercios de Barbados, advirtió el abogado John Connell.
Connell describió a la cadena estadounidense con calificativos como «Godzilla» y «Dinosaurio».
El efecto inmediato de la inauguración de Price Smart fue una reducción de los precios de los comercios locales. Los aparatos de televisión y máquinas lavarropas, por ejemplo, cuestan ahora 100 dólares menos por unidad.
Da Costa-Mannings, una firma líder en el mercado de Barbados durante décadas, adoptó la estrategia de entregar cualquiera de sus artículos a cambio de un dólar y comenzar el cobro del crédito sin interés a los 10 meses.
«Cualquiera puede imaginar lo que sucederá cuando se instale K- Mart. Los consumidores llevan las de ganar, y yo estoy ansiosa por comprar», dijo Karen Duncan, un ama de casa de Barbados que pasaba sus vacaciones en Guyana.
Price Smart ya recaudó millones de dólares en su primer complejo comercial en Trinidad y Tobago, instalado el año pasado, a un costo de 10 millones de dólares.
La cadena abrirá en noviembre un complejo comercial de dimensiones aún mayores.
Jennifer Carr, gerente de marketing de Price Smart en Trinidad y Tobago, sostuvo que las ganancias superaron el presupuesto previsto un año atrás.
«Hemos transformado el sector minorista para siempre», aseguró Joe Esau, uno de los gerentes de la cadena.
Price Smart cuenta con 21 tiendas comerciales en América Central e islas cercanas, distribuidas en República Dominicana, Panamá, El Salvador, Costa Rica y Aruba. Sus planes incluyen la apertura de seis más.
Puerto Rico es el país del Caribe con la mayor concentración de cadenas comerciales estadounidenses. Wal-Mart cuenta con nueve complejos de venta en esa isla jurídicamente asociada a Estados Unidos, en la que también venden sus artículos K-Mart, Macy's, Home Depot, Sam's, Sears y J.C. Penney.
Una investigación hecha dos años atrás determinó que la isla caribeña cuenta con más de dos millones de metros cuadrados de centros comerciales, excluyendo accesos y estacionamientos para vehículos.
Estudios Técnicos, la consultora responsable de la investigación, destacó el cierre forzado de numerosos pequeños y medianos comercios regionales y la consiguiente pérdida de empleos. (FIN/IPS/tra-en/bw/cr/lp-ff/if/01
