ECONOMIA-ARGENTINA: Devaluar no, dolarizar quizás

El gobierno de Argentina admitió hoy la posibilidad de dolarizar la economía si persiste la crisis, agudizada en los últimos dos días con el consecuente temor de una devaluación de la moneda, cuya cotización no ha sido alterada en 10 años.

«El gobierno no va a devaluar. En un caso extremo hay un costo menor en la dolarización», dijo el jefe de Gabinete, Christyan Colombo, minutos después de que el presidente Fernando de la Rúa descartara por segunda vez en menos de 24 horas la modificación de la paridad uno a uno del peso argentino con el dólar.

La dolarización de la economía, medida que fuera planteada por Carlos Menem en el último tramo de su gobierno de 1989 a 1999, es reclamada ahora por sectores financieros con el argumento de que así desaparecerán los temores de devaluación.

Expertos entienden que ese camino, hasta ahora seguido en América Latina por Panamá, Ecuador, El Salvador y Guatemala, suele ser una salida de emergencia para evitar la depreciación permanente y pronunciada de la moneda local, pero no siempre se logran buenos resultados a largo plazo.

Eduardo Curia, quien fuera viceministro de Economía en los primeros tiempos del gobierno de Menem, dijo a IPS que la dolarización sólo permitiría eliminar la amenaza de devaluación, pero no solucionará ninguno de los problemas básicos, que se centran en el alto endeudamiento y la baja competitividad de sus productos.

Argentina adoptó la paridad cambiaria un peso un dólar en 1991 para terminar con la hiperinflación que se desató en los últimos meses del gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1986).

En este sistema cada peso argentino tenía el respaldo de un dólar en las reservas del tesoro, un hecho que fue ratificado por la denominada ley de convertibilidad y que devolvió la confianza en la moneda local.

Pero Curia sostuvo que además de que la dolarización no sería beneficioso, ni siquiera están dadas las condiciones para llevarla adelante, ya que hoy no hay en plaza suficientes dólares para cambiar todos los pesos en circulación.

Además, el experto advirtió que el gobierno podría empujar una devaluación como paso previo a la conversión de la economía a dólares.

La deuda argentina, sumada la pública y la privada ya supera los 142.000 millones de dólares, en un país en recesión desde hace 38 meses.

Este escenario impide financiar la economía con nuevos créditos, por lo cual el gobierno de De la Rúa se propuso eliminar el déficit fiscal comprometiéndose a gastar sólo la cantidad que recaude.

En ese sentido, De la Rúa indicó este jueves que «no hay motivos para riesgos o inquietudes» y aseguró que mantendrá su política de déficit cero.

De la Rúa también ratificó en su cargo por segunda vez en dos días al ministro de Economía, Domingo Cavallo, saliendo al cruce de fuertes rumores sobre la posible renuncia. «Acá está conmigo, como ustedes pueden ver», respondió De la Rúa a los periodistas que lo consultaron al respecto.

Según distintas versiones, todas desmentidas por De la Rúa, el ministro Cavallo podría ser relevado antes o después de las elecciones legislativas previstas para el día 14.

Cavallo fue quien puso en práctica el sistema de convertibilidad en 1991, cuando era ministro de Economía del gobierno de Menem.

Al comienzo de esta semana, Cavallo había respondido las consultas acerca de su eventual renuncia con la frase «persevera y triunfarás», que según dijo era su lema.

La respuesta fue dada en la misma reunión en la que admitió que la recaudación tributaria había caído 14 por ciento, respecto del mismo mes del año pasado.

La caída del ingreso a las arcas fiscales es un grave problema para el gobierno que se comprometió a no tomar nuevos créditos y a gastar solo lo que recauda.

Los empleados públicos y jubilados sufrieron a partir de agosto recortes de 10 por ciento en sus haberes, y los ajustes podrían seguir hasta fin de año si no mejora la recaudación.

Por eso, ninguna de las declaraciones en torno a los próximos pasos del gobierno sirvió para frenar la desconfianza de los mercados, que este jueves por segundo día consecutivo operaron a la baja en acciones y títulos públicos, lo cual provocó un alza pronunciada del llamado índice de riesgo país.

Ese indicador, elaborado por el banco de inversión JP Morgan y que marca la diferencia entre las tasas de interés de los bonos argentinos respecto de los de Estados Unidos, superó los 1.800 puntos básicos.

Los mercados financieros interpretan que la caída en la recaudación dificulta el cumplimiento de déficit cero. Además, consideran que el virtual fracaso de la gira del viceministro de Economía, Daniel Marx, por Europa y Estados Unidos en busca de apoyo al canje voluntario de deuda, no hizo más que empeorar las cosas.

En ese contexto, la amenaza de una presentación judicial de los gobernadores provinciales, en respuesta al recorte de partidas centrales que les corresponden, y la divulgación de un informe que confirma la caída de casi 50 por ciento en la producción y ventas de automóviles en septiembre derrumbaron el ánimo de los inversores.

Por eso, Curia consideró que sería erróneo atribuir el aumento de la desconfianza de los inversores al temor de una devaluación.

El experto añadió que el escepticismo se explica por el alto endeudamiento de la economía y la falta de competitividad de su producción, como consecuencia del mantenimiento artificial de la paridad fija entre el peso y el dólar. (FIN/IPS/mv/dm/if/01

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