DESARROLLO: Crisis mundial tendrá efecto devastador en países pobres

La esperada crisis económica internacional tendrá un impacto devastador en los países más pobres, que ya sienten el recorte de la ayuda del Norte industrial y el aumento del proteccionismo comercial y soportan la carga de sus deudas y sangrientas guerras civiles.

Ese sombrío pronóstico pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que corrigió su Informe Mundial Económico y Social para tomar en cuenta las consecuencias en la producción, el comercio y las finanzas de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

La principal observación es que «la economía mundial ya estaba debilitada» antes de los atentados en Nueva York y Washington, señaló Ian Kinniburgh, director de análisis de políticas de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

«Y ahora, tenemos el impacto de los hechos del 11 de septiembre», que se produjeron en un mal momento, dijo Kinniburgh al presentar sus conclusiones.

El producto interno bruto mundial (PIB) crecerá sólo 1,4 por ciento este año, según el cálculo hecho por la ONU después de los atentados, que corrige a la baja el pronóstico previo de 2,4 por ciento, y en 2002 llegará a dos por ciento.

El comercio internacional no aumentará este año, aunque el año próximo podría crecer entre cuatro y cinco por ciento.

La mayor corrección de previsiones se refiere a Asia oriental y sudoriental, donde el crecimiento será este año de sólo 1,7 por ciento, frente al cálculo anterior de 4,1 por ciento.

Ente esos países se cuentan Singapur, Tailandia, Indonesia, Malasia y Corea del Sur, de vibrante actividad económica en otros tiempos, y que dependen en su mayoría de la exportación de productos electrónicos y del turismo.

El crecimiento de América Latina y el Caribe será de 0,8 por ciento, según la ONU, que en principio lo había calculado en 3,1 por ciento. El Caribe, especialmente, se resentirá de la retracción del turismo estadounidense.

La corrección es de 4,1 a tres por ciento en el caso de Africa, cuya economía depende de productos básicos.

La onda expansiva de los atentados del mes pasado continuará avanzando en los meses próximos sobre la economía mundial y los mercados financieros, se advirtió en el informe.

A las víctimas de los atentados se sumó la pérdida de un capital físico calculado en 40.000 millones de dólares. Cálculos realizados en Estados Unidos elevan el costo de la destrucción en Nueva York y Washington a 100.000 millones de dólares, un monto superior al PIB de Portugal

El economista Rudiger Dornbush, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Estados Unidos, advirtió que la recesión internacional «es inevitable».

«El impacto (de los ataques de septiembre) será peor que el de otros hechos de los últimos 40 años, incluso que la crisis petrolera de los años 70», agregó el economista Ken Goldstein, de la Oficina de Protección al Consumidor, dependiente del gobierno estadounidense.

La ONU destacó que los hechos del 11 de septiembre afectaron la actividad financiera, especialmente en Estados Unidos, y a las compañías aéreas, de seguros y de turismo. «El daño se propaga a más y más sectores, como a la industria manufacturera y tecnológica y al comercio minorista», según el infome.

Unas 325 grandes empresas estadounidenses han reducido su previsión de ingresos para el tercero y el cuarto trimestre de este año y la confianza de los consumidores y del mundo de los negocios ha caído, determinando el retroceso de las bolsas de valores.

«La pérdida de la confianza tiene un efecto especialmente profundo», pues reduce el gasto, puntualizó Kinniburgh.

Algunos países del Norte industrial han modificado su política macroeconómica y varios bancos centrales recortan las tasas de interés.

En Estados Unidos, el gasto de defensa, que en promedio llega anualmente a 300.000 millones de dólares, podría aumentar drásticamente en los próximos años e impulsar la recuperación económica, agregó.

Mientras, el aumento de la población ya superaba el crecimiento económico en la mayoría de las regiones en desarrollo, que presentan entonces una gran vulnerabilidad en un escenario internacional desfavorable.

«Esta clase de sobresaltos tienen fuerte efecto en la economía de los países en desarrollo. Las naciones más ricas están en mejores condiciones para protegerse», comentó Kinniburgh.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, exhortó a la comunidad internacional poco después de los atentados en Estados Unidos a aumentar su esfuerzo para cerrar las fuentes de las que se alimenta el terrorismo.

«Los desesperados son reclutados fácilmente por las organizaciones terroristas. Creo que esta afirmación es ampliamente compartida y yo sé que quienes planifican la política de Washington también son conscientes de ese hecho», dijo Annan.

Cerca de 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar por día y esa cantidad va en aumento. Dentro de 10 años habrá 1.500 millones de personas en la extrema pobreza, según predijeron expertos de la ONU. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/ff/dv/01)

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