La crisis en Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre provocó un descenso en la llegada de turistas a Cuba, que afecta en forma directa al incipiente sector privado del país.
«La situación es crítica en todos los negocios, pues la clientela descendió en forma brusca después del 11 de septiembre», dijo a IPS Fernando Lagunes, dueño de un restaurante del municipio Playa, en el oeste de La Habana.
Lagunes aseguró que sus ingresos se redujeron a menos de la mitad en las últimas semanas.
«Los 300 o 400 dólares que entraban cada día bajaron a unos 120. Los taxistas están parados y también hay menos viajeros alojados en casas de alquiler», añadió.
Los choferes de taxis estatales o privados se benefician con las comisiones que les pagan los dueños de restaurantes por cada persona que trasladan a sus establecimientos, autorizados por el gobierno desde mediados de los años 90.
La dueña de una casa con dos habitaciones disponibles para que las alquilen turistas extranjeros aseguró que la situación es similar en El Vedado, un barrio céntrico de La Habana.
«A mi casa viene gente de Italia, España y de Estados Unidos. Sería normal que esas personas hubieran hecho ya sus reservaciones para fin de año, pero aún no me han llamado», aseguró la mujer, que no quiso ser identificada.
El gobierno no ha dado a conocer cifras sobre el comportamiento del turismo en septiembre, pero el ministro del sector, Ibrahim Ferradaz, admitió que «un grupo de circunstancias» afectan el ingreso de turistas.
«Nos mantenemos optimistas y esperamos tener una temporada de invierno favorable», afirmó en declaraciones a la televisión estatal.
El turismo es en la actualidad la principal fuente de ingresos del país, que optó por el desarrollo intensivo de ese sector en el marco de las reformas emprendidas para afrontar la crisis económica que sobrevino tras la desaparición del llamado campo socialista.
Las autoridades esperaban este año a dos millones de turistas e ingresos de 2.000 millones de dólares relacionados con esas visitas, pero es probable que ese objetivo no se alcance, en especial si la respuesta estadounidense a los ataques terroristas desemboca en una guerra.
Ferradaz considera indudable que un hecho de la magnitud de esos ataques tiene impacto negativo sobre la industria del turismo, porque crea confusión, retrasos en los vuelos y temores razonables que desembocan en cancelación de las reservaciones.
El periódico Opciones, especializado en asuntos turísticos, señaló que líneas aéreas de Canadá redujeron sus vuelos a Cuba en estos días, pero aseguró que eso no resulta preocupante en la actual temporada baja de turismo (de septiembre a octubre).
Canadá es el país desde el cual salen más turistas hacia Cuba, aunque 55 por ciento del total parten desde naciones europeas.
A mediados de esta semana, operadores turísticos consultados por IPS sostuvieron que el tránsito aéreo hacia el país y desde él era normal, pese a rumores callejeros sobre su disminución, y en especial sobre la de vuelos rumbo a Estados Unidos.
«Esperábamos un desastre, pero el impacto de la crisis tras los atentados terroristas en Estados Unidos ha sido mínimo», comentó un agente de viajes desde América del Sur.
Empleados de la firma Havanatur, dedicada al tráfico aéreo entre Cuba y Estados Unidos, también alegaron que la frecuencia de vuelos es normal.
«La demanda es muy grande. No hay reducción ni cancelación de pasajes, y los vuelos continúan con una frecuencia de uno o dos diarios», dijo por teléfono a IPS una fuente de esa agencia.
El embargo económico aplicado por Washington a Cuba desde los años 60 prohíbe el turismo y los viajes de estadounidenses a Cuba, pero en 2000 llegaron al país entre 170.000 y 200.000 personas residentes en Estados Unidos.
Entre ellas hubo ciudadanos de origen cubano que visitaron a sus familiares en la isla, y estadounidenses que hicieron escala en terceros, o con autorización de su gobierno para realizar intercambios culturales o visitas de otro tipo.
El periódico Nuevo Herald, del sudoccidental estado estadounidense de Florida, dio a conocer el viernes cálculos del Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos, según las cuales en 2001 podría disminuir 15 por ciento la cantidad de viajeros hacia la isla.
«Hoy los vuelos hacia Cuba están llenos, e incluso hay casos de latinoamericanos que optaron por regresar a sus países por esa vía», afirmó mediante correo electrónico, desde Francia, una agente de viajes que promueve el turismo desde ese país hacia Cuba y no quiso ser identificada.
Sin embargo, admitió que había notado «una pequeña baja» en la demanda de viajes a Cuba, desde antes del 11 de septiembre.
«Hay cancelaciones de viajes, pero más bien hacia América del Norte y países árabes», aseguró.
«Los motivos son diversos. Unos temen que el avión sea secuestrado, y otros a lo que pueda suceder en Francia durante su ausencia», indicó. (FIN/IPS/pg/mp/if/01