El presidente Fidel Castro anunció hoy la adhesión de Cuba a los 12 instrumentos internacionales existentes en materia de terrorismo, tres de los cuales ya ha ratificado.
El mandatario, en carta enviada al secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, también aclaró que es partidario de un convenio general e integral contra el terrorismo, que permita enfrentar ese flagelo sin guerras «inútiles y peligrosas».
Castro había llamado el sábado pasado a devolver a la Asamblea General de la ONU su autoridad y liderazgo para encabezar la lucha antiterrorista, «con apoyo total y unánime de la opinión mundial».
La Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) deberá ratificar en su sesión de este jueves la adhesión a los nueve «instrumentos que aún están en trámite de aprobación y ratificación», añadió.
El texto de la misiva indica que la decisión responde a una solicitud en ese sentido realizada por Annan durante los debates sobre terrorismo que se llevan a cabo en el 55 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
El gobernante cubano calificó de «críticas» las condiciones que vive el mundo, luego de los atentados del 11 de septiembre que destruyeron el World Trade Center de Nueva York y causaron severos daños en el Pentágono (Departamento de Defensa), en Washington.
Cuba proseguirá sus esfuerzos en favor de un convenio general e integral contra el terrorismo, que defina verdaderamente «dicha repudiable práctica» y permita afrontar el problema «de forma eficaz, duradera y urgente», apuntó Castro.
Opinó que un acuerdo de ese tipo tendría pleno apoyo de la opinión pública mundial y evitaría «innecesarias, inútiles y peligrosas guerras que multipliquen la violencia y el odio entre los pueblos».
Hasta el momento, este país ratificó el convenio sobre infracciones y otros actos cometidos a bordo de las aeronaves.
También hizo lo propio con las convenciones sobre la represión y el castigo de los delitos contra personas internacionalmente protegidas, inclusive los agentes diplomáticos, y sobre la protección física de los materiales nucleares.
Los acuerdos restantes se refieren a la represión del secuestro de aeronaves, de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil y de acciones violentas en los aeropuertos que prestan servicio a la aeronavegación civil internacional.
El listado incluye el convenio internacional contra la toma de rehenes, otro para proteger la seguridad de la navegación marítima, y un protocolo para la represión de actos contra la seguridad de las plataformas fijas emplazadas en las plataformas continentales.
Los tres convenios restantes tienen que ver con la marcación de explosivos plásticos para los fines de detección, otro para la represión de los atentados terroristas cometidos con bombas, y el que se refiere a la financiación del terrorismo.
Medios diplomáticos destacaron que la posición cubana se suma a la de varios países que pretenden situar a la ONU a la cabeza de la campaña contra el terrorismo, pero contraría los deseos de Washington de mantenerse con las manos libres para responder a los ataques de que fuera víctima.
Los 189 países representados en la Asamblea General de la ONU, que incluyen los 15 miembros del Consejo de Seguridad del foro mundial, votaron resoluciones de condena inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre, en los que murieron más de 6.000 personas.
El Consejo de Seguridad de la ONU manifestó su disposición a «dar los pasos necesarios» en respuesta a los ataques terroristas, en su resolución del 12 de septiembre, declaración que, al parecer, Washington consideró una carta blanca para su ofensiva militar.
Por su parte, la Asamblea General del foro mundial apeló en forma urgente a la «cooperación internacional» para impedir y erradicar actos de terrorismo.
Estados Unidos entiende que le asiste el derecho a dar respuesta militar a los atentados, pues el artículo 51 de la Carta de la ONU autoriza a todo estado a defenderse contra un ataque armado.
El representante permanente de Cuba ante la ONU, Bruno Rodríguez, se quejó el lunes ante la Asamblea General de la «prudencia» que ha prevalecido respecto del tema del terrorismo en el seno del Consejo de Seguridad.
«En los pocos casos en que ha tratado actos específicos de terrorismo, lo ha hecho por interés directo de alguno de sus miembros permanentes», dijo.
En contraste, según Rodríguez, ese organismo «ni siquiera» consideró un proyecto presentado por su país sobre la voladura en pleno vuelo del avión de Cubana de Aviación, ocurrida el 6 de octubre de 1976 y que causara la muerte de 73 personas.
Para el gobierno cubano, son «abrumadoras» las pruebas que demuestran la «máxima responsabilidad» de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense en ese dramático caso, que este sábado será recordado por una multitudinaria manifestación popular en La Habana. (FIN/IPS/pg/dm/ip/01