El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, accedió a enviar tropas a Burundi para proteger a los líderes políticos que el 1 de noviembre formarán un gobierno provisorio de unidad nacional.
El gobierno aprobará el envío de tropas probablemente a fines de esta semana, y la próxima se decidirá cuántos soldados sudafricanos serán destinados a Burundi.
Rebeldes de la mayoría hutu de Burundi luchan contra el gobierno y el ejército dominados por la minoría tutsi. La guerra recrudeció cuando oficiales tutsis asesinaron al primer presidente hutu del país, Melchior Ndadaye, en 1993.
La guerra causó más de 200.000 muertes y obligó a 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares.
Una fuerza de seguridad integrada por todos los sectores burundianos habría de brindar protección al gobierno de transición, pero los bandos en conflicto no llegaron a un acuerdo sobre la composición de la misma. Ahora es demasiado tarde para crear y entrenar dicha fuerza.
El ex presidente sudafricano Nelson Mandela, que actúa como mediador en el proceso de paz de Burundi, hizo la solicitud para que las tropas sudafricanas protegieran al gobierno de transición.
No obstante, representantes de facciones tutsis de línea dura criticaron la participación de las tropas sudafricanas en el proceso de paz de Burundi, luego de que una unidad militar de Sudáfrica visitó ese país la semana pasada para preparar la llegada de la fuerza de protección.
Grupos rebeldes hutus, que no integran el proceso de paz, advirtieron que los sudafricanos deben limitarse a proteger a los integrantes del gobierno de transición.
Un experto sudafricano sobre el conflicto de Burundi, Jan Van Eck, advirtió que los sudafricanos tendrán que tener mucho cuidado para no actuar de manera que se pueda inferir parcialidad alguna de su parte.
«Tutsis y hutus de línea dura ya sospechan que los sudafricanos irán para tomar parte» en el proceso de paz, explicó.
Una de las primeras tareas del gobierno de transición será integrar al proceso de paz a los dos movimientos rebeldes hutu que permanecen fuera del mismo y que siguen luchando una guerra de guerrillas.
Mbeki también accedió a celebrar en Sudáfrica la próxima ronda de negociaciones de paz del conflicto en República Democrática del Congo (RDC) y a financiar la misma.
En la guerra civil de RDC participan soldados de seis países vecinos, en un complicado conflicto donde se mezclan intereses políticos, de seguridad y económicos internacionales y nacionales.
En esta etapa del proceso de paz sólo los representantes de RDC inmersos en el conflicto tienen el propósito de sentarse a negociar el fin de la guerra y la reconstrucción del país.
Sin embargo, una ronda de negociaciones celebrada en Adis Abeba tuvo pocos participantes, presuntamente debido a que muchos delegados no podían pagar el viaje a Etiopía. El gobierno congoleño se retiró de las conversaciones el domingo aclarando que sólo asistiría a la próxima ronda con la presencia de todos los interesados.
Ahora todas las partes del proceso de paz congoleño aceptaron que Sudáfrica sea la sede de la próxima ronda, aunque aún no se fijó una fecha para la misma.
Mbeki ha sostenido que Sudáfrica no puede atraer la inversión extranjera que necesita para crecer económicamente si está rodeada de guerra e inestabilidad política. (FIN/IPS/tra-en/as/mn/aq/ip/01