América del Sur debe «estar lista para condenar los excesos» que Estados Unidos pueda cometer en la lucha contra el terrorismo, dijo hoy el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en la capital de Ecuador.
La colaboración que América del Sur debe prestar a esa lucha «no involucra» la participación directa de los países en el conflicto, aclaró Cardoso, sino «transferencia de información y vigilancia frente a la amenaza del terrorismo».
Sin embargo, el mandatario brasileño descartó ante la prensa en Quito, al concluir una visita de oficial de cuatro días, que en la región actúen «grupos terroristas».
Al respecto, distinguió las organizaciones guerrilleras como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tienen motivaciones políticas nacionales, del terrorismo internacional, «que no propone nada sino que destruye».
Las FARC integran la lista de organizaciones terroristas internacionales elaborada por el Departamento de Estado (cancillería) estadounidense.
«Si por un lado debemos apoyar a Estados Unidos» de acuerdo con los mecanismos previstos en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, «América del Sur debe ser un bloque monolítico de apoyo incondicional a la razón» y disponerse «a condenar los excesos» en la anunciada guerra contra el terrorismo, declaró.
Brasil se mantendrá al margen de cualquier intervención militar en Afganistán, dijo Cardoso, quien instó a que se evite un ataque, porque podría causar muchas bajas civiles.
Cardoso pidió a prudencia a Washington a la hora de calificar a grupos armados. «Hay que tener cuidado y no hacer una relación entre el terrorismo y la lucha guerrillera», dijo.
Las FARC, con 15.000 combatientes, son la principal organización guerrillera de Colombia y realiza negociaciones de paz con el gobierno de Andrés Pastrana en una zona del sur de Colombia.
Cardoso aseguró que «no existe antídoto más eficaz contra la barbarie que el ejercicio cotidiano de la democracia, que deja al descubierto la intolerancia, la irracionalidad y la insensatez».
El presidente de Ecuador, Gustavo Noboa, se adhirió a la posición de Cardoso respecto de la «guerra contra el terrorismo» lanzada por Estados Unidos, y resaltó la vocación de paz de los dos países.
De esa forma, Noboa descartó la posibilidad de brindar apoyo militar en el combate al terrorismo emprendido por Estados Unidos, una posibilidad que había considerado días atrás el canciller ecuatoriano Heinz Moeller.
Pero Noboa sugirió que las acciones de las FARC eran terroristas. Cuando los periodistas lo consultaron al respecto, contestó: «¿Ustedes qué creen que son?».
Ante el Congreso legislativo ecuatoriano, Cardoso afirmó a que América del Sur, y Ecuador en particular, son «un ejemplo de convivencia de razas, culturas y religiones».
El Congreso ecuatoriano, como el brasileño, cuenta con diputados de ascendencia árabe, indígena y de distintas culturas, en una muestra de que «diversidad no es antagonismo» sino «sinónimo de tolerancia», dijo.
Lo primordial del momento actual es «proteger la paz mundial», sostuvo.
América del Sur «no va a prevalecer el horror de la guerra ni la fuerza atómica será utilizada para matar a nuestros hermanos», dijo Cardoso al ser declarado Huésped Ilustre de la ciudad de Quito.
Brasil y Ecuador tienen mucho que hacer, pues son naciones de paz y de vocación amazónica, agregó. Por su parte, el alcalde de Quito, Paco Moncayo, destacó la personalidad de Cardoso y su «valioso aporte» para superar el conflicto limítrofe que originó varias guerras entre Ecuador y Perú.
Cardoso se mostró interesado en apoyar la ejecución de la vía interoceánica San Lorenzo-Manaos, que uniría a los dos países por tierra.
El mandatario se comprometió ante el gobierno ecuatoriano a interceder para que se agilice el trámite de un préstamo de Brasil a Ecuador por 243 millones de dólares que financiarán un complejo hidroeléctrico. (FIN/IPS/kl/mj/ip/01