Casi 200 mujeres y adolescentes de Eslovaquia y 500.000 de Europa oriental son vendidas cada año a redes internacionales de prostitución para satisfacer la demanda de ciudades de Europa occidental, advirtió la Unión Europea.
Las mujeres de Europa oriental llevadas como prostitutas a Europa occidental proporcionan ganancias millonarias a las organizaciones delictivas, aseguró el Foro de Seguridad Urbana de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE).
Pero la situación se agrava notablemente para Eslovaquia. Si no logra controlar el tráfico de mujeres podría poner en riesgo su ingreso a la UE, previsto para 2004, señaló el Parlamento Europeo.
«Eslovaquia es un país de origen y paso de un amplio tráfico de mujeres, si bien los casos detectados por las autoridades son pocos. El Parlamento Europeo urge al gobierno eslovaco a tomar fuertes medidas para combatir el contrabando de personas y para garantizar la protección de víctimas y testigos», resolvió el órgano legislativo de la UE.
Si bien algunas organizaciones que transportan mujeres a través del país tienen cómplices en otras naciones de la región, varias trabajan directamente en Eslovaquia como fuentes de provisión de prostitutas, admitió Stefan Omasta, jefe del Departamento de Delitos Violentos de la policía.
«El crimen organizado comprende que las mujeres son una materia prima reutilizable, al contrario que las drogas o las armas», dijo un experto que no quiso dar su nombre.
Viena, distante apenas 60 kilómetros de Bratislava, es uno de los destinos seguros de muchas prostitutas.
La mitad de las prostitutas de la capital austriaca proceden de Europa oriental, aseguró la organización no gubernamental eslovaca Dafne, que colabora con la reinserción social de las mujeres vendidas al exterior que logran volver al país.
Al menos 300 eslovacas trabajan como meretrices en Francia, y más de 80 por ciento de las prostitutas de Alemania son ciudadanas de Europa oriental, según Dafne.
El tráfico de personas genera ingresos mundiales de 5.000 a 7.000 millones de dólares por año, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Las eslovacas, al igual que las mujeres de otros países, son conducidas mediante engaños al exterior, dijo Marian Kolencik, de Dafne. El proceso suele iniciarse con avisos en la prensa que ofrecen empleo de modelo, bailarina, camarera o niñera, con buenos salarios occidentales.
«Es común que las mujeres jóvenes y pobres se presenten ante ofertas laborales publicadas en diarios o en columnas especiales. Lo que realmente ocurre es que quienes las reclutan las venden al exterior, les quitan los pasaportes y las obligan prostituirse», explicó.
Muchas terminan sometidas a la servidumbre y viven en un continuo clima de terror, con golpes y amenazas, agregó Kolencik.
El combate contra este tipo de delitos tiene una dimensión internacional. Sin coordinación de recursos entre los países involucrados es difícil asestar golpes a las redes delictivas.
Las bandas que suministran mujeres reclutadas en Eslovaquia están conformadas por «ciudadanos de la ex Yugoslavia, Alemania, Rusia, Ucrania, Albania, Italia y Polonia», señalan estudios de la Fundación Friedrich Ebert (FES), de Alemania.
Esas redes utilizan diferentes rutas para trasladar a las mujeres hasta sus «mercados»: desde Asia a través de Rusia, cruzando Ucraina y Polonia, o desde Rusia y los países de los Balcanes pasando por Eslovaquia. El destino siempre es Europa occidental, sostiene la ONU.
A la gravedad del problema se agrega la escasa protección que recibe la población femenina en países como Eslovaquia, donde la violencia doméstica sigue siendo un tema tabú.
«Es realmente complicado que las mujeres denuncien su situación. Están muy asustadas. Procesar a los responsables es todo un problema», sostuvo un experto.
«Algunas mujeres son forzadas a prostituirse violándolas y filmando un video de esa violación. Una mujer secuestrada de esta forma sabe que sus captores pueden contactar a su familia y eso la hace aun más reacia a atestiguar contra ellos», afirma el informe de FES.
Las que logran escapar y llevar adelante la denuncia también padecen dificultades para ajustarse a una vida normal. La ONG Dafne relató la historia de una mujer que pudo volver a Eslovaquia, pero fue rechazada por su entorno, cayó en la drogadicción y murió poco después de una sobredosis.
Tanto las autoridades policiales como organizaciones internacionales intentan crear instrumentos para acelerar las investigaciones y localizar a las víctimas.
El Programa Mundial Contra el Tráfico de Seres Humanos, lanzado en 1999 por el Centro Internacional para la Prevención del Delito de la ONU, procura desarrollar bases de datos sobre rutas, estructuras y modalidades utilizadas por los traficantes, así como perfeccionar la aplicación de leyes y la cooperación de organismos policiales en el ámbito nacional e internacional.
El programa apunta así mismo a despertar la conciencia de la población y del personal policial y judicial sobre la problemática, y a incrementar el apoyo y la protección de víctimas y testigos. Los resultados del programa se conocerán en un foro mundial a realizarse en 2002. (FIN/IPS/tra—en/eh/raj/dc/aq/ip hd/01