/BOLETIN-AMBIENTE/ EEUU: Alerta antiterrorista en centrales nucleares

Autoridades de Estados Unidos reconocieron que las centrales nucleares no están diseñadas para soportar atentados como los que causaron la muerte a miles de personas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre.

La estatal Comisión Nuclear Regulatoria (NRC) no sabe qué ocurriría si secuestradores suicidas emplearan aviones comerciales como proyectiles contra una planta nuclear, como se utilizaron para derribar las torres gemelas de Nueva York y demoler parcialmente el edificio del Pentágono en Washington.

«No se ha analizado la capacidad que tienen los depósitos de combustible empobrecido para soportar el impacto de un avión comercial de grandes dimensiones», reconoció una declaración de la NRC.

En ese sentido, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes recomendó la aprobación de un proyecto de ley que exige a la NRC reforzar la seguridad en 103 reactores nucleares.

La iniciativa legislativa obligaría a la NRC a preparar planes de emergencia para las centrales nucleares.

De convertirse en ley, el proyecto le otorgaría a la NRC 60 días para proponer reglas luego de consultar con el Departamento de Defensa, la CIA (Agencia Central de Inteligencia), la Agencia Nacional de Seguridad y otros organismos públicos.

Otra medida propuesta por el Comité de Energía y Comercio aumenta la multa para el delito de sabotaje contra centrales nucleares de 10.000 a un millón de dólares, y la máxima condena de 10 años de prisión a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Las centrales están diseñadas para soportar huracanes, tornados y terremotos, pero no contra bombardeos o atentados como los del 11 de septiembre, informaron funcionarios.

El interés por la seguridad en las centrales nucleares no se limita a Estados Unidos. El servicio de guardacostas de Japón, por ejemplo, ordenó patrullar las aguas próximas a los 51 reactores nucleares las 24 horas del día para prevenir posibles atentados terroristas.

«No hacíamos esto antes de los atentados del 11 de septiembre», declaró la Agencia de Seguridad Marítima japonesa.

El presidente de la NRC, Richard Meserve, dijo que el organismo mejorará la seguridad en las plantas nucleares también mediante la revisión de normas y procedimientos en las mismas instalaciones.

«Ya era hora», dijo Paul Gunter, director del proyecto de vigilancia de reactores de la organización Servicio de Información y Recursos Nucleares, con sede en Washington.

«Importantes debilidades» se hallaron en 27 de las 57 plantas evaluadas en febrero de 1999, señaló David Orrick, especialista de seguridad de la NRC.

«Un ataque habría puesto a esos reactores nucleares en peligro, con la posibilidad de daño al núcleo y de emisión radiológica, o sea, un Chernobyl estadounidense», advirtió Orrick, refiriéndose al peor desatre nuclear de la historia, ocurrido en la planta de Chernobyl, Ucrania, en 1986.

Sin embargo, varios grupos de interés público temen que la NRC ceda a la presión de la industria nuclear para mantener los costos de seguridad bajos y que no adopte las medidas necesarias para enfrentar las posibles amenazas terroristas.

«Es un buen paso inicial, pero queremos ver modificaciones sustanciales», dijo Chris Sherry, director de investigación del Consejo de Comunicación de Energía Segura, una red de ONG.

Una de esas modificaciones sería redefinir los tipos de ataques contra los cuales están obligadas a protegerse las plantas nucleares, que no incluyen atentados aéreos ni de vehículos con explosivos, indicó Sherry.

En opinión de David Lochbaum, ingeniero de seguridad nuclear integrante de la Unión de Científicos Preocupados, las autoridades también deben mejorar la seguridad en las plantas que ya no funcionan.

«Aunque la planta nuclear esté clausurada, sigue siendo un peligro», dijo Lochbaum a IPS.

Diecisiete plantas nucleares en actividad y cientos de centrales inactivas en Estados Unidos mantienen barriles de desechos radiactivos, indicó Bob Schaeffer, de la Alianza por la Responsabilidad Nuclear, una red que abarca a 34 organizaciones por la paz y el ambiente.

«Nuestra inquietud es que estos sitios son objetivos evidentes y podrían causar una emisión importante de radiactividad», advirtió.

Paul Leventhal, presidente del grupo de desarme Instituto de Control Nuclear, pidió a las autoridades que destinen efectivos de la Guardia Nacional para disuadir posibles atentados contra los reactores nucleares y que «desplieguen rápidamente» armas antiaéreas para neutralizar ataques desde el aire.

«No tenemos el tiempo para permitirle a la NRC y otros organismos federales un prolongado proceso de revisión burocráticca», afirmó Leventhal.

Edwin Lyman, físico y director científico del Instituto de Control Nuclear, advirtió que la posibilidad de que se emita radiación al ambiente tras un atentado contra una planta nuclear es «muy real».

Una emisión de radiación podría provocar decenas de miles de muertes por cáncer en las proximidades de la planta afectada, agregó Lyman.

La NRC debe recomendarle a las personas que vivan cerca de una central nuclear que se abastezcan de tabletas de yodo potásico, dice Lochbaum. El farmacéutico impide que la glándula tiroides absorba la radiación. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/aq/ip en/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe