(Arte y Cultura) ARTES PLASTICAS-ITALIA: Frida, la obra más allá del personaje

Los italianos conocían hasta ahora a la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) como personaje, pero no su obra, que es expuesta por primera vez en Roma.

La exposición de 50 obras de Kahlo, abierta este mes en la Galería Nacional de Arte Moderno, incluye también una selección de trabajos de algunos de pintores mexicanos como Diego Rivera —su marido y maestro—, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, para ilustrar la historia de la artista.

Pero la figura central es Kahlo. La muestra parte de sus orígenes artísticos en 1926, con el «Autorretrato» que pintó para recuperar el amor de su pareja recién rota, Alejandro Gómez Arias, hasta llegar a 1951 con «Las miradas».

Figuran en la exposición obras de influencia surrealista como «Sin esperanza» (1945) y «Las dos Frida», de 1939.

En «Mis abuelos, mis padres y yo», de 1936, Kahlo se muestra como una niña en el jardín de su «casa azul», en Coyoacán, donde nació y murió y que luego fue transformada en el Museo Frida Khalo.

Así mismo, el «Retrato de mi padre» recuerda a Wilhelm Khalo, de origen húngaro-alemán, quien se ocupó en persona de su hija cuando se enfermó de poliomielitis a los seis años. El mal deformó y debilitó la pierna derecha de la niña.

Su padre la alentó a realizar regularmente ejercicios para recuperar las funciones de la pierna, pero fue en vano. Ella trató de esconder sus defectos con pantalones y vestido largo. «En mi infancia sufrí mucho porque me llamaban 'Frida pierna de leño'», contó en su diario, presente también en la exposición.

Su vida también quedó marcada el 17 de septiembre de 1925, a los 19 años, cuando el autobús en que se dirigía a Coyoacán junto con Gómez Arias chocó con un tren. Varias personas murieron en el accidente. Ella sufrió heridas de gravedad, a tal punto que los médicos no se atrevieron a asegurar si sobreviría.

Un año más tarde, en su obra «Incidente», expresó ese acontecimiento. En la parte superior del cuadro ilustró el choque, y en el primer plano figura ella, vendada, en una camilla.

El accidente la obligó a pasar un mes en el hospital y tres en la cama. Sufrió dolores en las vértebras y en el pie derecho durante toda la vida. Más tarde, una radiografía reveló una fractura vertebral, que la obligó a llevar un busto de yeso.

Comenzó a pintar en este periodo, para combatir el tedio y el dolor.

Desde su lecho de enferma, donde le instalaron un gran espejo, ella fue su propia modelo. «Me pinto a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el sujeto que conozco mejor», dijo.

Las relaciones con su marido Diego Rivera, sus condiciones físicas, su estado de salud, su incapacidad física para tener hijos, influyeron y determinaron las características de su arte.

La obra que cierra la exposición es el «Autorretrato dedicado a León Trotsky», dedicado al líder comunista exiliado en México, con quien tuvo también una relación amorosa.

Se trata de una de las exposiciones más importantes presentadas este año en Italia sobre una artista latinoamericana, dijo a IPS Achille Bonito Oliva, uno de los responsables de la muestra. (FIN/IPS/jp/mj/cr/01

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