La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos autorizó el registro de cinco variedades de maíz alterado con la bacteria Bt, aunque los críticos afirman que no hay estudios concluyentes sobre los efectos sanitarios y ambientales de esos productos.
El Bt (Bacilus thuringiensis) es una bacteria con propiedades herbicidas que se halla naturalmente en el suelo.
«El maíz Bt fue ampliamente estudiado por la EPA. Creeemos que no es un riesgo para la salud humana o el ambiente», dijo el martes Stephen Johnson, administrador asistente de la Oficina de Prevención, Pesticidas y Sustancias Tóxicas de la agencia gubernamental.
No obstante, la EPA exigirá estudios ambientales adicionales y pidió a las compañías fabricantes de las cinco variedades de maíz alterado —Monsanto, Syngenta, Pioneer/DuPont y Mycogen/Dow— que cumplan varias previsiones concebidas para asegurar un mejor manejo del producto.
La decisión pone fin a un proceso de casi dos años, durante el cual las autoridades sopesaron riesgos y beneficios del maíz transgénico desarrollado por las compañías biotecnológicas.
«Una vez más, la EPA toma en cuenta los intereses de unas pocas corporaciones por encima de la salud pública y el ambiente», afirmó a IPS Matt Rand, coordinador de la campaña sobre biotecnología de la organización civil National Environment Trust, de Washington.
Científicos de la estadounidense Universidad de Cornell descubrieron en mayo de 1999 que el polen del maíz Bt mataba las larvas de las mariposas monarca, una especie valorada por los estudiosos por su sistema de migración semejante al de las aves, que las lleva hasta México.
La mitad de las mariposas monarca migran a través de la zona maicera de Estados Unidos.
Ese efecto no deseado del maíz Bt alarmó a muchos científicos, pero las últimas investigaciones, tanto en Canadá como del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, concluyeron que el polen del maíz Bt es un riesgo «insignificante» para las crisálidas de la mariposa monarca.
«Estos estudios amplios y revisados sobre condiciones de campo reales muestran que los primeros y muy publicitados experimentos de laboratorio no eran representativos de las condiciones ambientales naturales», afirmó Linda Thrane, directora del Consejo para la Información Biotecnológica, institución de la industria estadounidense.
Pero otros especialistas instaron a la EPA a considerar la posibilidad de que las crisálidas consuman no sólo el polen del maíz, sino también sus hojas.
«Si es así, la dosis tóxica recibida (por la mariposa monarca) podría ser mucho mayor que la estimada», advirtió Jane Rissler, de la Unión de Científicos Preocupados (UCS).
Así mismo, es difícil calcular el aumento de la mortalidad, pues las larvas de esta mariposa tienen tasas naturales de mortalidad extremadamente elevadas, de 90 a 95 por ciento, explicó a IPS Karen Oberhauser, profesora del departamento de ecología, evolución y conducta de la Universidad de Minnesota.
Un cambio estadístico significativo sólo podría establecerse si se realizaran extensas pruebas de campo en todo el país, dijo Oberhauser.»En mi opinión, subsisten los interrogantes».
La UCS realizó un análisis de riesgos y beneficios del maíz Bt, abarcando los nuevos estudios sobre las mariposas monarca, y decidió pedir a las autoridades que no autorizaran las nuevas variedades.
«Las investigaciones dejan abierta la posibilidad de que la exposición al Bt tenga efectos dañinos a largo plazo en las mariposas», afirmó Rissler.
Por otra parte, las autoridades no consideraron de modo exhaustivo el impacto sanitario que puede tener el consumo humano del maíz Bt, según la red de grupos de consumidores y ambientalistas Alerta sobre Alimentos Genéticamente Modificados.
Más de 200 personas informaron de alergias inexplicables al maíz, pero el gobierno no investigó todos los casos, sostuvo Larry Bohlen, director de los programas de salud y ambientales de la organización Amigos de la Tierra.
Si bien los asesores científicos de la EPA recomendaron en julio pruebas de alergia, los funcionarios de la agencia admitieron que no se efectuaron estudios alergénicos antes de la autorización.
Ante la falta de análisis oficiales, las organizaciones no gubernamentales realizarán sus propias pruebas de alergia y publicarán los resultados.
El año pasado, la coalición Alerta fue la primera en advertir que el maíz modificado StarLink, no autorizado para el consumo humano, se encontraba en tacos y en otros productos alimenticios.
En septiembre, la cadena de restaurantes Taco Bell y otros fabricantes de alimentos demandaron a la compañía Aventis CropScience y a varias empresas de semillas que participaron en el desarrollo y la comercialización del StarLink.
La introducción de semillas alteradas no aprobadas provocó «grandes perturbaciones en el suministro de alimentos», sostiene la demanda.
La autorización del maíz Bt sin comprobar su capacidad alergénica puede dejar a los fabricantes de alimentos expuestos a nuevas demandas de responsabilidad, advirtió Bohlen. (FIN/IPS/tra- eng/dk/aa/dc-ff/en he/01