Un ex integrante de la organización Greenpeace asegura en un libro que las condiciones del ambiente mundial han mejorado, y mientras los ecologistas lo critian, los empresarios lo celebran.
Bjorn Lomborg, profesor adjunto de Estadística en la Universidad de Aarhus, Dinamarca, dice que antes creía que el mundo «se iba al demonio». Pero quedó muy sorprendido al investigar la realidad.
«Tenemos más tiempo libre, mayor seguridad, menos contaminación, menos accidentes, más educación, más comodidad, ingresos más altos y menos gente que pasa hambre», aseguró Lomborg, según su análisis de estadísticas mundiales.
Lomborg afirma en su libro «The Sceptical Environmentalist» (El ambientalista escéptico) que las organizaciones no gubernamentales han exagerado, para conseguir financiación, los problemas de deforestación, recalentamiento planetario, mala calidad del aire y el agua y especies en peligro.
«Eso no significa que no existan problemas, pero las cosas mejoran cada vez más, a pesar de lo que digan los medios de comunicación y las organizaciones ecologistas», dice Lomborg, que se describe a sí mismo como un vegetariano de izquierda.
El libro, de 352 páginas y con casi 3.000 notas al pie, desató un fuerte debate en la comunidad ecologista europea y estadounidense. Los editores de Lomborg aseguran que la obra fue comentada por más de 400 artículos en la prensa.
Empresas y sectores conservadores en Estados Unidos han elogiado el libro, especialmente porque expresa dudas sobre los pronósticos científicos respecto del recalentamiento planetario.
La mayoría de los científicos consideran que las emisiones de gases tóxicos de las industrias, conocidos como gases invernadero, provocan el aumento de la temperatura terrestre.
La comunidad internacional redactó en 1997 el Protocolo de Kyoto para fijar metas de reducción de los gases invernadero, pero Estados Unidos lo ha cuestionado y todavía no ha sido ratificado por la cantidad exigida de países.
Lomborg asegura que aplicar el Protocolo de Kyoto sería demasiado caro y que ese dinero salvaría más vidas si, en cambio, se destinara para ampliar el acceso al agua potable en las regiones pobres.
Cooler Heads Coalition, un grupo de derecha contrario al Protocolo de Kyoto, ha auspiciado un informe enviado al Congreso de Estados Unidos referido al libro de Lomborg.
Lomborg «ha agregado su nombre al número creciente de escépticos que discuten cuánto está subiendo la temperatura de la tierra y en qué medida, y en caso de que ese aumento existiera, si está involucrado el hombre», señala un folleto divulgado esta semana por el Instituto de Empresa Competitiva, radicado en Washington.
Por otra parte, Allen Hammond, del Instituto de Recursos del Mundo, señala que el libro contiene algunas ideas interesantes, pero distorsiona en gran medida los problemas ambientales y los esfuerzos de los conservacionistas.
«Hay mucho en el libro que es interesante y preciso. Pero también hay mucho que es erróneo y distorsionado», aseguró Hammond.
La pregunta real es por qué el libro obtiene tanta publicidad, agregó. En definitiva, la obra sólo «da credibilidad a aquellos que quieren debilitar las normas ambientales», opinó.
Destacados ambientalistas argumentan que el libro no responde varios puntos importantes con respecto al recalentamiento planetario.
«Pasa por alto el problema de la equidad, principalmente el de quienes causaron el cambio climático no serán quienes padecerán por su causa», afirmó Gerd Leipold, director ejecutivo de Greenpeace Internacional, con sede en Holanda.
Leipold dijo que el libro no incluye ejemplos de cómo se pueden reducir los gases invernadero y beneficiar la economía simultáneamente.
Dinamarca, el país natal de Lomborg, por ejemplo, ha reducido las emisiones de dióxido de carbono en los últimos 10 años, mientras su economía sigue creciendo, sostuvo Leipold.
El ministro danés de energía y ambiente, Svend Auken, señala que la política del gobierno estimuló la inversión y la investigación en energías renovables. Como consecuencia, el país depende menos ahora de los combustibles fósiles, como el petróleo, y ha generado 15.000 empleos en la industria eólica.
Los ecologistas también discuten el énfasis puesto por el libro en las tendencias mundiales y aseguran que presta poca atención a los problemas ambientales regionales y locales, especialmente en su efecto sobre los países en desarrollo.
La contaminación del aire mejoró en algunas ciudades industrializadas en los últimos 100 años, informó Leipold, pero «decir que la calidad del aire y del agua no es un problema en Beijing y Ciudad de México es absurdo», agregó.
«The Sceptical Environmentalist» critica a la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Lomborg argumenta que la organización internacional pone demasiado énfasis en la destrucción forestal en el mundo en vías de desarrollo.
El informe de WWF sobre los incendios en las selvas tropicales de Brasil e Indonesia en 1997 ignoró incendios forestales mayores ocurridos ese mismo año en Rusia, agregó.
David Sandalow, vicepresidente de WWF, defiende el estudio de su organización, y precisa que los incendios en Rusia, aunque mayores, ocurrieron en bosques templados, donde los incendios son habituales y de consecuencias menos devastadoras que en zonas tropicales.
Lomborg señala que el ritmo de extinción de flora y fauna es un problema pequeño, algo con lo que discrepa Sandalow. Muchos biólogos y ecologistas sostienen que la tasa de extinción actual es catastrófica, comparándola con la de la era cuando desaparecieron los dinosaurios y muchas especies más.
«El libro fue una desilusión, y encontré algunos errores evidentes y una exposición descuidada de las fuentes», sostuvo Sandalow.
La obra de Lomborg irritó tanto a algunos conservacionistas en Europa que en Dinamarca y Gran Bretaña se instalaron sitios en Internet contra el autor.
Un activista británico, Mark Lynas, incluso arrojó un pastel contra el autor en la ciudad de Oxford, el 5 de septiembre, durante una gira promocional del libro.
Lynas explicó que su acción la hizo en «solidaridad con los pueblos indígenas y esquimales de Alaska que informan del aumento de la temperatura, la reducción del hielo marino y los efectos graves que tiene esto en la vida animal». (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/aq/en/01