La campaña militar de Estados Unidos contra Afganistán recuerda a la población de Serbia el bombardeo a que la sometió la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) entre marzo y junio de 1999 para acabar con la represión en la provincia de Kosovo.
Las bombas y misiles de Estados Unidos «no resolverán nada, sólo complicarán las cosas. ¿Quién sabe dónde, en todo el mundo, volverán a atacar los terroristas?», dijo Katarina Subasic, habitante de Belgrado.
Inmediatamente después de que Estados Unidos iniciara la campaña contra Afganistán el domingo 8,
El saudita Osama bin Laden, a quien Washington responsabiliza de los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, respondió al ataque de Estados Unidos contra Afganistán, comenzado el 8 de este mes, con la amenaza de nuevas acciones terroristas.
Bin Laden se encuentra en Afganistán, protegido por el régimen fundamentalista islámico Talibán, que controla más de 90 por ciento del territorio afgano.
«Resulta difícil simpatizar con los musulmanes», señaló Milka Zavisic, una vendedora ambulante de Belgrado que refleja los sentimientos contra los islámicos imperantes en Serbia.
«Me alegro de que Occidente finalmente haya descubierto que los musulmanes, donde puedan estar, no son tan inocentes como aseguran», afirmó Milovan Tomic, un refugiado serbio de Bosnia- Herzegovina.
Occidente «dejó que los musulmanes hicieran lo que quisieran en Bosnia. Incluso podrían haber fundado el primer estado islámico de Europa, pero por fortuna no lo lograron», dijo.
La OTAN arguyó la protección de los dos millones de habitantes de origen étnico albanés y religión musulmana de Kosovo para atacar a Serbia, la mayor de las dos repúblicas que conforman Yugoslavia.
Más de 1.000 civiles murieron bajo el bombardeo de la OTAN, aunque la OTAN aseguró aseguró haberse concentrado en objetivos militares.
El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic abandonó el poder tras perder las elecciones de septiembre de 2000, y en junio de este año fue entregado al Tribunal de Crímenes de Guerra para la ex Yugoslavia, en La Haya, bajo la acusación de graves violaciones de derechos humanos en Kosovo.
Milosevic también apoyó activamente a las milicias serbias de Bosnia-Herzegovina que entre 1992 y 1995 lucharon contra el gobierno musulmán de ese país escindido de Yugoslavia.
«No es un secreto que Occidente ignoró voluntariamente que los combatientes de Bin Laden fueron allí a Bosnia a luchar contra los serbios», advirtió Miroljub Jevtic, profesor de Estudios Islámicos en la Universidad de Belgrado.
«También es sabido que Occidente hizo la vista gorda en Kosovo, cuando los hombres de Bin Laden entrenaron y financiaron a los presuntos 'combatientes de la liberación' entre los albanokosovares», agregó.
El muftí Hamdija Jusufsphaic, líder espiritual de unos 200.000 musulmanes de Belgrado, una capital de 2,5 millones de habitantes, condenó la campaña antiterrorista de Estados Unidos en Afganistán.
«Denunciamos enérgicamente los ataques, que sólo causarán sufrimiento a los inocentes», declaró la oficina del muftí.
«Lamentamos mucho el sufrimiento de nuestros queridos hermanos en Afganistán y les aconsejamos que soporten con paciencia. Dios ama a los pacientes», agregó.
La campaña de Estados Unido en Afganistán también fue condenada por Izquierda Yugoslava Unida, el partido dirigido por Mira Milosevic, la esposa del líder detenido en La Haya.
«Slobodan Milosevic está en La Haya por defender, como presidente de la República Federal de Yugoslavia y como ciudadano, a su país del terrorismo en su propio territorio. Ahora, Estados Unidos, que combate ese mismo terrorismo, lleva la muerte a Afganistán», declaró Izquierda Unida.
A pesar del sentimiento general contra la guerra, el gobierno serbio respalda la campaña de Estados Unidos. «Yugoslavia respalda firmemente todas las acciones que tome la coalición internacional antiterrorista», señaló esta semana el Ministerio de Relaciones Exteriores.
No obstante, «esta batalla no debe tener como objetivo un país ni una religión específica», puntualizó el Ministerio.
El régimen de Talibán asegura que las bombas que han caído sobre Afganistán desde domingo mataron a más de 200 civiles. (FIN/IPS/tra-en/vpz/mn/aq/ip/01