TURQUIA: Gobierno pide apoyo de OTAN contra extremistas

El gobierno de Turquía espera obtener apoyo europeo para luchar contra una organización kurda y grupos extremistas locales, en el marco de la campaña internacional contra el terrorismo lanzada por Estados Unidos.

El gobierno turco combate desde hace años contra el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK, por sus siglas en turco), el Frente del Partido Revolucionario por la Liberación Popular, y el islámico Kaplancilar.

El primer ministro Bulent Ecevit asegura que países europeos han tolerado y albergado durante décadas a integrantes de esos grupos, cuya extradición pide.

Turquía forma parte desde 1951 la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), junto con países europeos y Canadá y Estados Unidos, y posee el segundo ejército de esa alianza militar después del estadounidense, con 800.000 soldados.

Ankara pide cooperación de la OTAN para su lucha antiterrorista al amparo del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, en el cual se establece que cualquier «ataque terrorista contra un Estado miembro» de esa organización se considerará un ataque contra el conjunto de sus integrantes.

Ese artículo fue invocado la semana pasada para fundamentar el apoyo de los estados miembros de la OTAN a Estados Unidos, tras los ataques del día 11 contra el World Trade Center en Nueva York y el Pentágono (Ministerio de Defensa) en Washington, realizados mediante aviones de pasajeros secuestrados.

«Turquía ha sufrido mucho debido al terrorismo internacional en las dos últimas décadas», dijo Ecevit a periodistas la semana pasada, en especial referencia a las 30.000 muertes vinculadas en ese período con la lucha contra el PKK.

«Todas las agencias de Inteligencia de los países civilzados deberían trabajar juntas para combatir al terrorismo», añadió, sin indicar cuáles son los países que considera civilizados.

Ankara expresó su esperanza de que la aplicación del Artículo 5 aumente la cooperación entre Estados miembros de la OTAN y conduzca a la persecución internacional de «terroristas turcos y kurdos que se esconden en Europa».

La agencia de Inteligencia alemana Oficina para la Protección de la Constitución identificó en su último informe a unas 31.000 personas vinculadas con organizaciones islámicas extremistas que residen en Alemania.

La mayoría de esas personas son partidarias del Grupo Islámico Turco Milli Gorus, que no es considerado una amenaza para los países occidentales.

Turquía ha mantenido durante décadas una estrecha alianza con Estados Unidos, y agencias de Inteligencia estadounidenses desempeñaron un papel clave para la captura en Kenia de Addullah Ocalan, líder del PKK, en 1999.

«Estados Unidos siempre nos ha brindado firme apoyo en la lucha contra el terrorismo, pero no hemos recibido asistencia similar de nuestros aliados de Europa Occidental», señaló Ecevit.

El primer ministro anunció que responderá en forma positiva a «cualquier pedido estadounidense» para luchar contra el terrorismo, pero casi tres cuartas partes de los consultados en una encuesta de opinión consideraron que sería «un error» que el país apoye a Wahington contra Afganistán, otro país musulmán.

La encuesta fue realizada la semana pasada por la firma A&G Research Company, y 74,3 por ciento de los entrevistados opinaron contra la campaña antiterrorista de Estados Unidos y el involucramiento del país en ella, mientras 23,4 por ciento se manifestaron a favor, y 2,3 por ciento no emitieron opinión.

Asistentes a un partido de fútbol en Estambul protestaron en forma ruidosa cuando se les pidió que realizaran un minuto de silencio por las víctimas de los atentados del día 11 en Nueva York y Washington.

«Turquía debería abstenerse de apoyar operaciones militares que puedan afectar a civiles inocentes en Kabul o en cualquier otro lugar», afirmó el presidente de la organización no gubernamental humanitaria turca Mazlum-Der, Yilmaz Ensariodlu.

Sin embargo, la mayor parte de los partidos políticos con representación parlamentaria, salvo los opositores islámicos, apoyan la posición de Ecevit.

«No deberíamos aportar bases militares y apoyo logístico a operaciones estadounidenses. Aún recordamos las amargas lecciones de la Guerra del Golfo, y deberíamos evitar otro desastre», opinó Ufuk Uras, del opositor Partido Libertad y Solidaridad.

En 1991, durante la Guerra del Golfo, el primer ministro turco Turgut Ozal permitió que la alianza internacional contra Iraq conducida por Estados Unidos desplegara tropas en el país. (FIN/IPS/tra-eng/nm/mn/mp/ip/01

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