Un multitudinario acto puso fin hoy en la capital de Argentina a una caravana de trabajadores, desempleados, activistas, pequeños agricultores y empresarios para reclamar la creación de un seguro de desempleo.
Los manifestantes, convocados por la central sindical Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA), partieron el día 11 de Buenos Aires rumbo a siete puntos geográficos distintos del país y en estos 10 días recorrieron 82 ciudades y más de 25.000 kilómetros, para volver al punto de partida.
La finalidad de la movilización de 10 días fue promover la consulta popular sobre el seguro de desempleo que se votará el 10 de diciembre.
Al frente de cada una de las caravanas hubo dirigentes de asociaciones de pequeños industriales, comerciantes, agricultores y ganaderos, de organizaciones de derechos humanos, de estudiantes universitarios y representantes de desocupados que con regularidad cortan rutas y caminos en reclamo de subsidios.
«Hay que salir de (la ciudad de) Buenos Aires para comprobar realmente como está viviendo la gente del interior», dijo a IPS Tati Almeyda, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, organización de mujeres creada para reclamar por los desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983).
Almeyda encabezó la caravana que se dirigió a las provincias del sur del país. Las siete caravanas confluyeron este viernes en una marcha hacia la plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno.
No hubo incidentes en el marco de las movilizaciones, si bien muchos participantes lamentaron que el mismo día en que comenzaron se hubieran perpetrado los ataques terroristas contra Estados Unidos, lo cual redujo el espacio de la protesta en los medios de comunicación locales.
El CTA, que nuclea a sindicatos de empleados estatales, judiciales, maestros, médicos y aeronáuticos, entre otros, propuso el año pasado la creación de un subsidio de 380 dólares al mes para cada jefe o jefa de hogar desempleados, más 60 dólares por cada hijo en edad escolar.
Según los promotores de la iniciativa, que incluye formas de financiamiento, su impacto redistributivo reactivará la economía argentina, que sufre una recesión de más de tres años, a la que se suma una agudización de la pobreza, un desempleo de 16,4 por ciento y una caída del consumo y de la inversión.
Catorce de los más de 37 millones de habitantes del país viven en condiciones de pobreza, la proporción más elevada de los últimos 10 años, que alcanza casi los niveles críticos del último periodo de la hiperinflación, a fines de los años 80.
El proyecto para la creación del seguro de desempleo tiene un costo menor de 12.000 millones de dólares, explicó a IPS Claudio Lozano, economista de la CTA. Esos fondos, agregó, podrían obtenerse sin recurrir al financiamiento de organismos multilaterales de crédito.
Si se restablecen los aportes a la seguridad social que hasta hace cinco años estaban obligados a hacer las empresas privatizadas de servicios públicos, los grandes supermercados y los bancos, se obtendrían 1.500 millones de dólares.
Esos aportes fueron eliminados con la finalidad de incentivar la creación de puestos de trabajo.
La CTA también proponen eliminar exoneraciones al impuesto a las ganancias de empresas y de particulares, de donde se recaudarían 5.000 millones de dólares, según Lozano.
Así mismo, se procuraría reorientar el dinero que hoy se destina a la ayuda social. Como consecuencia de la puesta en marcha de este seguro, se reactivaría el consumo y, en consecuencia, la recaudación tributaria.
La CTA decidió realizar una movilización en todo el país para difundir la propuesta y organizar la consulta popular en diciembre para votar por la aceptación de la iniciativa.
La constitución vigente desde 1994 prevé consultas populares. Si bien el Congreso legislativo no está obligado a darle a sus resultados carácter de ley, la CTA consideró que la aprobación de esta iniciativa en las urnas constituirá un elemento de presión.
Dirigentes de los diversos sectores del movimiento se turnaron para hablar al público que colmó la plaza. «Ningún hogar pobre en Argentina» era el lema impreso sobre una bandera argentina que vestía el fondo del escenario. (FIN/IPS/mv/mj/lb/01