Las 22 legisladoras de Perú pertenecen a cinco partidos distintos, algunos separados por diferencias irreconciliables, pero todas acordaron acciones conjuntas para alcanzar la equidad de género, en particular en el ámbito político.
La Agenda Pendiente aprobada por las congresistas incluye la eliminación de la brecha salarial en perjuicio de las mujeres, de la tendencia a relegarlas a empleos de baja calidad, del acoso sexual en los centros de trabajo y de las dificultades para acceder a la propiedad.
También figuran entre los objetivos de la lucha contra males como la desigualdad en el acceso a la educación, el elevado analfabetismo femenino, la mortalidad materna, el embarazo de adolescentes y la violencia intrafamiliar.
Pero «tan importante como estos problemas sociales, laborales y familiares de las mujeres, es la escasa participación femenina en el poder político», comentó la legisladora Martha Chávez, la primera mujer que alcanzó la presidencia del Congreso, en 1995.
Las organizaciones feministas resolvieron promover la participación femenina en el ámbito político y citaron en agosto a las 22 congresistas para que discutieran una acción conjunta en materia de género.
Como resultado, todas las legisladoras se comprometieron a coordinar y desarrollar la defensa de los derechos de la mujer, «más allá de sus diferencias políticas».
Las 22 legisladoras representan 18,3 por ciento de los 120 escaños del Congreso unicameral, lo que ubica al parlamento peruano entre los de mayor participación femenina de América Latina, donde el promedio es inferior a 15 por ciento. Además, tres de los cinco legisladores más votados son mujeres.
El incremento de la participación parlamentaria femenina que se resgistró en Perú a partir de las elecciones de 2000 es consecuencia de la Ley de Cuotas aprobada en 1997, que obliga a las listas de candidatos a incluir una proporción mínima de mujeres.
Chávez, la legisladora más votada en las elecciones de 1995, fue una de las impulsoras de la norma en Perú, respaldada por el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), destituido por el Congreso el año pasado. La cuota fue elevada de 25 a 30 por ciento por la legislatura anterior.
«Teníamos la hipótesis de que el aumento de la cuota determinaría un aumento de la proporción de las mujeres en el Congreso, pero no ha sido así», comentó la socióloga Ana María Yañez, del movimiento feminista Manuela Ramos.
En los comicios de 2000, fueron elegidas 26 congresistas, pero sólo 22 alcanzaron la votación necesaria en las realizadas este año, luego de la destitución de Fujimori, hoy prófugo en Japón.
«Una meta a futuro es que las mujeres ocupen por lo menos 50 por ciento de los escaños parlamentarios, pues ésa es la proporción que existe entre hombres y mujeres» en la población, comentó Chávez.
Yáñez atribuyó el descenso de la representación femenina en el Congreso al nuevo sistema electoral de distritos múltiples, que sustituyó el de distrito nacional único, pues en los distritos del interior la participación femenina es resistida por los partidos.
Los resultados de las últimas elecciones dejan en evidencia el creciente liderazgo femenino en los tres departamentos de mayor densidad urbana —Lima, La Libertad y Puno—, pero también el rezago de las mujeres en el interior, donde solo 11 de los 25 distritos están representados por mujeres en el Congreso.
«Las mujeres fueron ubicadas en los últimos lugares» de casi todas las listas del interior, «solo para cumplir la cuota», dijo Yáñez. Además, 31 por ciento de los congresistas elegidos en Lima son mujeres, mientras en el resto del país la proporción es de solo 12 por ciento.
«Esto evidencia, al parecer, la falta de liderazgos femeninos fuera de la capital, lo que nos invita a perfeccionar el sistema de cuotas y a considerar nuestro respaldo a la bicameralidad, con un senado elegido por distrito nacional único», agregó.
«Además, debemos democratizar las estructuras internas de los partidos, para que las mujeres tengan oportunidad de acceder a cargos de poder», sostuvo.
Una mujer, Lourdes Flores, obtuvo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales más de 2,5 millones de votos, 24 por ciento del total, solo dos puntos porcentuales detrás del segundo candidato más votado, Alan García, quien compitió en la segunda vuelta electoral con el hoy presidente Alejandro Toledo.
Sesenta por ciento los votantes de Flores eran mujeres, según diversas encuestas.
Por otra parte, la totalidad del grupo parlamentario del partido Cambio 90, liderado por Fujimori, se compone de mujeres: Chávez, Martha Hildebrandt y Martha Moyano.
La congresista Mercedes Cabanillas, candidata presidencial en 1995 del socialdemócrata Partido Aprista que lidera García, deploró que ninguna legisladora haya sido elegida por sus pares a la Mesa Directiva del parlamento.
«Los cinco partidos con mayor representación parlamentaria fueron invitados a designar cada uno un miembro de la Mesa Directiva, pero todos ellos designaron a varones, aunque no fueran los más votados», dijo Cabanilas.
«Por ejemplo, yo obtuve la más alta votación en mi partido, y Anel Towsend la obtuvo en el gobernante Perú Posible, pero nuestros partidos designaron a Jorge del Castillo y Carlos Ferrero», señaló la dirigente aprista.
«Los partidos políticos, aún los que presumen de democratizadores, están insertos en el machismo predominante en nuestra sociedad», concluyó Cabanillas.
Las mujeres peruanas alcanzaron el derecho al sufragio y a ser elegidas en 1945, pero desde entonces hasta el año pasado sólo 71 mujeres fueron elegidas en los nueve comicios realizados. (FIN/IPS/al/mj/ip hd/01