Nicaragua, uno de los países más pobres de América Latina, ha concentrado su actividad laboral prácticamente en la mañana, debido al cambio de horario de las oficinas públicas dispuesto para reducir el gasto.
El gobierno de Arnoldo Alemán ordenó hace tres meses que la actividad en casi todos los organismos estatales se desarrollara en un turno único entre las 7 y las 14 horas, dejando de lado la tradicional jornada dividida de 8 a 12 y de 13 a 17.
El Congreso, los ministerios, otras oficinas de gobierno y las entidades estatales autónomas cumplen con el nuevo horario en busca de ahorrar varios millones de dólares en energía eléctrica, agua, teléfono, combustibles y en el uso de vehículos. Esta situación, además, ha distorsionado la actividad privada.
Los únicos que mantienen el horario laboral anterior son los empleados de hospitales, los policías y los efectivos del ejército, debido a la naturaleza de sus funciones.
«Yo sinceramente siento que ahora he disminuido mi producción laboral a la mitad», dijo a IPS un ingeniero que trabaja para el gobierno en la ciudad de Jinotepe, ubicada a 45 kilómetros al sur de Managua.
Al igual que este profesional, los otros 70.000 empleados públicos de Nicaragua mantendrán las tardes libres al menos hasta el 10 de enero de 2002, cuando finalizará el gobierno de Alemán.
El mandatario indicó que el cambio de horario laboral de la administración pública obedece a la necesidad de reducir el gasto fiscal en forma sustancial, como fue solicitado por el Fondo Monetario Internacional.
Pero Vilma Núñez, presidenta del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), entiende que la medida «es ridícula, pues parece que somos un país desarrollado».
Núñez comentó a IPS que los más afectados son los usuarios de las oficinas públicas, pues muchas personas utilizaban las tardes para hacer trámites. A ello se agrega la pérdida de tiempo y de dinero de los habitantes del interior del país que deben concurrir a alguna oficina pública de Managua.
«A mí me ha tocado ir a reuniones en oficinas del Congreso en la tarde y parecía que éramos conspiradores, pues hay que permanecer a oscuras», debido al racionamiento, relató.
La decisión gubernamental también viola los derechos laborales de cientos de personas, a las cuales se le han eliminado la entrega de viáticos para desayunos y almuerzos, apuntó.
El nuevo horario corrido de trabajo implicó, además, eliminar el derecho de los trabajadores a un descanso de 15 minutos en cada uno de los dos turnos.
«Estamos muy indignados con el nuevo horario porque lesiona los intereses de los trabajadores», dijo a IPS Miguel Ruiz, secretario de la Confederación Sindical de Trabajadores de Nicaragua (CST), afiliada al Frente Nacional de Trabajadores de Nicaragua, la central más importante del país.
El dirigente de la CST, que agrupa a 30.000 empleados del sector público y privados, informó que se estudia convocar para las próximas semanas una huelga en protesta por el nuevo horario de trabajo estatal.
Ruiz puntualizó que la molestia de los trabajadores se debe a la eliminación de las horas de alimentación, los 15 minutos de descanso matutino y vespertino y la mayoría de las horas extras que se hacían en el anterior esquema laboral.
En demanda de esos derechos perdidos, varios de los sindicatos de mayor representatividad en el país se unieron para presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el nuevo horario laboral ante la Corte Suprema de Justicia.
El líder sindical entiende que la medida fue de carácter político, pues asegura que parte de la infraestructura estatal es utilizada en las tardes por el gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en apoyo de la campaña presidencial de Enrique Bolaños.
«Están usando los vehículos y los recursos estatales para la campaña electoral y así beneficiar al candidato oficial», aseguró Ruiz. Sin embargo, el gobierno de Alemán rechazó de plano esas acusaciones.
Nicaragua vive a pleno una encrespada campaña política de cara a las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, en la que aparecen como favoritos para suceder a Alemán, según encuestas, Bolaños, del gobernante PLC, y Daniel Ortega, del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El cambio de turno laboral de los organismos públicos causó un fuerte malestar también en sectores de la empresa privada, que mantiene su horario habitual de todo el día, explicó a IPS el presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua, Gabriel Pasos.
«El más afectado es el sector comercial, pues alegan que el día se les ha comprimido», al tener que realizar los trámites sólo de mañana, aseveró.
Es por eso que algunos comerciantes ya han manifestado su deseo de realizar medidas de protesta, añadió Pasos.
El gobierno de Alemán ha defendido la medida y ha expresado que las nuevas horas libres le permitirán a miles de empleados públicos buscar empleos adicionales y, con ello, dar un empuje a la economía.
Sin embargo, el desempleo y subempleo en Nicaragua, con cinco millones de habitantes, alcanza a 41,3 por ciento de los 1,9 millones de personas económicamente activas.
La grave situación económica que afronta el país, que apenas exporta unos 600 millones de dólares anuales, es una de las principales preocupaciones de políticos, analistas y académicos de todas las corrientes de pensamiento.
Desde distintos sectores de la sociedad civil se entiende que el nuevo horario de la administración pública se ha convertido en un efecto bumerán.
«Lo que es un hecho, es que ahora las oficinas estatales trabajan a medio gas (tiempo y ganas)», afirmó a IPS el economista Ricardo Zambrana.
Zambrana, responsable de la Coordinadora Civil para la Emergencia y la Reconstrucción, una de las principales organizaciones no gubernamentales de Nicaragua, sostuvo que el cambio de horario ha derivado en un desgano entre los empleados.
«La gente ha perdido motivación. Uno llega a las oficinas públicas y sale con la sensación de que nadie estuviera trabajando», afirmó Zambrana. (FIN/IPS/nms/dm/if ip/01