NACIONES UNIDAS: Por un lugar en la guerra contra el terrorismo

China, Egipto Irán y Pakistán pretenden situar a la ONU a la cabeza de la campaña contra el terrorismo, pero Estados Unidos desea mantener las manos libres para tomar represalias por los atentados contra Nueva York y Washington.

El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el país más grande y más poderoso militarmente del mundo árabe, advirtió que no se sumará a ninguna campaña antiterrorista que no sea auspiciada por la ONU (Organización de Naciones Unidas).

También China, Pakistán e Irán promueven el protagonismo del foro mundial.

Una iniciativa semejante descartaría de inmediato la acción militar unilateral de Estados Unidos contra el régimen de Talibán en Afganistán, el país en que se refugia el saudita Osama bin Laden, señalado por Washington como principal sospechoso de los ataques del 11 de este mes, observaron algunos diplomáticos.

El gobierno estadounidense ve con buenos ojos un papel más activo de la ONU, siempre y cuando no interfiera con «su derecho» al uso de la fuerza militar contra los terroristas, afirmó un alto funcionario del Departamento de Estado (ministerio del exterior).

El combate contra el terrorismo será un «largo proceso, en el que estarán implicados todos los países», aseguró el miércoles el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Annan no descartó la conformación de grupos para cuestiones específicas como compartir información y recursos de inteligencia. Pero puntualizó que desea la creación de «una amplia alianza de miembros de la ONU determinados a hacer lo necesario para terminar con la amenaza terrorista».

Los 189 países representados en la Asamblea General y los 15 integrantes del Consejo de Seguridad del foro mundial votaron resoluciones de condena inmediatamente después de los atentados en Nueva York y Washington, en los que murieron 6.800 personas.

El Consejo de Seguridad manifestó su disposición a «dar los pasos necesarios» en respuesta a los ataques, en su resolución del día 12. Para Washington, esa declaración constituye una carta blanca para su ofensiva militar.

Por su parte la Asamblea General apeló en forma urgente a la «cooperación internacional» para impedir y erradicar actos de terrorismo.

A comienzos de 1991, el Consejo de Seguridad dio su visto bueno a una coalición militar encabezada por Estados Unidos para desalojar a las tropas iraquíes que ocupaban Kuwait desde agosto del año anterior.

En 1999, Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardearon Serbia sin autorización del máximo organismo de seguridad de la ONU.

Washington asegura que tiene derecho a dar respuesta militar a los atentados, pues el artículo 51 de la Carta de la ONU autoriza a todo estado a defenderse contra un ataque armado.

Gran Bretaña y Francia consideran presentar la próxima semana al Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para fortalecer la colaboración antiterrorista entre los estados miembros.

Una única acción militar no resolverá el problema, «necesitamos una campaña mayor, y la misma sólo es posible bajo la égida de la ONU», dijo el miércoles a la prensa el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Renato Ruggiero.

El canciller italiano aseguró que de sus conversaciones de esta semana con funcionarios estadounidesnes, se llevó la impresión de que Washington está actuando con «sentido de responsabilidad y de contención. Están dispuestos y deseosos de dialogar con todo el mundo», agregó.

La Asamblea General se reunirá durante tres días desde el 1 de octubre para discutir medidas antiterroristas, un debate largamente postergado por el foro mundial hasta los atentados del 11 de septiembre.

También en octubre se reunirá un comité especial sobre la materia con la tarea de avanzar en la redacción de nuevos tratados internacionales. Se trata de la Convención Ampliada contra el Terrorismo y la Convención contra el Terrorismo Nuclear.

«Tenemos 12 convenciones específicas sobre ciertos aspectos del terrorismo, como lavado de dinero y cuestiones financieras», pero la Convención Ampliada los reunirá en una suerte de tratado marco «sobre el cual espero avancemos bastante en esta sesión», dijo Annan.

Por otra parte, la mayoría de los gobiernos entienden que la comunidad internacional debe ayudar al pueblo afgano, aseguró Annan.

«Está claro que debemos ir tras los responsables de este crimen, pero también debemos ser sensibles ante las necesidades del pueblo afgano, que ha vivido varias décadas de guerra, está bajo un régimen que no eligió libremente y al que no puede destituir y ha pasado por tres años de sequía», agregó. (FIN/IPS/tra-eng/td/aa/dc-ff/ip/01

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