La comunidad musulmana de Estados Unidos teme sufrir una reacción hostil a causa de los atentados perpetrados hoy en Nueva York y Washington, aunque aún no se sepa quiénes son los responsables de los actos terroristas.
Amina Ahmed, estudiante de 23 años de la American University de Washington y una de los 7,2 millones de musulmanes en este país, dijo que quizá deje de usar el velo islámico, de asistir a la mezquita Dar al Hijra, próxima a la capital, y de hacer otras cosas, «al menos por ahora», para que no la identifiquen como islámica.
«Antes de que se sepa quién cometió esos atentados estúpidos, ya todo el mundo está culpando a los musulmanes árabes y hasta a los musulmanes estadounidenses», comentó.
Ahmed agregó que permanecerá en su casa hasta que se disipe el polvo provocado por la caída de las dos torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, derribadas por dos aviones comerciales secuestrados por terroristas suicidas.
«Me quedaré en casa hasta que haya buenas noticias», afirmó.
La musulmana nacida en Los Angeles habló pocas horas después de los atentados en Nueva York y en Washington, donde otro avión presuntamente secuestrado demolió parcialmente el edificio del Pentágono (Departamento de Defensa).
Los informativos de Estados Unidos inmediatamente plantearon la posibilidad de que los actos terroristas fueron obra de fundamentalistas islámicos, grupos de Medio Oriente o simpatizantes de la causa palestina.
El primer sospechoso de los expertos en terrorismo es el saudita Osama bin Laden, un magnate exiliado en Afganistán que juró expulsar las fuerzas estadounidenses de Medio Oriente y de la región del Golfo. No obstante, el gobierno estadounidense aún no responsabilizó oficialmente a nadie de los atentados.
A Bin Laden, protegido por el régimen de Talibán en Afganistán, se le atribuye el ataque de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, y el atentado del año pasado contra el destructor naval USS Cole, en Yemen.
Analistas de inteligencia y antiterrorismo entrevistados por la televisión estadounidense sugieren que los ataques de este martes tienen el sello de la organización de Bin Laden, Al Qaeda, que podría haberse servido de sus conexiones en la comunidad musulmana de Estados Unidos.
Ex funcionarios y presentadores de televisión incluso culparon la política de inmigración estadounidense por permitir el ingreso de partidarios del grupo terrorista al país.
El ex secretario de Estado James Baker dijo al canal de noticias Fox News que Washington debe considerar «asesinar» a los responsables de los atentados.
Ahmed se manifestó horrorizada por las declaraciones de Baker y espera que los medios y el gobierno realicen una investigación antes de llegar a una conclusión, y que los funcionarios no aviven sentimientos contra comunidad alguna.
En la red mundial de computadoras Internet había «decenas de mensajes contra los musulmanes y los árabes. Da mucho miedo», comentó.
El foro de discusión de la página de la cadena ABC (American Broadcasting Co.) presentó mensajes del público condenatorios de la comunidad árabe y musulmana.
«Deporten a todos los árabes», decía un mensaje. «Su Alá (dios) no existe. Es sólo una creencia fanática de una pandilla de bárbaros montados en camellos», afirmaba otro.
El Consejo sobre Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR), una organización musulmana con sede en Washington, sugirió este martes a las mezquitas y centros islámicos en Estados Unidos que incrementen sus medidas de seguridad.
CAIR sostuvo que ya recibió informes sobre ataques y acoso contra musulmanes que usaban vestimentas tradicionales. El grupo aconsejó a quienes vestían trajes islámicos que no concurran a lugares públicos en los próximos días y que pidan patrullaje policial extraordinario para las zonas cercanas a las mezquitas.
En los días posteriores al atentado explosivo contra el edificio federal Murrah en la ciudad de Oklahoma en 1995, la comunidad musulmana denunció más de 200 incidentes de acoso, amenazas y actos de violencia en su contra.
Finalmente se descubrió que la explosión, en la que fallecieron 168 personas, fue responsabilidad de extremistas blancos estadounidenses.
Ciudadanos musulmanes denunciaron incidentes similares después de la explosión en el estacionamiento subterráneo de las torres del World Trade Center, en febrero de 1993, en el que murieron seis personas y 1.000 resultaron heridas.
El clérigo musulmán Omar Abdul-Rahman fue condenado a cadena perpetua por la responsabilidad intelectual del atentado y por la conspiración para atacar la sede central de la Organización de las Naciones Unidas, también en Nueva York.
Una fuente de la mezquita de Dar Al-Hijra, a la que concurren fieles de las áreas cercanas del estado de Virginia y del distrito de Washington, dijo que miembros de la congregación vigilaban las entradas y zonas de estacionamiento en los horarios de oración.
Sin embargo, fueron pocos los que asistieron a los servicios religiosos. «Deben sentir temor. Hay gente muy desequilibrada en este país», agregó la fuente.
Hay 1.200 millones de musulmanes en todo el mundo. El islamismo es una de las religiones de mayor desarrollo en Estados Unidos y en el planeta. (FIN/IPS/tra-en/em/aa/dc-aq/hd ip/01