Cuba condenó y rechazó «con toda energía» los ataques terroristas contra varios sitios célebres de las ciudades estadounidenses de Nueva York y Washington y ofreció su cooperación para el cuidado y rehabilitación de las víctimas.
La televisión cubana informó ampliamente sobre la ola de atentados que sacudieron este martes a Estados Unidos.
Los hechos causaron estupor y preocupación en Cuba, donde la mayoría de sus más de 11 millones de habitantes tienen familiares en Estados Unidos, en especialmente en el meridional estado de Florida.
«Tanto por razones históricas como por principios éticos, el gobierno de nuestro país rechaza y condena con toda energía» esos ataques, dijo el gobierno de Fidel Castro en una declaración difundida en la tarde de este martes.
Así mismo, expresó su disposición a colaborar «en la medida de sus modestas posibilidades», con las instituciones de salud o humanitarias estadounidenses en la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas.
El comunicado oficial recordó que Cuba «ha sido víctima durante más de 40 años» de acciones terroristas «promovidas desde el propio territorio» estadounidense.
Poco antes de conocerse ese texto, el canciller Felipe Pérez Roque afirmó a la prensa que el gobierno también está dispuesto a brindar facilidades a los aviones que se dirigen a Estados Unidos, que cerró sus aeropuertos a los vuelos comerciales.
Los aviones en vuelo que lo necesiten podrían utilizar los aeropuertos cubanos, según el ofrecimiento de Pérez Roque.
«Nuestro pueblo ha tenido que sufrir cuatro décadas de accionar terrorista. Conocemos bien las consecuencias de este tipo de actos», subrayó el canciller en un breve contacto con la prensa.
Respecto de la posibilidad de que el gobierno cubano estuviera involucrado en los ataques contra Estados Unidos, Pérez Roque afirmó: «Creo que no hay que referirse a ello y espero que a nadie le pase por la cabeza semejante barbaridad».
El Departamento de Estado (cancillería) estadounidense volvió a incluir este año a Cuba en la lista de países que, en su opinión, apoyan el terrorismo internacional, junto con Corea del Norte, Irán, Iraq, Libia, Siria y Sudán.
El gobierno estadounidense advirtió que «el terrorismo sigue siendo un peligro claro y presente para la comunidad internacional».
El gobierno de George W. Bush es partidario de un endurecimiento de la política hacia Cuba como vía de presión para obtener cambios políticos.
El saldo de los ataques perpetrados con aviones secuestrados que se estrellaron en puntos estratégicos de Nueva York y de Washington podría ser de cientos o miles de muertos.
Según algunos expertos, el número de muertes podría superar el del ataque de la aviación japonesa contra la base naval de Pearl Harbour en Hawaii, en diciembre de 1941, hasta ahora la más grave agresión extranjera contra un objetivo en territorio estadounidense.
Ese ataque causó la pérdida de 1.700 personas y precipitó el ingreso de Estados Unidos en la segunda guerra mundial. (FIN/IPS/pg/mj/ip/01