El concepto de la enseñanza para la convivencia se abre camino entre los objetivos de la educación, que hasta la década pasada enfocaba la escolarización universal, señaló la Unesco en un documento entregado a los ministros especializados de todo el mundo.
Las campañas por la escolarización universal del siglo XX lograron en 1997 que 84 por ciento de los niños del mundo frecuentaran las escuelas. El gasto en educación pasó de un promedio en 1990 de 0,8 o 0,9 por ciento del producto mundial a entre 1,3 y 2,3 por ciento en 1998.
Pero, en contraste, en el mismo siglo pasado la humanidad mató en conflictos a 180 millones personas, observó Cecilia Braslavsky, directora de la Organización Internacional de la Educación (OIE).
La historia muestra las dificultades de la humanidad para alcanzar la armonía y sostenerla de manera persistente en el tiempo y en el espacio, según el documento recibido por los ministros de Educación reunidos desde este miércoles en Ginebra.
Aunque esas falencias no pueden atribuirse en forma exclusiva a la educación, le cabe a la enseñanza un papel clave para contribuir a superarlas, argumentó la OIE.
Con esa finalidad, unos 80 ministros y delegados de 180 países discutirán hasta el domingo un concepto de educación para la convivencia.
La idea de la educación para vivir juntos se funda en que la intolerancia y el rechazo son con frecuencia el producto del miedo, que se alimenta de la ignorancia y de las injuusticias en el acceso a los derechos y al desarrollo humano.
Para la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), el programa «Educación para todos» es todavía la prioridad, precisó el subdirector general de la institución, John Daniel, al recordar que hay en el mundo más de 100 millones de niños que no asisten a la escuela.
Sin embargo, es aún más preocupante la comprobación de que 70 por ciento de esos niños pertenecen a países en conflicto, en estado de guerra, o emergiendo de esos enfrentamientos, dijo Daniel, de nacionalidad británica.
Por eso, para afrontar el desafío fijado por la Unesco para 2015 de lograr la «Educación para todos» es necesario solucionar la cuestión de los conflictos a través del concepto de «Educación para vivir juntos», señaló.
La meta del 2015 no es sólo un objetivo cuantitativo, aclaró este miércoles el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, durante la inauguración de la conferencia internacional de la educación.
La escuela debe enseñar a todos los niños a participar de la vida moderna y a vivir juntos de manera pacífica, dijo.
Los conflictos y la violencia, inclusive en las aulas, afectan tanto a países pobres como a ricos, a pesar de las desigualdades que los separan en el campo de los recursos, previno Martine Brunschwig Graf, representante del gobierno suizo.
La violencia refleja la estructura de la sociedad, su forma de vida y el papel de los padres, los maestros, la sociedad civil y los jóvenes, dijo Brunschwig.
Por su parte, Braslavsky observó que la Unesco se enfrenta a los mismos problemas que la conferencia mundial contra el racismo de Durban, Sudáfrica, de «aprender a convivir dentro de la diversidad de las culturas».
La directora de la OIE, una agencia dependiente de la Unesco, propuso desarrollar la educación como una forma de contracultura para luchar contra la exclusión, la marginalización, las desigualdades y el empleo de la violencia.
La conferencia discute en sesiones plenarias y en talleres las «mejores prácticas» para aplicar el concepto de educación para todos para aprender a vivir juntos. (FIN/IPS/pc/ff/ed/01
