Luis Maldonado, el primer indígena que llega al gobierno de Ecuador, comenzó su tarea como ministro de Bienestar Social sin el apoyo de las grandes asociaciones representativas de la población aborigen, la mejor organizada de América Latina.
Indígena de la comunidad otavaleña y con estudios en filosofía y ciencias políticas, Maldonado llegó al gobierno de Gustavo Noboa luego de haber liderado el Consejo de Nacionalidades y Pueblos del Ecuador (Codenpe) y el Proyecto de Desarrollo para los Pueblos Indígenas de Ecuador (Prodepine).
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y el Movimiento Pachakutik manifestaron desacuerdo con la designación de Maldonado, señalando que sería utilizado en contra de la unidad del movimiento indígena.
Las organizaciones aborígenes entienden que no se puede apoyar a un gobierno que «no cumplió con los compromisos firmados» tras las protestas de enero y febrero.
Pachakutik, que realizó su Congreso Nacional el fin de semana pasado, emitió un comunicado en el cual precisa que Maldonado no cuenta con el apoyo de ese movimiento y sostiene que nunca podría participar en un gobierno que ha reprimido a los pueblos indígenas.
«En el levantamiento pacífico de enero y febrero, la represión del gobierno de Noboa le costó muertos al movimiento indígena. Entonces ¿cómo podemos apoyar un gobierno responsable de la muerte de nuestros compañeros?», dijo a IPS Miguel Lluco, Coordinador Nacional de Pachakutik, reelegido por amplia mayoría en el último congreso.
Maldonado, quien fue asesor de la Conaie y diputado suplente de Pachakutik, aseguró el jueves en su discurso de asunción del cargo que la decisión de aceptar el ministerio era personal y no involucraba a la Conaie ni a Pachakutik.
«Esa es una opción personal, no del movimiento indígena ni de Pachakutik. La decisión del presidente Noboa es que yo asuma esta responsabilidad de manera personal sin presiones», añadió.
El presidente de la Conaie, Antonio Vargas, que dejará su cargo en el Congreso que realizará esa organización en octubre, también cuestionó públicamente la designación de Maldonado como ministro de Bienestar Social.
Sin embargo, Maldonado se defendió de las críticas, asegurando que Vargas no es sincero, pues primero dijo «que acepte» y ahora cuestiona la decisión.
«Esa posición es inaceptable porque se manifiesta según sus conveniencias. En cambio, acepto la posición de Blanca Chancoso (otra dirigente de la Conaie), quien me dijo desde un comienzo que no debía aceptar porque sería un apoyo a la actuación de este gobierno», comentó Maldonado en declaraciones a radio La Luna, de Quito
«Estas declaraciones se hacen en un marco de coyuntura política interna electoral del movimiento Pachakutik y en vísperas del Congreso de la Conaie», arguyó el nuevo ministro de Bienestar Social.
Explicó que no ha alejado de la Conaie, que participa en las reuniones y consulta determinadas decisiones, aunque «eso no quiere decir que todos estén de acuerdo con lo que he hecho».
Analistas políticos indicaron que el nombramiento de Maldonado significa una democratización del gobierno, al dar la oportunidad al movimiento indígena, mientras que líderes históricos, como Luis Macas, ven en esa medida la intención de institucionalizarlo.
Macas, director del Instituto Científico de Culturas Indígenas, apuntó que el Banco Mundial ha adaptado su discurso a la nueva realidad del mundo, con gran protagonismo de nuevos actores sociales, en especial de los pueblos nativos.
«El Banco Mundial, frente a las críticas de activistas ambientales y de las comunidades indígenas, articuló el desarrollo sustentable a su estrategia de liberalización económica, dando lugar al nuevo discurso del 'etnodesarrollo'», explicó.
El dirigente aborigen doctorado en ciencias políticas, también rector de la Universidad Internacional de los Pueblos Indígenas, puso como ejemplo de la política de ese organismo multilateral la creación del Proyecto de Desarrollo para los Pueblos Indígenas de Ecuador (Prodepine).
Según Macas, el Prodepine es el proyecto estrella del Banco Mundial para los pueblos indígenas y se consolidó dentro del mayor movimiento nativo latinoamericano como una estructura que pone en peligro su unidad.
«La dinámica que impulsa este proyecto se enmarca dentro del asistencialismo y la crearon de estructuras tecnoburocráticas, que se consolidan como formas de poder al interior del movimiento, gracias al dinero que manejan», puntualizó.
Agregó que desde la implementación, en 1998, ese proyecto ha estado al margen de los problemas políticos y sociales que han afectado a los indígenas ecuatorianos.
«Son organismos que utilizan los financiamientos para medrar en la fuerza organizativa y capacidad de movilización de nuestros pueblos», opinó Macas, quien fue presidente de la Conaie y diputado por Pachakutik entre 1996 y 1998.
El nombramiento de Maldonado apunta en el mismo sentido que el Prodepine, que también dirigiera Maldonado, precisó.
El nuevo secretario de Estado ha recibido críticas por su actuación al frente de ese organismo y del Codenpe.
En julio de 1999, durante uno de los levantamientos contra el gobierno del entonces presidente Jamil Mahuad, derrocado en enero de 2000, indígenas de Otavalo denunciaron que Maldonado, luego de firmar ciertos acuerdos particulares de esa zona, pidió que levantaran la protesta.
En la ceremonia de asunción del cargo, Maldonado reivindicó rituales indígenas, con varios chamanes (sacerdotes) que prepararon un altar representando el Sol, con hierbas, flores, frutas, artesanías e inciensos.
El chamán Jaime Picatuña tomó una concha y saludó a los guardianes de la naturaleza: el Dios Inti (Sol), a la Pacha Mama (Madre Tierra) y a los antepasados escondidos en los cuatro puntos cardinales.
Tras la ceremonia, Maldonado expresó que este nombramiento «histórico» permitirá realizar un verdadero trabajo comunitario, «especialmente por todos los niños del país
Por su parte el presidente Noboa dijo que este nombramiento era una muestra de la pluriculturalidad del país.
«Han tenido que pasar cinco siglos para que un indígena llegue a una Secretaría de Estado, y este nombramiento obedece al respeto a los indígenas y mi gobierno se encuentra satisfecho», señaló.
«Es un homenaje a la marginación, a la postergación que los indígenas han sufrido a través de toda la historia ecuatoriana», añadió el mandatario de Ecuador, donde más de 30 por ciento de la población es indígena. (FIN/IPS/kl/dm/ip/01