Militares de Ecuador y Colombia se reunieron hoy en procura de reforzar la seguridad en una frontera permeable al paso a territorio ecuatoriano de guerrilleros, paramilitares y refugiados colombianos.
Sin embargo, los dos países descartan la implementación de un plan contrainsurgente conjunto, aseguró el jefe de la Fuerza Aérea ecuatoriana, Oswaldo Domínguez, poco antes de participar este miércoles en una reunión con una delegación colombiana encabezada por el vicepresidente Gustavo Bell.
«No es apropiado porque Ecuador no tiene por qué involucrarse en problemas que no son de Ecuador», afirmó Domínguez, al desacreditar versiones sobre un plan conjunto contra la guerrilla colombiana en que también intervendría Perú.
El militar sostuvo que en la reunión realizada este miércoles solo se analizaron «los problemas comunes» en la frontera.
Además de Bell, la comitiva colombiana estuvo integrada por el comandante de las Fuerzas Armadas, Fernando Tapias, el director de Inteligencia del Ejército, Luis Barboa, y la directora de Asuntos Exteriores del Ministerio de Defensa, María Gutiérrez.
Ecuador fue representado por el ministro de Defensa, Hugo Unda, el jefe del Comando Conjunto, Miguel Saona, y los comandantes Norton Narváez, del Ejército, Fernando Donoso, de la Armada, y Domínguez.
Bell, quien también encabeza el Ministerio de Defensa, dijo que el propósito principal de la reunión fue estudiar mecanismos para «reforzar la seguridad en la frontera colombo-ecuatoriana».
La reunión también tuvo la finalidad de intercambiar información sobre las consecuencias en los países vecinos del Plan Colombia implementado por el presidente Andrés Pastrana para alentar la paz y combatir contra el narcotráfico, agregó el vicepresidente.
Unda reconoció que la aplicación del Plan Colombia está produciendo efectos muy graves en Ecuador.
Señaló como principales la infiltración de guerrilleros y paramilitares en las provincias del norte, los refugiados y el paso de los cultivos de coca, al tiempo que previó que tales problemas se irán incrementado en «intensidad y calidad».
También el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas aseguró que la seguridad en la frontera «se encuentra muy afectada».
«Es fácil entender que el Plan Colombia se produce en una tierra vecina donde fuerzas militares presionan a las fuerzas irregulares. Esa presión tiene como válvula de escape nuestra frontera, que es muy permeable», dijo Saona.
El militar sostuvo que los guerrilleros colombianos ingresan a Ecuador para descansar y abastecerse.
Desde enero, el traslado de la guerra civil colombiana a las provincias amazónicas de Ecuador quedó en evidencia al detectarse plantaciones de coca y laboratorios de procesamiento de cocaína y campamentos guerrilleros, al parecer de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
También se registraron acciones paramilitares contra campesinos e indígenas en territorio ecuatoriano.
Representantes de Colombia y Ecuador analizaron el lunes y martes en Bogotá la posibilidad de eliminar el libre tránsito de personas entre los dos países para mejorar la seguridad fronteriza.
Las consecuencias del Plan Colombia sobre la seguridad de los países vecinos también será analizada por el Parlamento Andino, que se reunirá los días 14 y 15 en Nueva Loja, capital de la provincia de Sucumbios, fronteriza con el departamento colombiano de Putumayo.
El Parlamento Andino tomará medidas concretas frente a la lucha regional contra las drogas y las consecuencias negativas del Plan Colombia, dijo el vicepresidente del cuerpo, Germán Astudillo.
En la reunión también participarán alcaldes y prefectos de las provincias fronterizas.
El prefecto de Sucumbíos, Luis Bermeo, sostuvo que la actuación del Parlamento Andino frenará la regionalización del Plan Colombia.
El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, sostuvo al asumir el cargo en enero que su país, que respalda el Plan Colombia con fondos y ayuda militar, procuraría «regionalizar» el programa.
Washington intenta «lograr que todos los países del área reconozcan que el problema es de ellos tanto como de Colombia», manifestó Powell entonces.
Unos 10.000 soldados y policías ecuatorianos custodian los 600 kilómetros de frontera entre Ecuador y Colombia.
El ministro Unda aseguró el gobierno ecuatoriano no prevé que las Fuerzas Armadas negocien con la guerrilla colombiana un acuerdo de no agresión, pero el presidente ecuatoriano Gustavo Noboa no descartó un diálogo con las FARC como recurso extremo, «si existiesen motivos de Estado muy fuertes».
Domínguez también se mostró contrario al diálogo con las rebeldes FARC o con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda fuerza guerrillera del país. «No se puede dialogar sino que tenemos que exigir que se respete el límite y nuestro territorio», afirmó. (FIN/IPS/kl/mj/ip/01