El descubrimiento de un campamento de la guerrilla colombiana en territorio amazónico de Ecuador puso en alerta a los 5.000 efectivos del ejército que operan en esa zona de la frontera norte.
El hallazgo sorprendió a las Fuerzas Armadas ecuatorianas, que entre el jueves y este viernes se movilizaron sin éxito en busca de los guerrilleros.
Los insurgentes, al parecer pertenecientes a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), huyeron a través de túneles construidos en plena selva amazónica, según fuentes del ejército ecuatoriano.
El campamento fue descubierto el miércoles por unidades del Batallón 56 Tungurahua y del grupo antiguerrillas de la policía, que patrullaban a una distancia de 30 kilómetros de Nueva Loja, la capital de la septentrional provincia de Sucumbíos.
Los guerrilleros estuvieron allí hace pocos días, pues los alimentos y bebidas de fabricación colombiana hallados en el lugar no mostraban signos de mayor descomposición, sostuvieron militares que participaron en el operativo.
El campamento habría albergado entre 200 y 300 rebeldes, según dedujeron los militares por el espacio ocupado, la cantidad de comida y latas de refrescos y otros objetos encontrados.
El hallazgo generó preocupación en la Cuarta División de Ejército Amazonas, que dirige las operaciones en la zona, que no habían previsto que la guerrilla manejara una infraestructura tan importante, incluidos túneles para escapar.
Los militares descartaron que el campamento pudiera pertenecer a las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia, porque las instalaciones encontradas exigen una disciplina y capacidad operativa de la que carece esa organización derechista.
El túnel, de unos cuatro metros de profundidad por tres de diámetro, se bifurcaba. Uno de los ramales era ciego, y el segundo conducía a una quebrada natural que desembocaba en el río Chanangué, afluente del San Miguel, fronterizo con Colombia.
El sistema, diseñado para que los insurgentes pudieran huir con facilidad en caso de ser detectados por el ejército ecuatoriano, permitía un rápido desplazamiento hacia el río Chanangué para retornar en lanchas a territorio colombiano, explicaron los oficiales a cargo del operativo de búsqueda.
En los alrededores del túnel se encontraron tres trincheras de cinco metros de largo por dos de ancho, destinadas a resistir posibles ataques.
«El tipo de construcción se asemeja bastante a los túneles utilizados por las fuerzas vietnamitas en la guerra de Vietnam y lleva a pensar» que la base fue instalada por las FARC, la organización guerrillera con «mayor capacidad operativa» de Colombia, dijo un militar ecuatoriano.
Las FARC son la principal fuerza insurgente de Colombia y disponen de unos 15.000 hombres. El Ejército de Liberación Nacional es la segunda. La primera de las dos organizaciones desarrolla negociaciones de paz con el gobierno de Andrés Pastrana, pero sin interrumpir sus operaciones.
Este campamento es el segundo descubierto en territorio amazónico ecuatoriano perteneciente, al parecer, a las FARC.
Las patrullas militares en las provincias amazónicas ecuatorianas fronterizas con Colombia son parte del Plan de Protección de Fronteras de la Cuarta División de Ejército Amazonas hace varios meses.
Estas operaciones fueron dispuestas desde la entrada en vigor del Plan Colombia, programa de lucha contra el narcotráfico y de respaldo a la política de paz, implementado desde fines de 2000 por el gobierno de Pastrana con asistencia financiera y militar de Estados Unidos.
El propósito del Plan de Protección de Fronteras es detectar plantaciones de droga o movimientos de elementos extraños en territorio ecuatoriano, explicó el general Oswaldo Jarrín, comandante de la Cuarta División.
El campamento «servía a los insurgentes para descansar de los enfrentamientos con el ejército y con los paramilitares en su país» y para «abastecerse de combustible, alimentos y medicinas», sostuvo Jarrín.
Oficiales militares que participaron en el operativo dijeron que la presencia de guerrilleros colombianos en territorio ecuatoriano es cada vez más frecuente.
Las FARC señalaron en reiteradas oportunidades, a través de sus comandantes, que no realizan acciones militares en Ecuador y que solo utilizan territorio de este país para descansar.
La organización insurgente colombiana informó hace tres meses, a través de un comunicado, que había condenado a muerte a secuestradores y asaltantes que operan en Ecuador haciéndose pasar por guerrilleros.
A pocos kilómetros de donde se encontró el campamento, cruzando el río San Miguel, en el departamento colombiano de Putumayo, se registran frecuentes choques entre el Frente 48 de las FARC y fuerzas paramilitares. Allí también están las mayores plantaciones de coca de Colombia.
Desde enero, el traslado de la guerra civil colombiana a las provincias amazónicas de Ecuador quedó en evidencia por varios hechos.
Además, las fuerzas de seguridad ecuatorianas localizaron dos laboratorios de procesamiento de cocaína y plantaciones de coca, y un grupo paramilitar colombiano obligó a más de 400 campesinos e indígenas ecuatorianos a abandonar sus comunidades bajo amenazas de muerte.
Uno de los laboratorios y una de las plantaciones de coca, ésta de 1,5 hectáreas de extensión, fueron hallados y destruidos hace un mes, afirmó Jarrín.
En la región de la Sierra, en la provincia de Carchi, fronteriza con Colombia, también se registró un enfrentamiento entre militares ecuatorianos y combatientes del izquierdista Ejército de Liberación Nacional.
Unos 10.000 efectivos militares y policiales ecuatorianos custodian los 600 kilómetros de frontera entre Ecuador y Colombia. (FIN/IPS/kl/mj/ip/01
