En Cuba existe un consumo de drogas «incipiente» pero «controlado» por las autoridades, aseguró hoy el ministro de Justicia, Roberto Díaz Sotolongo.
Cuba no es productora de drogas ni país de tránsito para el narcotráfico, afirmó Díaz Sotolongo al anunciar que en noviembre se realizará una conferencia regional en La Habana para considerar la situación del Caribe en la materia.
«No somos asépticos. Tenemos problemas y hemos admitido que hay un consumo incipiente», dijo el ministro, también presidente de la Comisión Nacional de Droga.
Desde principios de los años 90 circulan versiones sobre el aumento del consumo y venta de cocaína y crack en La Habana, pero se carece de información oficial o especializada al respecto.
El «cambolo» (variante cubana de crack) llegó a cotizarse a 80 y 90 dólares cada dosis, suma similar al precio del gramo de cocaína, que aumentó 50 dólares desde 1995, según una residente del municipio capitalino de Centro Habana.
El precio restringe el consumo de cambolo y cocaína a los sectores de altos ingresos y con acceso a dólares. Los consumidores de droga de menores ingresos suelen acudir a la marihuana o a los psicofármacos.
Díaz Sotolongo afirmó que la Comisión Nacional de Drogas realizará un estudio sobre el impacto del consumo para evitar especulaciones. «No podemos dejar esto a una apreciación o una anécdota», dijo.
Así mismo, afirmó que el uso de drogas «es incipiente», concentrado en «algunos municipios de la capital», y que el gobierno toma medidas para reducirlo y eliminarlo.
Sólo 60 consumidores fueron detectados por las autoridades en un año, y el problema no afecta a la juventud, según Díaz Sotolongo. «En las escuelas no hay droga», aseguró.
No obstante, siete hospitales de la capital están acondicionados para atender a personas aquejadas de «intoxicación aguda por efecto del alcohol o bien (por) la ingestión o sobredosis de droga».
El vendedor de drogas «debe ser procesado y sancionado con todo rigor. Al consumidor debe dársele el tratamiento adecuado» y «para ello están preparadas las instituciones de salud», aseguró Díaz Sotolongo.
El mercado interno de drogas se abastece básicamente con cargamentos llegados del exterior que no alcanzan a ser requisados por las autoridades y son recogidos por «personajes inescrupulosos», dijo el ministro.
Cuba está ubicada geográficamente en la ruta entre los principales países productores de cocaína (Colombia, especialmente) y Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.
La droga es lanzada desde el aire y recogida en el mar por narcotraficantes que acuden en lanchas rápidas desde el estado de Florida, en el sur de Estados Unidos y a unos 170 kilómetros de Cuba.
«Estados Unidos mantiene vigilancia electrónica en el Caribe, pero Cuba no se beneficia de eso», se quejó el ministro, para quien una mayor cooperación de Washington permitiría más eficacia en la lucha contra el narcotráfico.
Las autoridades cubanas se incautaron desde enero de unas tres toneladas de marihuana y una tonelada de cocaína.
Por otro lado, entre 170 y 180 extranjeros, casi la mitad de ellos colombianos, y «varias decenas» de cubanos, guardan prisión en Cuba por narcotráfico, dijo el ministro.
La Conferencia Regional sobre la Fiscalización y el Control de Drogas en el Caribe analizará las estrategias para la prevención de la drogadicción y el uso indebido de esas sustancias, así como la lucha contra el narcotráfico y contra el lavado de dinero.
Además de representantes de los países caribeños, asistirán delegados de países que brindan asistencia al Programa, entre ellos Canadá, España, Francia, Holanda e Italia, informó Díaz Sotolongo.
Así mismo, fueron convocados organismos internacionales involucrados en la lucha contra las drogas e instituciones gubernamentales de Estados Unidos, agregó el ministro.
Se estima que 40 por ciento de las 200.000 toneladas de cocaína introducidas cada año en Estados Unidos pasan por el Caribe y por América Central, según informes especializados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Cuba tiene acuerdos de colaboración para la lucha contra el narcotráfico con 29 países de América Latina, el Caribe y Europa.
En 1999, funcionarios de Cuba y de Estados Unidos, países que carecen de relaciones diplomáticas, acordaron en La Habana mejorar las comunicaciones entre el Servicio de Guardacostas estadounidenses y las Tropas Guardafronteras cubanas a cargo del combate al narcotráfico.
Así mismo, se acordó el nombramiento de un funcionario en la representación estadounidense en Cuba, la Oficina de Intereses, que facilite el enlace con el Servicio de Guardacostas, así como el intercambio de experiencias en materia de detección de drogas y de empleo de instrumentos técnicos. (FIN/IPS/pg/mj/ip/01