DESARROLLO: El mundo debe cambiar para que Africa crezca

Africa crecerá en la primera década del milenio a un ritmo anual de tres por ciento, una tasa inferior a la de otras regiones en desarrollo, una previsión que augura al continente una mayor marginalización del resto del mundo.

El pronóstico, incluido en el informe sobre la economía africana que preparó la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), previene que ese ritmo anual de expansión apenas llega a la mitad de la meta de seis por ciento requerida para reducir la pobreza en la región.

Pese a la recuperación registrada en la segunda mitad de la década anterior, las condiciones económicas de Africa son en extremo endebles, resumió el estudio presentado por el secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricupero.

La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) descartó que pueda modificarse la suerte del continente africano sin introducir cambios en la orientación de las políticas internacionales, que deben sumarse a la corrección de estrategias locales.

Las decisiones adoptadas en el plano internacional ejercen gran influencia, no sólo en los elementos externos a los que Africa está supeditada, sino también en las políticas nacionales, a través de la condicionalidad de la ayuda y de los programas de estabilización y de ajuste.

La UNCTAD, radicada en Ginebra, recomienda enfrentar la situación mediante políticas de impulso al desarrollo que dupliquen los flujos de asistencia y asuman enfoques más audaces para aliviar la deuda, como la interrupción de los pagos.

El informe propone una evaluación de la sustentabilidad de la deuda de los países africanos, a cargo de un organismo independiente elegido por deudores y acreedores, con un acuerdo de los prestamistas de cancelar las obligaciones cuando se consideren irrecuperables.

La agencia intergubernamental propicia también una revisión de los acuerdos y las prácticas del sistema comercial multilateral para eliminar todas las trabas al desarrollo de Africa y al aumento de sus exportaciones.

En este aspecto, la UNCTAD relaciona el estancamiento económico de Africa con el marcado deterioro a partir del decenio de 1980 de sus términos de intercambio (relación de precios de exportaciones con los de las importaciones).

Los términos del intercambio eran a fines de los años 90 inferiores en 24 por ciento respecto de principios del decenio de 1970 para los países norafricanos, y 21 por ciento para los subsaharianos.

La declinación secular de ese indicador es una razón importante de la marginalización de Africa en el comercio mundial, dictamina el estudio.

Se estima que la recuperación de los términos del intercambio de los años 80 llevaría a casi el doble la participación de la región en el comercio mundial.

De haber mantenido los índices de 1980, el crecimiento anual de Africa habría podido ganar 1,4 por ciento, con lo cual el ingreso por habitante superaría 50 por ciento los parámetros actuales.

La disminución constante de sus términos de intercambio determinó que los países africanos carecieran de recursos suficientes para efectuar las inversiones económicas y sociales que necesitan.

Los investigadores de la UNCTAD calcularon que por cada dólar de capital neto que entra a Africa subsahariana, sale un dólar con seis centavos.

Ese drenaje financiero se desglosa en 51 centavos que corresponden a pérdidas de términos de intercambio, 25 por servicio de la deuda y repatriación de beneficios y 30 centavos destinados a constitución de reservas excesivas y a salida de capitales.

La UNCTAD atribuye los impedimentos al crecimiento y el desarrollo de Africa a las asimetrías y desequilibrios del sistema internacional de intercambio, que se evidencian en numerosos acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El estudio alude también al proteccionismo de las naciones industrializadas que restringen el ingreso a sus mercados de los rubros con los que las naciones africanas tienen ventaja comparativa, como la agricultura y la industria intensiva en trabajo y recursos.

La agencia multilateral impulsa, por último, la realización de un estudio crítico de las políticas de ajuste estructural y de reducción de la pobreza emprendidas en Africa para aumentar el crecimiento y mejorar la distribución del ingreso. (FIN/IPS/pc/ff/if dv/01

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