DERECHOS HUMANOS-VIETNAM: Esposas esclavas para extranjeros

El negocio ilegal de los matrimonios arreglados entre jóvenes vietnamitas y hombres taiwaneses o chinos empuja a decenas de miles de mujeres a la esclavitud sexual.

Las «mujeres vietnamitas son obligadas a convertirse en esposas de todos los miembros de la familia del marido y son comerciadas como si fueran productos», sostiene un documento del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam.

Entre 1991 y 1999, al menos 22.000 mujeres y niñas fueron enviadas a China como parte de este comercio de esposas, según un informe publicado por el Ministerio en 2000.

«La cantidad real podría ser mucho mayor, pues en la última década China surgió como un enorme mercado para mujeres vietnamitas», aseguró el jefe de policía de Hanoi, Truong Huu Quoc.

De acuerdo con el informe, más de 11.000 mujeres lograron escapar de China y volver a Vietnam, donde relataron el insoportable trato recibido. Lo mismo repiten aquellas que huyeron de su matrimonio con taiwaneses.

Li, de 17 años, conoció a su esposo en una cafetería del centro de la meridional ciudad vietnamita de Ho Chi Minh, pero su relación estuvo desprovista de romanticismo. La joven fue casi arrastrada hasta allí por su madre, que arregló su matrimonio a cambio de 3.500 dólares.

Tras la boda, los recién casados se marcharon rápidamente a Taiwan, patria del esposo, de 50 años. Li intentó comportarse como una esposa, pero el hombre tenía otros planes y la obligó a mantener relaciones sexuales con el resto de sus parientes varones.

Luego de 10 meses en esta situación, Li logró escapar y denunciar su caso a la policía local. Según autoridades de Vietnam las jóvenes, algunas apenas adolescentes, son vendidas por sus esposos a proxenetas o a otros «propietarios».

Aunque las denuncias de mujeres convertidas en esposas «familiares» por sus maridos taiwaneses están creciendo, hay esposos que se declaran contentos de conseguir una esposa tradicional.

Esa es la situación de Tai, un taiwanés de 50 años que acaba de contraer matrimonio con una vietnamita 25 años más joven. El hombre explicó por qué fue tan lejos a buscar esposa: «Nunca me hubiera casado en mi país, pues la mayoría de las mujeres me despreciaban», dijo.

Pero incluso las uniones normales son problemáticas, de acuerdo con las autoridades. Frecuentemente esos matrimonios se arreglan mediante casamenteros y suponen alguna forma de pago a la familia de la novia, una práctica que es ilegal en Vietnam.

Un pretendiente taiwanés paga entre 5.000 y 10.000 dólares para contraer nupcias con una vietnamita. La suma incluye una dote para la familia de la novia, los gastos de la boda y la tarifa del casamentero, superior a 1.000 dólares.

Las novias reciben un pequeño porcentaje del dinero entregado a los casamenteros. Estos evaden la ley actuando en el marco de agencias de viaje legítimas o de firmas de abogados. Su gestión incluye la presentación de la pareja, el servicio gastronómico de la boda y la tramitación de pasaportes.

Los novios eligen a sus futuras parejas por fotografía. Luego viajan a Ho Chi Minh para conocerlas en encuentros organizados por los casamenteros. La mayoría de los pretendientes son mayores de 50 años, procedentes de familias rurales de clase media y baja y con escasa educación.

Las aspirantes a esposas, por su parte, están desesperadas por escapar de la pobreza, o al menos sus familias lo están. Para ellas, un matrimonio con un extranjero puede ser un atajo hacia una vida mejor.

De acuerdo con estimaciones independientes, en los últimos años más de 17.000 jóvenes vietnamitas se casaron con hombres de Taiwan.

La oficina de inmigración de Taiwan en Ho Chi Minh recibe diariamente entre 30 y 40 pedidos de visa. La entrevista con los solicitantes dura apenas cinco minutos y la aprobación está virtualmente asegurada, según funcionarios de migración.

Un oficial encargado de las visas dijo que su repartición no tenía derecho a cuestionar los motivos de esos matrimonios. «Si ellos insisten (con la visa) no hay opción, uno debe decir sí», sostuvo.

Se trata de «la cara negativa de la economía de mercado», dijo el jefe de policía de Hanoi, Quoc. Las redes del comercio de esclavas están bien organizadas dentro y fuera del país, sostuvo.

Esas organizaciones tienen contactos locales en la mayoría de las provincias pobres de Vietnam, quienes se encargan de engañar a las potenciales víctimas. Las mujeres y niñas que terminan como esposas involuntarias en China «pierden todo, su personalidad, su libertad y demás derechos», afirmó el funcionario.

Sólo en 1998, las autoridades descubrieron 3.354 mujeres vendidas a China a través de la ciudad portuaria de Hai Phong, 1.310 por la provincia de Quang Ninh y otras 3.000 por la provincia de Lang Son, todas próximas a la frontera china en la región norte del país, explicó Ta Thi Minh Ly, director del Departamento de Asistencia Legal del Ministerio de Justicia.

«El problema es que en China hay más hombres que mujeres, por eso no pueden hallar pareja en su país. Las mujeres vietnamitas son vendidas para satisfacer esa demanda», sostuvo.

«Algunos traficantes engañan a jóvenes inocentes prometiéndoles matrimonio. Esas muchachas, la mayoría de localidades pobres y alejadas, caen fácilmente en la trampa», agregó. (FIN/IPS/tra- en/tdtl/ccb/dc/mlm/hd/01

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