La reacción en Estados Unidos de unidad en torno del gobierno de George W. Bush ante los ataques del día 11 abren paso en el Congreso a la «vía rápida», un instrumento esencial para que Washington negocie la creación del ALCA en el plazo acordado de enero de 2005.
«En las próximas dos semanas no descartamos que tengamos la excelente noticia de que se le haya aprobado el fast track (vía rápida) al gobierno de Bush», dijo este jueves en Santiago el viceministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz.
«Estamos haciendo votos para que así sea y nos parece que las señales son muy positivas», agregó Muñoz.
El miércoles trascendió en Washington la existencia de un documento de consenso de los partidos Demócrata y Republicano para otorgar a Bush la «Trade Promotion Authority» (TPA) o autoridad para la promoción del comercio exterior.
El documento circula actualmente entre los representantes y senadores de la oposición demócrata y del gobernante Partido Republicano.
El informe, que no es todavía un proyecto de ley, «ha tenido muy buena acogida» por parte de los legisladores, indicó el vicecanciller chileno.
La TPA es el mecanismo legal que permite al gobierno estadounidense negociar acuerdos comerciales sin tener que someter cada cláusula a la aprobación del Congreso, que sólo puede votar los tratados en general.
Este procedimiento, que se conoce como la vía rápida, permitiría a Estados Unidos negociar el tratado del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) en el plazo previsto de enero de 2005, como fuera acordado en la cumbre hemisférica celebrada en abril en la ciudad canadiense de Québec.
Bush está igualmente empeñado en negociar tratados bilaterales de comercio con Singapur y también con Chile, estimándose que un acuerdo con este país sudamericano marcaría la pauta de las tratativas generales para el ALCA.
La exigencia de numerosos legisladores, sobre todo de la oposición demócrata, de preservar en los acuerdos la legislación contra el comercio desleal o «dumping» de Estados Unidos, se presentaba hasta hace tres semanas como una valla insalvable para la aprobación de la vía rápida.
Del mismo modo, actuaban en contra de los objetivos de Bush y de su representante de Comercio, Robert Zoellick, las presiones legislativas, sindicales y de grupos ecologistas para que los tratados contuvieran cláusulas laborales y ambientales.
Así, lo que hasta el 10 de este mes era un pronóstico más bien pesimista sobre la suerte del «fast track», comenzó a cambiar el día siguiente, tras los atentados que destruyeron el World Trade Center, de Nueva York, y parte del Pentágono (Departamento de Defensa, en Washington, que dejaron más de 6.800 muertos.
Los ataques terroristas no perturbaron la agenda de libre comercio del gobierno estadounidense y, más bien, lo motivaron a poner más énfasis en su tendencia a la apertura para paliar el terrorismo, estimó Muñoz.
«Estados Unidos se planteó avanzar en un contexto de conmoción, negociando tratados de libre comercio, acuerdos bilaterales y con la OMC (Organización Mundial de Comercio)», dijo el vicecanciller chileno.
Por su parte, la canciller chilena, Soledad Alvear, destacó el miércoles, como una señal positiva tras los atentados, el acuerdo comercial de Estados Unidos con Jordania.
Tras los ataques del martes 11, Zoellick sostuvo que Estados Unidos debe manifestar su liderazgo en todos los ámbitos, incluso en el económico.
El acuerdo comercial con Jordania fue visto en círculos diplomáticos como una expresión de acercamiento de Washington hacia el mundo árabe-musulmán, tras las primeras manifestaciones xenofóbicas contra los árabes en los Estados Unidos.
El consenso alcanzado en torno a la TPA sienta las bases para «un acuerdo sólido y razonable» de republicanos y demócratas en torno a los tratados y acuerdos comerciales, señaló el portavoz del Congreso estadounidense, Adam Kovacevich.
En tanto, El director general de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería chilena, Osvaldo Rosales, dijo que la autorización de la vía rápida para Bush debería producirse antes de la asamblea ministerial de la OMC, programada para noviembre en Qatar.
Eso determinaría igualmente la posibilidad de que las negociaciones del tratado comercial de Estados Unidos con Chile finalicen a fines de este año o en los primeros meses del próximo, según cálculos que se manejan en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Rosales puntualizó que Washington está cambiando ahora su aproximación al sistema internacional, regida hasta antes del día 11 «por el predominio de un enfoque más bien unilateral».
«Una visión amplia y de largo plazo para enfrentar el terrorismo requiere el uso simultáneo de recursos militares, políticos, diplomáticos, económicos, financieros y tecnológicos», dijo el funcionario chileno.
La construcción de esas condiciones es coherente con el desarrollo y promoción de los tratados comerciales, y en ese contexto debe situarse el éxito que ahora está consiguiendo Bush para lograr la vía rápida, comentó Rosales. (FIN/IPS/ggr/dm/if/01