CHINA: Un nuevo punto de inflexión del Partido Comunista

El presidente de China, Jiang Zemin, se anotó una victoria sobre el bloque conservador cuando el comité central del gobernante Partido Comunista respaldó su propuesta de apertura de la organización al ingreso de empresarios.

El comité central, que el miércoles finalizó su reunión anual, convirtió en doctrina oficial la tesis de Jiang de los Tres Representamtes, al reconocer el creciente papel de los 1,5 millones de compañías privadas en la actividad económica y como fuente de empleo de los trabajadores que expulsan las decadentes empresas públicas.

La tesis de Jiang exhorta al Partido Comunista a representar a «las fuerzas productivas y la cultura de vanguardia y los intereses fundamentales de la mayoría», para convertirse en un instrumento «para todos», y no sólo del proletariado.

Con su decisión, el comité central otorgó a la teoría de Jiang la legitimidad que necesitaba para salvar la prueba del 16 Congreso del partido, que se realizará el año próximo y del que se aguardan cambios decisivos en la conducción del país.

Si bien se cree que Jiang renunciará a su puesto de secretario general del partido en el congreso de 2002, la consagración de su teoría como doctrina oficial lo ubicará entre los grandes teóricos del comunismo chino, en pie de igualdad con los históricos Mao Zedong y Deng Xiaoping.

Los maoístas ortodoxos se resistieron a la propuesta del presidente de permitir el ingreso de capitalistas en la organización que controla el poder de modo excluyente desde 1949, anunciada originalmente el 1 de julio, en ocasión del 80 aniversario del partido.

Esa fracción lo acusa de contaminar un partido de obreros y campesinos con la presencia de «nuevos ricos» casi tan «explotadores y chupasangre» como la burguesía contra la que se alzó la revolución socialista encabezada por Mao.

Frente a esas críticas, el comunicado que divulgó el comité central después de tres días de sesión plenaria exhorta a los cuadros del partido a «liberar concientemente su pensamiento de ideas, prácticas y sistemas superados, de errores y de la interpretación dogmática del marxismo».

La declaración señala los desafíos que el Partido Comunista tendrá por delante en el siglo XXI. «La mayor amenaza para un partido marxista es el distanciamiento del pueblo», se señaló.

«El pueblo es la fuente de poder del partido y el cimiento para la victoria», afirmó el comité central, conformado por 300 integrantes escogidos entre los cuadros de elite.

La aprobación de la teoría de Jiang es un triunfo crucial de la política del presidente sobre la fracción conservadora del Partido Comunista. El comité central no volverá a reunirse en sesión plenaria antes del congreso del próximo año.

La reunión del comité central estuvo precedida de una campaña nacional para el estudio de la propuesta de Jiang. El partido organizó mesas de discusión política con participación de sus afiliados para abordar la tesis de los Tres Representantes.

La prensa, controlada por el Estado, dedicó todos los días columnas especiales para destacar la importancia de la iniciativa de Jiang y su impacto enriquecedor en la ideología marxista.

El profesor Wang Ji, de la Universidad del Pueblo, cree que la tesis de Jiang es una consecuencia lógica del pensamiento de Deng Xiapoing, líder supremo de China desde 1978 hasta su muerte en 1997 a los 93 años y promotor de la política de reformas y de apertura económica.

Wang comparó el discurso de Jiang del 1 de julio con las intervenciones de Deng en su crucial gira por el sur de 1992, realizada para visitar las llamadas zonas económicas especiales, caracterizadas por la inversión privada.

Deng, frente al estancamiento causado por la caída de la Unión Soviética en 1991, dispuso entonces una mayor apertura de China a la inversión extranjera y autorizó la introducción de métodos capitalistas en áreas de la costa para atraer a los inversores y mejorar el nivel de vida de la región.

«La tesis de Jiang es la adaptación de las ideas de Deng al siglo XXI», según Wang. «Las dos teorías ponen énfasis en la 'liberación del pensamiento», o sea, «una nueva interpretación del marxismo en nuevas condiciones históricas».

«Se trata de la necesidad de depurar nuestras ideas del pegajoso dogmatismo de algunas tesis y de programas específicos formulados por los autores marxistas clásicos para situaciones especiales», agregó.

Los dirigentes que pretenden reconstruir el Partido Comunista de China para fortalecer sus raíces populares tomaron en cuenta el caso del Partido Laborista de Gran Bretaña.

«Incluso los partidos de la clase capitalista han debido refrescar sus dogmas. Observemos el caso (del primer ministro británico) Tony Blair, que llevó a la victoria a su partido (Laborista) después de actualizar su plataforma política», dijo Wang.

«El desarrollo de la teoría marxista y la construcción del socialismo en las condiciones que impone la realidad de China se reduce, a fin de cuentas, a la clase de partido que se tenga», concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/ff/ip/01

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