CARIBE: Incertidumbre sobre emigrantes en EEUU

Gobernantes y ciudadanos del Caribe temen por familiares y amigos que habían emigrado a Estados Unidos, y sobre quienes no han tenido noticias desde los atentados terroristas del martes en Nueva York y Washington.

Casi un millón de emigrantes del Caribe de habla inglesa y holandesa viven en Nueva York, según la Asociación Antropológica Estadounidense. Muchos de ellos dejaron atrás a sus familias, en busca de oportunidades económicas y con la intención de enviarles remesas.

Es muy probable que las naciones caribeñas sean afectadas por la disminución de esas transferencias y del turismo estadounidense, pero la preocupación económica no es prioritaria por ahora en la región, debido al ansia de saber si familiares y amigos en Estados Unidos están a salvo

Medios de comunicación regionales informan que gran cantidad de caribeños no han logrado aún comunicarse con sus parientes en Estados Unidos, y el pesimismo crece con el paso de los días.

El ministro de Relaciones Exteriores de Trinidad y Tobago, fue uno de los afortunados, porque logró comunicarse pocas horas después de los ataques con su hermana, que trabajaba en una de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, pulverizadas por aviones de pasajeros secuestrados por los terroristas.

El empresario musical jamaiquino Tommy Cowan fue informado de que su sobrino había sufrido graves quemaduras debido a los atentados, pero está vivo.

En cambio, la dirigente política jamaiquina Hyacinth Bennet todavía espera con angustia noticias de su cuñado, quien estaba en Nueva York.

En la tarde del miércoles, las embajadas en Estados Unidos de Jamaica, Trinidad y Tobago y Barbados informaron que aún no disponían de información acerca de numerosos ciudadanos de esos países que podrían estar entre las víctimas de los ataques terroristas.

Monica, una jamaiquina que trabajaba en el World Trade Centre desde 1980 y sobrevivió al ataque, expresó el miércoles a una emisora de radio su temor por muchas personas provenientes del país y de otras naciones caribeñas, que estaban empleadas en oficinas o cafeterías de las torres destruidas, o como guardias de seguridad en ellas.

La mujer contó que faltó poco para que muriera, ya que el piso 34 de uno de los edificios, en el cual trabajaba, se derrumbó muy poco después de que ella lo abandonara.

El funcionario a cargo de información y asuntos públicos de la misión diplomática jamaiquina en Nueva York, O'Neil Hamilton, indicó que no ha tenido noticias de varios jamaiquinos que trabajaban en el edificio del Pentágono (Ministerio de Defensa) estadounidense, parte del cual se derrumbó tras ser atacado con un avión de pasajeros secuestrado.

La incertidumbre se agrava debido a los actuales problemas para comunicarse con Estados Unidos.

La firma regional de telecomunicaciones Cable and Wireless informó que la demanda de llamadas a territorio estadounidense aumentó más de 100 por ciento tras los atentados, y que eso causa importantes problemas en sus servicios.

Gobernantes de la región enviaron mnsajes de condolencias al pueblo y el gobierno de Estados Unidos.

El primer ministro de Trinidad y Tobago, Basdeo Panday, quien preside en la actualidad el Consejo de Seguridad de la Comunidad del Caribe, afirmó que los ataques terroristas fueron «una bofetada a quienes buscan la paz».

«La amenaza (del terrorismo) también está presente en nuestro país, y lo he señalado durnate mucho tiempo, de modo que el problema me preocupa mucho en escala nacional e internacional», dijo a periodistas.

En julio, el diario estadounidense Herald, editado en Miami, afirmó en un informe que la organización islámica Jamaat-al- Muslimeen, de Trinidad y Tobago, estaba vinculada con el magnate saudita Osama bin Laden, residente en Afganistán, a quien se considera uno de los principales sospechosos de los atentados del martes.

Los primeros ministros de Jamaica, P.J. Patterson, de Granada, Keith Mitchell, y de Belice, Said Musa, así como el presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, expresaron horror y repudio ante el ataque terrorista.

Jean Holder, secretaria general de la Organización Caribeña del Turismo, previó que la menor voluntad de realizar viajes en Estados Unidos, de donde provienen más de la mitad de los turistas que visitan la región, agravará la situación del sector, que ya había sido afectada por las tendencias recesivas de la economía estadounidense.

Las compañías de vuelos comerciales Air Jamaica y British West Indies Airways indicaron que la restricción de vuelos sobre territorio estadounidense dispuesta por Washington les costará millones de dólares debido a cancelaciones, desvíos y otras alteraciones de los servicios.

La directora de comunicaciones de Air Jamaica, Sandra Falconer, informó que 600 personas que viajaban en aviones de esa firma permanecen en Estados Unidos desde el martes, cuando la Autoridad Federal de Aviación estadounidense ordenó el aterrizaje de todos los vuelos comerciales.

Air Jamaica realiza más de 20 vuelos diarios entre el Caribe y Estados Unidos.

Las compañías dedicadas al transporte de cargas en la región también prevén pérdidas por valor de millones de dólares. (FIN/IPS/tra-eng/zn/aa/mp/hd if/01

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