La comediante Rachel Price subirá a un escenario este sábado en Trinidad y Tobago, con la intención de impresionar, más que a sus seguidores locales, a los representantes de la cadena de televisión por cable estadounidense HBO, en procura de un contrato.
El organizador local Randy Glasgow, presidente de la compañía Producciones Glasgow, anunció que enviará una grabación de la actuación de Price a representantes de HBO (Home Box Office) para que evalúen su talento.
Price, de 25 años, divorciada y con una hija de seis, es parte de una nueva generación de comediantes que siguen el camino de pioneras como Nikki Crosby, con buen desempeño en Estados Unidos.
Pero Price apunta a un objetivo que hasta ahora ninguno de sus colegas de Trinidad y Tobago alcanzó: llevar su talento a producciones cinematográficas de Hollywood.
«Los espectadores locales conocen mi repertorio, y por eso debo renovarlo cada vez que voy a subir a un escenario. En cambio, cuando voy a Estados Unidos o a otras islas del Caribe puedo usar el material de tres o cuatro años de trabajo», explicó Price.
La mayor parte de su repertorio se inspira en situaciones universales, lo cual le facilitará su difusión internacional.
A Price le es difícil llevar una vida común, ya que es reconocida en todo su país. Cuando sale a cenar a algún restaurante los comensales siempre esperan que diga algo gracioso. «La gente se me acerca para pedirme un chiste», dijo.
La crítica de arte Angela Martin Hinds, del grupo de periódicos trinitarios Express, describió al humor de Price como «elocuente, desfachatado, picante y con sabiduría popular».
«Tiene un amplio conocimiento de las cosas del mundo, lo que la hace más preparada para el escenario internacional. Para ella, ningún asunto es tabú. Actúa con un sentido de descaro y un cinismo difícil de igualar», señaló Martin Hinds.
Price se describe a sí misma como una «mujer caribeña promedio» que confía mucho en sus posibilidades.
«Las mujeres trinitarias tienen mucha confianza en sí mismas. Sólo míralas caminar. Cabeza en alto, hombros hacia atrás, pecho levantado… Cien por ciento mujer caribeña, sin figura europea, sin rostro anglosajón», afirmó.
Su primera incursión en la comedia fue por accidente, cuando su abuela, con quien se crío, la llevó a un juego de lotería en que el humorista Bill Trotman era la principal atracción.
«Trotman tenía poder. Cualquiera te puede hacer llorar, con sólo decir algo hiriente. Pero se necesita poder para hacerte reir», comentó Price.
«Yo desilusioné a mi abuela. Ella quería que fuera médica, abogada o quizás maestra, pero la vida no me fijó ese camino. Hasta hoy mi abuela está desilusionada y es mi conciencia, pero esa es una batalla que no puedo seguir peleando», añadió.
El pediatra David Bratt describe la risa característica de los trinitarios como «algo grande». Estudios indican que los adultos se ríen al menos 17 veces por día, pero Bratt aseguró que en Trinidad y Tobago la gente «se ríe todo el tiempo».
«Los trinitarios somos famosos por el sentido del humor, y esto es considerado en las Indias Occidentales como un signo de inmadurez. ¡Qué bien que nos conocen! Mientras la vida se hace más seria, los espectáculos cómicos se vuelven más populares en Trinidad y Tobago», agregó.
Price indicó que su entrada al teatro local fue «por la puerta de atrás». «Todo en mi vida ha llegado por medio de los caminos más curiosos», señaló.
«Yo asistía a espectáculos de cabaret. Estaba trabajando en un restaurante una noche de 1997 y había un espectáculo, pero el maestro de ceremonias no llegaba. Uno de mis amigos tenía que hacer una actuación y necesitaba que alguien lo presentara. Así que me pidió que lo hiciera», recordó.
«No hice ninguna broma, pero de pronto todo el mundo estaba riendo. Miré alrededor y me di cuenta de que tenía la cremallera abierta. Después de eso todos querían que yo los presentara», añadió.
Ese insólito incidente le abrió las puertas del éxito. Fue invitada a participar en una «telemaratón» nacional destinada a recolectar fondos para la Asociación de Planificación Familiar, y luego de convirtió en la atracción de uno de los principales bares nocturnos del país.
«Como mujer, empiezo a darme cuenta de que mucha gente no te valora por tu trabajo, sino por tu aspecto. Es más grande el desafío para una mujer en este negocio que para un hombre», sostuvo.
Price recordó que en varias oportunidades tuvo que recibir un sueldo menor al de sus pares hombres para poder desarrollar sus habilidades. «Tengo que pelear con ello y probarme a mí misma a cada paso que doy, día a día», afirmó. (FIN/IPS/tra- eng/pr/aa/rp/mj/cr/01