(Arte y Cultura) MEXICO: Un centro comercial contra la memoria histórica

Un viejo hotel de la ciudad mexicana de Cuernavaca, de rica arquitectura, murales e historia, pasó del abandono a la notoriedad al comenzar su demolición, y su destino se decide ahora en los tribunales de justicia.

El hotel Casino de la Selva, de quienes pocos se acordaban a pesar de haber sido un importante ámbito de cultura en los años 60 y 80, recobró notoriedad cuando la empresa constructora estadounidense Price Costco inició en julio trabajos en el lugar.

Intelectuales y artistas, autoridades de gobierno y la firma constructora, que pagó 10 millones de dólares por el hotel, discuten ante los tribunales el derecho de los primeros a restaurarlo o de la segunda a demolerlo para edificar un centro comercial de 95.000 metros cuadrados.

«Tenemos en este caso un típico ejemplo de la disputa entre la memoria histórica y el afán por el comercio y las ganancias», dijo a IPS la arquitecta y pintora Elizabeth Vargas.

El hotel, que incluye numerosas edificaciones, murales y jardines, recibió en sus tiempos de esplendor a pintores, actores, escritores e intelectuales de varios países y fue sede del Festival Internacional Cervantino y de otras jornadas culturales.

Pero al morir en 1987 el empresario español Manuel Suárez, que lo regenteaba, el Casino de la Selva fue abandonado y su deterioro comenzó.

Las voces contra el proyecto de centro comercial tomaron fuerza cuando la compañía constructora inició la demolición del hotel, destruyendo murales del pintor español Josep Renau y de varios artistas mexicanos.

Los murales del hotel describen la historia de México, desde la colonización española hasta la era moderna.

El ayuntamiento de Cuernavaca, ciudad situada 100 kilómetros al sur de la capital, suspendió el permiso de demolición e impuso una sanción de 6.000 dólares a Price Costco por la destrucción de los murales.

La firma extranjera, que adquirió el inmueble en un remate bancario, interpuso un recurso legal contra lo que consideró un atropello de las autoridades.

Rafael Segovia, coordinador del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes del estado de Morelos (cuya capital es Cuernavaca), pidió al gobierno de Vicente Fox la expropiación y reconstrucción del hotel.

Las autoridades culturales vinculadas al Poder Ejecutivo se declararon indignadas por la destrucción de los murales y aclararon que no pudieron actuar antes contra la empresa constructora, pues el hotel es una propiedad privada.

«Sí, es una construcción privada, pero contiene una memoria histórica que merece ser preservada por el interés público», dijo Segovia.

Las primeras peticiones al gobierno para que declarase monumento histórico al hotel se tuvieron a fines de los años 80, pero con el tiempo se apagaron.

Para la arquitecta Vargas, los artistas e intelectuales que defienden ahora el hotel deberían hacer un examen de conciencia, por la demora de su intervención en el caso.

«En todo este tema hay una culpa repartida entre las personas que vendieron (el hotel), las que compraron y la inmovilidad del gobierno, que siempre supo del contenido y valor de la construcción. Sin duda, era el sitio más reconocido de Cuernavaca», observó Luisa Suárez, hija del creador del hotel.

Los jueces tienen la palabra en este litigio. Algunos abogados sostienen que la firma constructora estadounidense no tiene ninguna responsabilidad en el asunto, pues compró el hotel de forma legal y buena fe.

«Creo que sólo un decreto presidencial, que expropie el hotel, podría salvarlo de su destrucción final. Pero eso significaría un ataque contra un inversionista extranjero, a los que parecen mimar mucho las autoridades», comentó Vargas. (FIN/IPS/dc/ff/cr/01

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