Una novela sobre el romance entre el poeta británico Julian Bell y su amante china promete ser un gran éxito clandestino en China, si una demanda judicial logra que la obra permanezca prohibida durante 100 años.
Si bien muchos libros eróticos fueron prohibidos de la noche a la mañana en China, donde los méritos de las obras literarias son determinados por los miembros del Departamento de Propaganda del Partido Comunista, ninguno había recibido el honor de que su destino fuera resuelto por un tribunal.
La novela «K», de la escritora Hong Ying, residente en Gran Bretaña, puede cambiar esa tradición. Los críticos chinos la consideran la versión local de la famosa novela de D.H. Lawrence, «El amante de Lady Chatterley» (1928), por sus escenas de sexo explícito.
Lo que más cautivó a los lectores es la elección de los personajes principales: Julian Bell (1908-1937) fue sobrino de la célebre novelista británica Virginia Woolf (1882-1941), mientras su bella amante Lin alude a la escritora china Ling Shuhua (1900- 1990).
La hija de Ling, Chen Xiaoying, admitió que la novela involucra a sus padres fallecidos y contiene «insoportables descripciones pornográficas» sobre el romance entre su madre y Bell.
Chen asegura que la obra le provocó daño espiritual al «difamar» el nombre de sus padres, Ling y Chen Xiying.
«K» -forma en que Bell se refería a su amante en su correspondencia- se editó primero en Taiwan en 1999, y luego fue traducida al sueco y al holandés. Versiones en francés e inglés estarán prontas este año.
Pero en China sólo se divulgaron partes serializadas de la novela en la revista Escritor y el Diario Juventud de Sichuan, además de numerosas copias piratas de la obra.
«K» cuenta la historia del joven Julian Bell que llega a China a principios de los años 30 para enseñar inglés en la Universidad de Wuhan. Allí traba amistad con Cheng Yuan, decano del departamento de literatura, y su esposa, Lin, quién también es profesora en la universidad.
La amistad de Julian y Lin se convierte en un romance que la autora describe con lujo de detalles físicos.
La China de los años 30, con sus fumaderos de opio ocultos en residencias tradicionales o las termas de agua caliente de Beijing, proporciona un ambiente exótico para los encuentros de los amantes, que Lin aprovecha para develar secretos espirituales del taoísmo a Julian.
La autora Hong insiste que su obra es ficción y que sus personajes no utilizan los nombres reales de las personas en que se basaron. Pero descendientes de los esposos Chen Xiying y Ling Shuhua afirman que «K» mancha la reputación de la familia.
Chen Xiaoying entabló una demanda judicial este año ante un tribunal de Beijing, exigiendo que la revista Escritor y el Diario Juventud de Sichuan, junto con la autora, le paguen unos 24.000 dólares en indemnización.
La mujer también exige la prohibición de la novela en China durante 100 años.
El caso de Chen contra Hong está pendiente en los tribunales, pero generó una airada polémica que trasciende el posible daño espiritual causado a los involucrados y que abarca la libertad de expresión artística en China.
«Estos últimos años han sido una edad dorada para la literatura china, pero si el tribunal decide prohibir 'K', sería un enorme retroceso», advirtió Hong Ying.
«Implicaría la vuelta a un estado caótico, conservador y totalitario. Cientos de casos similares le sucederían, los escritores tendrían miedo de escribir novelas situadas en marcos históricos y las editoriales serían reacias a editar ciertas obras», agregó la autora de «K».
«Aunque existió una historia de amor auténtica entre Julian Bell y Ling Shuhua, la novela 'K' se toma la libertad de describir el amorío con detalles obscenos y pornográficos», dijo Fu Guangming, investigador del Museo Chino de Literatura Moderna, que también es el representante de la demandante Chen Xiaoying.
«El retrato de Ling como mujer fácil y de Chen como esposo impotente causó gran daño espiritual a su hija Chen Xiaoying», sostuvo.
Pero la autora Hong discrepa. «Lejos de ser fácil, Lin es una mujer muy valiente que se atrevió a buscar el amor verdadero. A pesar de su crianza y forma de vida tradicionales, Lin fue una persona excepcional, y eso se revela en el libro», aseguró.
Para Hong, la historia de «K» trata del triunfo del placer sexual y de su relevancia artística como expresión de una temprana conducta feminista.
«Escribí este libro pensando sobre el amor, la cultura china y el encuentro entre China y Occidente», agregó.
«Algunos creen que 'K' significa que Lin fue su amante número once. Pero yo creo que 'K' es Cathay, el antiguo nombre con que Occidente conocía a China», dijo Hong. (FIN/IPS/tra-en/ccb/aq/cr/01