Estados Unidos no debe ceder a la tentación de cerrar su mercado y de interrumpir su ayuda a América Latina como consecuencia de los ataques terroristas de la semana pasada, pues esta región es su aliada natural, advirtió un alto funcionario peruano.
«Existe temor de que Estados Unidos opte por una política aislacionista, recorte sus programas de integración y cooperación y concentre sus recursos en la lucha contra el terrorismo», dijo Ricardo Vega Llona, principal asesor para la lucha antidrogas del presidente peruano Alejandro Toledo.
«Sin embargo, confío en que los norteamericanos, a raíz de esta desgracia, miren más hacia el sur y se den cuenta que los países de América Latina somos no sólo sus vecinos mas próximos, sino también sus socios naturales, y que le conviene ayudarnos a promover nuestro desarrollo», añadió.
Por su parte, el congresista y ex canciller peruano Luis González Posada dijo que Estados Unidos deberá tener en cuenta la importancia económica de América Latina, en especial por la producción de petróleo.
«América Latina es desde 1992 el principal abastecedor externo de petróleo de Estados Unidos, por encima de los países del Golfo. Venezuela y Colombia son importantes proveedores», señaló González.
«Constatar esta realidad inducirá a Estados Unidos a reforzar sus alianzas regionales, cuya expresión comercial son las negociaciones multilaterales como el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA)», expresó.
Vega Llona, considerado el «zar» antidrogas de Perú, consideró que el desenlace de las interrumpidas conversaciones entre Washington y la Comunidad Andina de Naciones respecto del Acuerdo de Preferencias Arancelarias (ATPA) puede dar un indicio de la futura actitud de Estados Unidos.
«El día 11, cuando se produjeron los atentados, el secretario de Estado (canciller estadounidense) Colin Powell se encontraba en Lima, en la asamblea extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), y uno de los temas en su agenda fue el el ATPA», recordó Vega Llona.
Powell se reunió en la víspera de la asamblea de la OEA con los cancilleres de los cinco países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) para debatir la renovación del APTA, que vence el 4 de diciembre, y su ampliación a Venezuela, que no es hoy parte del acuerdo.
El ATPA desgrava las exportaciones a Estados Unidos de productos procedentes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, y fue establecido para compensar lo gastos extraordinarios de esos países en la represión del narcotráfico. Estados Unidos es el principal consumidor mundial de drogas.
Los países andinos demandan también ampliar la lista de productos desgravados, de modo de incluir el pescado y los calzados y eliminar las cuotas en el sector textil.
La solicitud de incorporar a Venezuela en el acuerdo se debe a que ese país, si bien no es productor de drogas, es utilizado por los narcotraficantes como zona de paso.
Fuentes diplomáticas en Lima indicaron que Powell expresó en la reunión con los países andinos que Washington estaba de acuerdo con renovar el ATPA, pero se abstuvo de referirse a su ampliación, que, dijo, debía ser resuelta por el Congreso legislativo estadounidense.
Al día siguiente, cuando aún no había llegado a la sede la asamblea de la OEA, Powell se enteró de los atentados en Estados Unidos, votó la Carta Democratica Interamericana, el principal asunto de la agenda, y retornó de inmediato a su país.
Vega Llona señaló que el narcotráfico es el principal factor de «internacionalización» del terrorismo en América Latina. «El narcotráfico tiene una estructura internacional y es el apoyo logístico mas importante de los movimientos subversivos», comentó.
«Si Washington no cede a las tentaciones autárquicas, este puede ser el momento de una alianza continental que priorice el desarrollo económico y social» como herramienta para erradicar el cultivo de drogas, concluyó Vega Llona. (FIN/IPS/al/mj/ip/01