Casi 60 por ciento de la población de América Latina y el Caribe vive en zonas costeras y la mayoría de sus desechos llegan al mar sin ningún tratamiento, advirtieron asistentes a un foro organizado en la capital mexicana por el Pnuma.
Basura, químicos, plásticos y sobre todo materia fecal amenazan el equilibrio marino y la salud de las poblaciones ribereñas, según expertos que participaron del Taller Latinoamericano sobre Manejo de Aguas Residuales Municipales, realizado esta semana en México.
Las costas de América Latina, en caso de continuar el deterioro, perderán su perfil turístico y su potencial de producción de alimentos, advirtió Ricardo Sánchez, director para América Latina del Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
El tratamiento de los residuos municipales se vuelve un asunto primordial en la región, donde 60 de las 77 mayores ciudades están ubicadas sobre costas fluviales, marítimas u oceánicas, se advirtió en el taller.
«Existen varios contaminantes que llegan al mar, pero creemos que los más importantes son los residuos municipales y, entre ellos, los fecales», dijo a IPS Oscar Ramírez, coordinador del seminario.
Estudios del Pnuma indican que la calidad del agua costera registra marcados declives en toda la región, debido al aumento de las descargas municipales.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en la bahía de Ensenada, en las costas del septentrional estado mexicano de Baja California, que registra 160.000 unidades de coliformes fecales por cada 100 mililitros de agua, cuando el límite establecido por autoridades de ese país es de 500 para ese volumen de agua.
Sólo en el Caribe, que recibe unos 100 millones de turistas por año, entre 80 y 90 por ciento de las aguas residuales se descargan en las costas sin previo tratamiento, asegura el Pnuma.
El turismo contribuye en esa zona con 43 por ciento del producto interno bruto y equivale a un tercio de sus exportaciones.
Los estudios indican que en países como Barbados, Jamaica y Haití la erosión costera y la destrucción de las playas están relacionadas con la presencia de residuos fecales.
Para América Latina y el Caribe en general, el turismo representa 12 por ciento del producto interno bruto, con un importante peso de la actividad económica en los balnearios.
En el mundo, las costas atraen a millones de visitantes que cada año producen unos 100.000 millones de dólares, según cálculos de la organización ecologista Worldwacht Institute, con sede en Washington.
Pero el impacto del deterioro de las aguas no sólo amenaza el turismo sino también el hábitat marino y la salud humana. Alrededor de 16 por ciento de la proteína animal que se consume en el planeta procede del pescado, indicó Worldwacht Institute.
Enfermedades como la hepatitis, cólera y diarreas, así como muchas de las afecciones de la piel están directamente vinculadas a la contaminación de los mares, precisó Ramírez.
Además, investigaciones han comprobado que la creciente mortalidad de los peces tiene directa relación con la falta de oxígeno en el agua, fenómeno causado por las descargas de residuos urbanos, añadió.
Los avances en el tratamiento de las aguas residuales que van directo al mar son recientes y escasos en América Latina y el Caribe, por lo que hace falta un programa de acción urgente y amplio, indicaron los participantes en el taller.
Sólo en Chile y México hay alguna experiencia, pero es incipiente, aseguraron.
«El problema ha sido visto con miopía y requiere atención urgente», opinó el coordinador del taller, al que asistieron delegados de gobierno, de municipios y de organizaciones no gubernamentales de varios países de la región. (FIN/IPS/dc/dm/en/01