La FAO rechazó la solicitud del gobierno italiano de celebrar la Cumbre de la Alimentación fuera de Italia, y confirmó su realización del 5 al 9 de noviembre.
Sin embargo, el director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), Jacques Diouf, anunció la constitución de una comisión integrada por representantes de la agencia y del gobierno italiano para estudiar la posibilidad de realizar la reunión fuera de Roma.
De todos modos, precisó Diour, será el Consejo de la FAO el que decidirá la sede de la Cumbre, aunque por falta de tiempo descartó que la conferencia pudiera celebrarse fuera de Italia.
El primer ministro italiano Silvio Berlusconi pidió este lunes oficialmente a la FAO que estudiara la posibilidad de no realizar la Cumbre de la Alimentación en la sede de la organización, en Roma.
Berlusconi teme que en torno de esta reunión se registren choques entre fuerzas de seguridad y manifestantes, como los ocurridos en julio en Génova, Italia, durante la Cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo, y que tuvieron como saldo un activista muerto y cientos de heridos y detenidos.
En la conferencia de prensa que ofreció este lunes, Diouf consideró positivas todas las manifestaciones pacíficas que se realicen en el marco de la Cumbre de la Alimentación. Además, agregó que en la conferencia participarán representantes de la sociedad civil a través de organizaciones no gubernamentales.
La FAO citó la reunión para definir medidas que permitan cumplir la meta asumida en la anterior Cumbre de la Alimentación, en 1996, de disminuir a la mitad en 2015 los 800 millones de personas que entonces padecían de hambre en el mundo.
Ese objetivo sólo se podría cumplir en 2030 si se mantiene la actual disminución anual de ocho millones en la población de hambrientos del mundo. Para cambiar esta situación, se requiere de una mayor voluntad política y de más recursos, dijo Diouf.
Diouf dijo que el Consejo de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es soberano para decidir la eventual realización de la Cumbre de la Alimentación en algún lugar que no sea la sede de la FAO en Roma.
La FAO considera la posibilidad de celebrar la Cumbre de la Alimentación en lugares cercanos a Roma que cuenten con una sola ruta de acceso, de modo de facilitar a las fuerzas de seguridad italianas el control de la situación, informaron fuentes de la organización.
Se calcula que en la cumbre participarán unos 7.000 funcionarios en 150 delegaciones oficiales, entre los que figurarán más de 100 jefes de Estado y de gobierno, además de representantes de unas 800 organizaciones no gubernamentales.
El ministro de Relaciones con el Parlamento de Italia, Carlo Giovanardi, anunció que, aunque la Cumbre se realice fuera de Roma, se prohibirán durante su realización las manifestaciones en el centro histórico de la capital italiana.
«Los que deseen manifestar democrática y pacíficamente podrán hacerlo, pero en áreas periféricas» de la capital italiana, aclaró Giovanardi.
Vittorio Agnoletto, dirigente del Foro Social de Génova que citó las manifestaciones contra la globalización en la Cumbre del Grupo de los Ocho, dijo que el movimiento no decidió aún la convocatoria a manifestantes en torno de la Cumbre de la Alimentación.
«Estoy en contacto con las organizaciones (no gubernamentales) internacionales para decidir qué haremos y de qué manera evitar que incluso la agricultura se transforme en una mercadería sometida a la Organización Mundial del Comercio», expresó.
«Las declaraciones de Giovanardi no influirán para nada en nuestras decisiones», replicó Guido Lutrario, dirigente de una organización no gubernamental de la capital italiana en proceso de constituir el Foro Social de Roma.
La oposición italiana de centroizquierda criticó la solicitud de cambio de sede de la Cumbre de la Alimentación, que daña la imagen de este país pues, sostuvo, el gobierno se muestra incapaz de organizar una conferencia internacional en su propia capital.
El partido Los Verdes afirmó que la prohibición de manifestaciones en Roma y la solicitud de cambio de sede formulada por el gobierno «es una provocación cuyo único motivo aparente es exasperar los ánimos».
El canciller italiano Renato Ruggiero se reunió el sábado con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en Durban, Sudáfrica, donde se celebra la Conferencia Mundial contra el Racismo, para convencerlo de que la reunión de la FAO se efectúe fuera de Roma.
Annan es contrario a celebrar la Cumbre de la Alimentación fuera de Italia, pero se declaró dispuesto a considerar una sede alternativa a Roma, sostuvo Ruggiero. (FIN/IPS/jp/mj/dv ip/01